Capitulo 2: "Día de pícnic"

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Matías:

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Matías:

16 de marzo de 2015

¡Ya!, ¿Podes sacarla de tu mente por tan solo 5 minutos? Necesitas concentrarte y estudiar Matías Clarke. Mientras me repito esas palabras una y otra vez en mi mente, trato de seguir con mi informe sobre leyes y otras cosas que para otros son aburridas, pero para mí son lo más interesante, créanme, amo estudiar, solo que en estos momentos no puedo sacar de mi mente una cosa, mejor dicho a alguien, debo dejar de pensar en sus ojos, aun no puedo creer que no haya cambiado nada, incluso es mucho más linda que antes, la pubertad sí que le pegó.

Sacudo mi cabeza y me refriego los ojos con cansancio, miro mi taza, vacía, necesito ponerme una máquina de café en mi cuarto, estoy tan cansado, el trabajo es duro, no me quejo, es solo trabajo de oficina, papeleo y etc. Y si, aunque sea el hijo del dueño mi padre prefirió que empezara desde abajo, para que aprenda a ganarme mi puesto y no solo por un vínculo sanguíneo conseguir todo con un chasquido de dedos, no me quejé, debo aprender bien y no solo conseguirlo por arte de magia, pero eso no significa que me canse.

Miro la hora en mi laptop, 2:57 am, bueno, creo que eso es todo por hoy, mañana lo seguiré. Guardo todo lo que estaba utilizando y me estiro como si fuera una especie de gato, despeino mi cabello y me levanto para ir a mi cama, agarro mi teléfono y voy específicamente a una aplicación, con más exactitud a un chat de Messenger. Activo(a) hace 2 hs... última conversación 24/4 del 2013... parece tan poco tiempo y ya han pasado dos años, el chat sigue con nuestros apodos tontos, pero que para mí son lo más tierno, mis dedos pican por escribirle, pero, una vez más mi orgullo gana y solo salgo, bloqueo el teléfono y voy a dormir.

Siento unos golpes fuertes en la puerta, mi madre, me estiro y miro el reloj, uf ¿ya las 9 am? No pude ser, parece que dormí dos minutos nada más. Me levanto de mala gana y voy hacia mi ropero, elijo algo sencillo, unos shorts y una remera negra básica, me miro al espejo, Dios, esas ojeras parecen las de un mapache. Me aseo y bajo para desayunar. Hoy es día de tiempo de caridad en familia, saludo a mis padres y le doy un abrazo a mi hermana.

- Hola chiquita ¿cómo estas hermosa?

Con su carita de dormida aun me responde entre un bostezo que bien, es una niña hermosa, posiblemente rompa muchos corazones de grande, debo tener cuidado, es la única mujer que puede conmigo.

- ¿Te quedaste hasta muy tarde estudiando?, tienes unas ojeras, ¿Quieres que te dé una de mis mascarillas de colágeno?

- No mamá, gracias así estoy bien. – digo entre risas.

- ¡Ay Matías! No tiene nada de malo, tu padre hay veces que las usa, ¿no es cierto?

- Cierto cariño. – dice mi padre mirándola con amor.

Siempre dije, cuando mire a alguien como ellos se miran es cuando sepa que es amor de verdad. Me levanto de la mesa y me dirijo hacia la cocina, a ver si Martha tiene mi jugo preparado, pero me encuentro una grata sorpresa cuando veo a Chloe sentada leyendo un libro de...

Arruinando Una BodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora