Capítulo 24

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―¿Confías en mí, Toni?― susurró la cálida voz en su oreja.

―Sí.― contestó. Le tomó tan solo un segundo entender la intención de Cheryl, se reclinó contra la cama, la parte baja de sus piernas colgando por un lado de la cama. El edredón contra su espalda estaba helado comparado con el cálido tacto del cuerpo que la envolvía por delante.

―Hmmm.― dejó escapar Cheryl entre beso y beso. ―Ojalá pudiera estar así siempre.― Toni soltó un gemido de placer, sus párpados cerrados cuando sintió unos labios húmedos recorrer su esternón. Su cuerpo se arqueó por su propia voluntad, presionando su pecho derecho contra la boca de Cheryl que se acercaba.― Despacio.― dijo Cheryl suavemente.― Tenemos todo el tiempo del mundo.

―Es fácil para ti decirlo.― gruñó, enredando sus dedos entre el oscuro cabello de Cheryl. Se sorprendió cuando Cheryl se arrastró hacia arriba y le robó un rápido beso.

―No, no lo es.― dijo la escritora.― He estado deseando esto durante tanto tiempo...― los errantes labios encontraron la oreja derecha de Toni.― Voy a mostrarte cuánto.― dijo antes de cerrar su boca sobre un rosado pezón previamente excitado.

La danzarina lengua encontró su lugar con agradable exactitud, provocando sonidos que Toni se creía incapaz de producir. A pesar de ser comprensibles o no, Cheryl pareció entenderlos, moviéndose de un pecho al otro y luego de vuelta otra vez, prodigando más atención amorosa. Alzando su pierna izquierda, Toni apoyó el talón en el borde de la cama y presionó hacia arriba, su necesidad quemándola fuertemente y pidiendo alivio. Las manos y boca de Cheryl se movieron hacia abajo, los suaves dedos enganchándose con la banda elástica de los pantalones.

―Sí.― susurró, alzando las caderas y respondiendo a la pregunta ante la indecisión de Cheryl. Se le puso la piel de gallina en la nueva parte de carne expuesta, tanto si era por la sensación de los dedos de Cheryl en su piel o por el frío aire en su piel sobrecalentada, Toni no podía estar segura. Todo lo que sabía era que nunca, absolutamente nunca se había sentido tan bien como ahora. Miró tolerante mientras Cheryl doblaba los pantalones y los depositaba encima de la otra ropa.

―Ven aquí.― susurró, necesitando sentir el cuerpo de Cheryl contra el suyo. Buscando esos maravillosos labios, Toni usó su fuerza para rodar sus cuerpos y no solo para ponerse encima, si no también en diagonal a la cama. Su posición le daba a Cheryl un acceso limitado a otra cosa que no fuera la espalda de Toni pero la escritora no malgastó el tiempo y exploró lo que pudo.

―Eso se siente bien.― dijo Toni meciéndose suavemente contra las manos que frotaban lentamente su trasero.

―Perfecto― dijo Cheryl dándole un suave apretón.― Todo lo que quiero es que te sientas bien.― comenzó a bajar pero fue detenida.

―Espera.― Toni se sentó, descansando sus manos en la parte alta del pecho de Cheryl.― Yo solo.― comenzó, echando un vistazo al cuerpo sobre el que estaba a horcajadas. Tragando pesadamente, despacio fue bajando las manos, las yemas de sus dedos moviéndose por la parte superior de los pechos de Cheryl, deteniéndose tímidamente sobre los erectos pezones.― Eres preciosa.― susurró.― Yo no...― Su voz se quebró y tuvo que comenzar otra vez.― No sé lo que te gusta.

―Lo estás haciendo bien.― le aseguró Cheryl, tomando una de las manos de Toni y besando su palma. Sus ojos se encontraron, Toni dejó que su mano fuera guiada de vuelta al pecho, la cálida mano de Cheryl presionando la suya contra su suave piel.

Nerviosamente Toni cerró sus dedos, sintiendo la dura punta siendo tiernamente estrujada entre ellos. Cheryl gimió e hizo su cabeza hacia atrás.― Dios Toni,― susurró,― Asi..― Toni hizo lo mismo con la otra mano y recibió otro sonido de placer de los labios de Cheryl. Sus acciones también provocaron que la cadera por debajo de ella se levantara, presionando su centro contra la suave barriga de Cheryl. Toni podía sentir su propia humedad y estaba segura de que en los últimos balanceos la escritora se había asegurado de ello. Las manos de Cheryl, que habían estado moviéndose inquietas arriba y abajo de su espalda, ahora la envolvían mientras intercambiaban las posiciones, Toni ahora descansando su espalda sobre la cama y mirando hacia la mujer que estaba a punto de hacerle el amor.

let me love you; choniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora