Después del beso, no puedo negar que eso nos cambió, nos volvimos más unidos que antes e incluso nos armo de valor para confesar que estábamos enamorados a nuestros padres.
Cuando concluyó el verano Kin volvió a la escuela, estaba por iniciar su segundo año de universidad para volverse maestro de biología, que resultó ser su pasión. Yo continúe trabajando como guía con su familia hasta el siguiente verano.
En ese año descubrí lo mucho que me fascinaba contar historias y la idea de volverme escritora me motivo a inscribirme a la escuela el año siguiente.
Y aunque nuestros horiaios se volvieron complicados, siempre encontramos tiempo para vernos Kin y yo. Mis padres ayudaron al darle asilo a Kin durante la semana para que no tuviera que ir y venir diario, pero los fines de semana todos hibamos al pueblo.
Por coincidencia nos graduamos en el mismo año, el consiguió trabajo en la primaria del pueblo y yo logre publicar mi libro antes de graduarme (lógicamente trataba de mi historia con Gin). Todo era perfecto, durante los veranos trabajamos con sus padres de Kin. Y además, todos nos habían empezado a acompañar algunos años al festival de verano.
Aunque claro, también hubo tragedias: en los últimos años de mi universidad mi abuela enfermo terriblemente y cuando comenzó el otoño del año en que me gradué falleció. Fueron días duros, Kin me acompañó en todos ellos y más aún cuando mi abuelo falleció cuando cayó la última flor de cerezo; el médico dijo que perder a mi abuela lo deprimió y no quería llevar una vida sin ella, así que se dejó morir también. Quizá después de todo lo que tenían mis abuelos si era amor de verdad.
Yo no me recupere de la pérdida hasta el año siguiente, cuando me mude a la casa de mis abuelos que al parecer me heredaron. Comencé a cuidar los cultivos del abuelo y volví a escribir. Publique otro libro meses más tarde.
Durante el verano siguiente, todos asistimos al festival en el bosque, creímos que ya era tiempo de seguír adelante más cuando a todos nos hiba bien. Kin tenía un buen trabajo, el negocio Hayashi se había vuelto muy próspero, mis padres estaban a punto de disfrutar sus últimos años de trabajo y yo había recuperado la herencia de mi abuelo con los cultivos.
Ese día fue especial. Todos nos hayabamos en el lago, disfrutando de la noche después de salir del festival; cuando de la nada Kin sacó algo de su yukata, se arrodilló ante mí y me propuso matrimonio. Con todos observando, incluso los Youkai estaban presentes en las sombras y no dudaba que Yagami Yama también estuviera por ahí. Obviamente accedí emocionada.
Mi vida avanzó incluso más rápido después, en la primavera Kin y yo nos casamos en una pequeña ceremonia en el claro, para que los Youkai pudieran asistir.
Una vez casados nos mudamos a la casa que me habían dejando mis abuelos, donde nos dedicamos a cuidar las cosechas, Kin aún daba clases y yo en mis tiempos libres escribía (publique varios libros más, muy populares). Los fines de semana ayudabamos a los Hayashi en el negocio y mis padres nos visitaban a menudo.
Pese a todas las sorpresas que vivimos desde jóvenes, nada nos preparo a Kin y a mi, para la más grande noticia que nos lanzó la vida: seríamos padres. Al mayor lo llamamos Kini* y a nuestra hija menor la nombramos Gen**. Fue complicado en un principio, ninguno sabía lo que hacía pero el solo ver a nuestros pequeños sonreír nos daba fuerzas para seguir.
Nos había tocado una vida fácil algunas veces y otras se complicó más, pero no hubo dudas de que Kin y yo estábamos destinados, porque nada logro separarnos. Nuestros hijos eran la prueba de nuestro amor. Habíamos hecho una hermosa familia, ahí.
Justo ahí donde habitan espíritus, donde vive el Dios de la montaña, donde nos conocimos y donde cosas mágicas suceden.
*Kini: significa "Dios es amable o misericordioso"
**Gen: significa "primavera".FIN
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Jin no fukkatsu - ジンの復活 (El Regreso De Gin)
Hayran KurguHan pasado 3 largos años, en los que no pude desear la llegada del verano sin sentir que se rompía mi corazón. Aún recuerdo el primer día que lo vi, recuerdo cada verano después de ese y aunque me duela también recuerdo el día que desapareció. Al...