Capítulo 12

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—¿Qué pasó?— Toni preguntó una vez que ya estaban en el balcón.

—Bien. Tienes que entender que la vida militar no es la misma que la vida de civil. Las cosas no se manejan tan fácilmente—. Cheryl agradeció la oscuridad, haciéndole más fácil contar su historia. —La apariencia lo es todo y los chismes se mueven a través de las tropas más rápido de lo que te puedes imaginar. Era una senior en la escuela secundaria y mi padre había sido situado en West Point cuatro meses antes. En el otoño tienen un baile de etiqueta para celebrar durante el fin de semana el regreso a casa. Mi padre me arregló una cita para salir con un cadete de cuarto año llamado Eugene Watkins.

—¿Eugene?— Toni bufó y buscó sus cigarrillos. —¿Por qué alguien avergüenza a un niño con un nombre como ese?

—Probablemente porque él fue Eugene Watkins tercero, el nieto del General Eugene Watkins y el hijo del Capitán Eugene Watkins.

—Aun así es una razón pésima para llamar a su niño Eugene.

—De cualquier manera, el ego del Cadete Watkins estaba sólo empequeñecido por sus hormonas, especialmente después de haber tomado varios sorbos de no se qué licor que llevaba escondido en su chaqueta. Después de pasar la mayor parte de la noche hablando de sí mismo, el Señor personalidad pensó que tenía derecho a más que sólo unos cuantos bailes formales.

—¿Quieres decir que él intentó ...?

—Oh sí, ciertamente lo intentó— Cheryl dijo. —Dimos un paseo por la base y él hizo todo lo posible por abrazarme. Yo lo empujé y comencé a caminar de regreso, dispuesta a dejarlo pasar sólo como una mala cita, pero él no se dio por vencido tan fácilmente. Me empujó contra un árbol e intento meter sus manos por debajo de mi vestido. Ahí fue cuando grité y le di con la rodilla.

—Bien, el bastardo se lo tenía merecido— Dijo Toni, dando una larga calada a su cigarrillo. —Deberías haberle pateado las pelotas.

—Hubiera deseado haberlo pensado mejor en ese momento— Cheryl admitió. —Darle con la rodilla no fue suficiente para quitármelo de encima. Me derribó al suelo y comenzó a golpearme. Otro cadete escuchó mis gritos y corrió hacia mí. Si él no hubiera estado paseando por ahí, Dios... Estábamos demasiado lejos del resto de la fiesta.

—¿Supongo que como era el nieto del General no le castigaron ni nada, verdad?

Cheryl suspiró y descansó su pie en su rodilla opuesta. —No es tan simple. La Academia es muy estricta en hacer cumplir el Código de Honor.

—¿Qué pasó?

—Estaba bastante alterada para cuando el cadete me trajo de regreso. Cuando llegamos a la puerta principal ahí estaba parado mi padre, el General Watkins, y otros oficiales de alto rango. Imagínate como me veía. Allí estaba, mi vestido desgarrado todo lleno de lodo, hierba y manchas en toda mi espalda. Mi padre me hizo pasar a un cuarto privado y le dije lo que había sucedido. Él salió y regresó algunos minutos después para llevarme a casa.— Mirando las estrellas centelleantes, Cheryl dejó que sus emociones flotaran en su mente de nuevo. —Mi padre nunca me mintió, y se lo agradezco. Él me dijo que era mi palabra contra la de Eugene y por supuesto ya sabrás cual fue su historia.

—Qué tú lo deseabas.— La stripper adivinó.

—Él dijo que yo lo había provocado y que cuando él se rehusó a acceder a lo que yo quería comencé a gritar.

—Por supuesto.— Toni dio un bufido.

—Mi padre también me dijo que el General Watkins le recordó que el padre de Eugene había muerto como un héroe en Líbano cuando Eugene aun estaba en el bachillerato—. Ella negó con la cabeza, distraídamente identificando las diversas constelaciones flotando en el cielo. —Todo lo que hubiera pasado es que con solo una llamada de el General mi padre hubiera sido enviado fuera de Anchorage o algo peor.

let me love you; choniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora