❝Si tu no estas llegando a ser algo, pues finge y pretende que lo has logrado todo. Reparando solo en tu exterior y apariencia para que puedas sentirte libre, siempre sonriendo, nadie lo notará❞.
Después de tanto tiempo soportando ver a alguien comp...
—Nanami-senpai, abre ya. Es una estupidez si piensas en dejarme encerrada aquí. —Yuu suspiró. No había tenido una buena semana y ese era uno de los pocos días que no estaban completamente arruinados, así que no se disponía a que fuera su propio temperamento el que estropeara todo. Pero no era bueno si Touko no se disponía a colaborar.
Touko todavía tenía un lado infantil. Y estaba resentida. ¿Qué mejor que un niño resentido?.
—Podría dejarte aquí toda la noche.
Tanto Touko cómo Yuu ya sabían de antemano que estaba bromeando. Ni aunque quisiera podría dejar encerrada ahí a Yuu.
—Se que no lo harías. —Murmuró flojito Yuu al otro lado. Touko no lo vio, pero sabía que Yuu tenía una ligera sonrisa.
El cerrojo entonces volvió a sonar, pero la puerta no se movió.
—Parece que me conoces mucho.
Yuu posó sus manos sobre la puerta de nuevo para abrirla. Esta vez Touko no puso ninguna intención de no permitirlo. Pudieron verse cara a cara.
Yuu mantuvo puesta su sonrisa independiente al dolor que se esparció por su pecho hasta su espalda cuando vio el rostro de Touko, y ambas estaban conscientes de eso.
—¿Te falta mucho?.
—¿Ah?.
—Del trabajo, ¿te falta mucho?.
Ambas tenían ideales bastante complejos y diferentes alejados una de ls otra, pero aún así, estando incluso a dos palabras de volver a tener discordias fuertes, pudieron controlarse y tener una conversación normal. Podían comportarse cómo lo que alguna vez fueron, amigas y compañeras del instituto.
Yuu miró de nuevo hacia su escritorio y luego volvió a ver a Touko.
—Pues, bastante. No creí que faltar unos cuantos días fuera tan malo.
En ese momento estaba siendo hipócrita y estaba hablando fluido con alguien que esa misma mañana maldijo con toda su alma y pidió que se quemara bajo el manto del infierno. ¿Era muy malo si seguía de esa forma?.
Touko no le había dado las razones suficientes cómo para empezar a demostrarle su desprecio a parte de las palabras que el otro día por coraje se le habían escapado, y aunque le diera las razones suficientes, tampoco podría volver a darle el mismo trato. No era correcto.
En parte porque también le tenía mucho aprecio a la persona que supo enseñarle lo que era el amor y cómo se debía querer a alguien. Claro que fueron cosas que no supieron poner en práctica.
—¿Porqué?.
—¿Necesitas ayuda?.
—¿Ayuda?, cómo ayu
—Si, ayuda. Que te guíe con lo que tienes que hacer. ¿No quieres?.
Yuu apretó la manija de la puerta. No necesitaba tenerla cerca de nuevo, quizá estaba confundiendo su amabilidad con las ganas de volver a acercarse y ahora iba a terminar atrapada en una incómoda situación con ella por estúpida.
Eso le pasaba por no saber decir que no.
—Está bien. —Volvió a sonreirle.
Touko también le sonrió.
—Terminaremos en la mitad del tiempo. Será rápido. Ya verás.
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