Sinopsis:
18 de septiembre de 2018
No esperaba esto. Y cuando digo que no esperaba esto, lo digo de verdad. ¿Me debería sentir culpable por que ahora mismo en la boda de mi hermano su novia tiene el pelo color verde flúor, su pomposo vestido esta a...
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"Un acuerdo beneficioso" parte 1
17 de noviembre de 2015:
Narra Emily:
Nunca voy a entender el mundo de los adultos, digo, ya estoy por entrar a mi pre adolescencia, pero no entiendo el motivo de estar con alguien solo por lo que le pueda dar a tu vida, ¿profundo no? Pero es verdad, ¿por qué cenar con alguien que no te cae bien solo por mantener intacto tu nombre?, al menos es lo que decía Matías ayer en nuestra pijamada, hablamos de todo un poco y el me comentó que la cena de hoy era con un señor muy soberbio y su esposa. ¿Cómo lo sabía él? Bueno pues porque el otro día fueron al trabajo de mi padre y no lo trataron de la mejor forma, solo porque era un simple secretario, obviamente ellos no sabían que era Matías Clarke y que era el hijo del importante abogado al que iban a visitar.
Así que me imagino sus caras esta noche cuando vean al secretario sentado en la mesa con ellos, porque si hoy vienen a cenar con nosotros, es despreciable como las personas son buenas contigo solo por tu posición, a mí no me gusta y espero nunca ser así. Matías a veces me dice que tengo pensamientos muy adelantados para mi edad, supongo que es porque me crié en un ambiente donde son todos grandes, tal vez por eso pienso de manera distinta a otros niños.
Termino de acomodar mi pelo frente al espejo, estoy llevando unas zapatillas marrones y un vestido color crema, me hice unas dos trenzas pequeñas y las junte por detrás con un moño, mi pelo cae en ondas muy bonitas que me encargue de formar, obviamente aun no me dejan maquillarme así que no llevo nada, acomodo un poco más mi vestido hasta que escucho como mi madre nos llama a Matías y a mí, nos encontramos en el pasillo, lo miro y veo como los dos no tenemos ánimos de estar en esa cena con esos "amigos".
No es la primera vez que pasamos por esto, muchas veces han venido "amigos" a cenar, obviamente solo lo hacen para codearse con mi padre y ser reconocidos, mis padres también se dan cuenta de ello, solo que hacen como que no porque si salen beneficiados les sirve, como les dije, es todo un tema de acomodo, ser cada día más reconocido y ganar más dinero.
En fin, con mala cara bajamos, mi madre acomoda aún más mi cabello, también acomoda la ropa de Matías, nos sentamos en los sillones a esperar, ya deberían estar por llegar.
Escuchamos como un auto se estaciona enfrente de nuestra casa y nos levantamos, mi madre con una sonrisa muy halagadora los recibe junto con mi padre. Caminan hasta los sillones a lo que nos paramos inmediatamente para recibirlos, detrás de mi madre vienen unos señores, ella tiene el pelo corto y negro, es baja y es un poco rellenita, por otro lado, él es un poco más alto que ella, aunque no más alto que mi padre incluso puedo decir que Matías también le gana en altura, su pelo es negro con algunas canas, y tiene una enorme verruga negra en su barbilla.
Se acercan caminando como si estuvieran en una pasarela, a la primera que ven es a mí y me sonríen con las sonrisas más falsas que pude haber visto en mis cortos 10 años de vida, cuando posan sus miradas en Matías sus caras se vuelven blancas como el papel, incluso podría decir que hasta la verruga del señor Larrea quedó blanca. Estaban perplejos, yo creo que no podían creer que el mismo secretario estuviera ahí.
