Capitulo 4: Más unidas que nunca

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01 de julio de 2015

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01 de julio de 2015

Narra Emily:

Tengo miedo. La verdad es que siempre trato de ser alegre, digo, lo tengo todo y no es por exagerar de verdad soy realmente afortunada, tengo una familia que me ama, una linda casa, siempre tengo comida y jamás pasé frio, soy afortunada, me gusta ser agradecida con la vida, estar alegre, no muchos pueden presumir lo que yo tengo, pero estos días... simplemente no puedo.

Miro el reloj colgado en la pared, en 10 minutos salgo de este lugar, la maestra sigue y sigue hablando, no puedo concentrarme, le dije a Chloe y Preston que estuvieran minutos antes, así que deben estar afuera esperándome. Muevo la pierna nerviosamente, aunque intente no puedo dejar de hacerlo. Miro de nuevo el reloj, 6 minutos y salgo, solo seis y ya salgo.

Cuando suena la campana no me tienen que decir dos veces, guardo todo a la velocidad de la luz, la verdad ya tenía todo preparado era solo abrir el bolso y poner las cosas dentro, salgo del aula corriendo literalmente hacia la salida, veo a Chloe con ojos de preocupación a lo que ella me da una media sonrisa, nos subimos al auto y a diferencia de siempre, este trayecto como el de los días anteriores es totalmente en silencio.

Quiero llegar a mi casa, necesito llegar a mi casa, pienso en Belén, en como debe estar, si está bien, si está sufriendo mucho, me duele verla así. Lo único que puedo repetir en mi mente una y otra vez es "por favor no te vayas aun, no me dejes".

Llegamos. Me bajo corriendo y entro a mi casa, voy a mi habitación, me despojo del uniforme del colegio y me visto con lo primero que encuentro, ya que si voy al patio con el uniforme mi madre puede infartar, sin exagerar. Al llegar la veo, esta acostada en una camita que le preparamos, Matías está al lado de ella y le acaricia el lomo mientras le dice cosas lindas y tiernas.

Me tiembla el labio, pero me aguanto, Chloe me da un apretón en el hombro, me acerco y la saludo tocando su carita peluda, mueve la cola lentamente, hasta eso le duele y trata de lamerme la mano, obviamente no puede, apenas si puede moverse. Me quedo un poco más con ella allí hasta que nos llaman para comer, voy rápido ya que no quiero perder mucho tiempo en esto quiero estar todo el tiempo que pueda con Belén, Belén es mi perrita, ya tiene 14 años y si cuando nací yo ella ya estaba, así que crecí con ella, hace unos meses le encontramos un bulto bastante pronunciado en sus tetillas, mis padres no me contaron mucho para no ponerme mas triste de lo que ya estoy, pero lo único que me dijeron es que pronto se iría.

Con los días fue empeorando, llego a este punto donde pasa el día acostada y ya no ladra, fue un cambio brusco ya que ella era muy hiperactiva, en estos días nos dijeron que su final estaba cerca así que estamos tratando de mimarla lo máximo posible, termino de comer y Martha me trae un pudin de chocolate, le sonrío porque sé que lo hizo para ponerme feliz, o al menos tratar. Miro el cuenco con frutas y veo una bella manzana, así que se me ocurre una muy buena idea, voy a pelarla, cortarla en pedazos y darle a Belén, le encanta la manzana.

Arruinando Una BodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora