Capítulo 4 - "El club de lectura".
Cassie.
—Lean hasta aquí, les será muy útil para el control que tendremos la próxima semana. Y... señorita Edwards, ¿le molesta quitarse esos lentes de sol? Los ha llevado durante toda mi clase.
Yo cerré los ojos con fuerza, cruzando los dedos para que el kilogramo de maquillaje que me había puesto esta mañana sirviera de algo. Cuando retiré mis lentes de sol, el profesor sonrió.
—Gracias. Un rostro tan lindo no tiene por qué esconderse detrás de esas gafas tan horrendas.
Algunos en la clase rieron.
Fingí que su comentario no me había ofendido. Después de todo, tres horas de clases seguidas habían sido ya un martirio el día de hoy; no quería tener que escuchar otra media hora más de sus sermones. Cuando fue el momento de salir para almorzar, tomé mi botella de agua y la poca dignidad que me quedaba, y salí del salón. Escuché la voz de Katty a los lejos, así que me detuve para esperarla.
—¡Hey, desaparecida!— gritó ella— No me respondiste ninguno de mis mensajes. ¿Qué fue todo ese revuelo de la otra noche? ¡Estabas por todas las redes!
Yo situé una mano en mi cabeza. La voz de Katty retumbaba como los mil demonios.— ¿Cómo sabes eso? ¿Y cómo conseguiste mi número?— pregunté.
—Pues, lo robé.— se encogió de hombros— ¿Ya me vas a explicar qué fue lo que pasó anoche?
—Nada en especial.— seguí caminando, mientras mi cabeza no dejaba de dar vueltas.— ¿No tienes una aspirina?
—April siempre lleva unas cuantas consigo en su bolso. Le dije que nos veríamos en la cafetería para almorzar.
—Bien.— Fue lo único que dije. El haber dormido dos horas después de beber alcohol en las últimas doce... no estaba ayudando mucho.— Respecto a lo de anoche; Valery me lanzó un vaso repleto de cerveza de mantequilla.
Volví a poner mis gafas en su lugar mientras Katty abría una boca de dos metros— ¿QUE ELLA QUÉ?
—Si, ella estaba borracha. Bueno, tal vez yo también un poco.— admití— Ahora eso ya no importa. ¿Por qué tú no fuiste a la fiesta?
Katty alzó las cejas, como si se tratase de algo obvio.— Pues... ¿Porque no me invitaron? ¡Es la fraternidad, Cassie! ¡Sólo gente exclusiva va a la fraternidad!
—Ni tan exclusiva.— alcé el dedo— Yo vi a mucha gente normal y sin nada de especial en esa fiesta.
—Normal, pero deportista, seguramente.— Katty rodó los ojos.— Como sea, ¡cuéntamelo todo! ¡Imagino que pusiste a Valery en su lugar!
Seguimos caminando por los pasillos en dirección a la cafetería, mientras yo le contaba todo lo que ella no quería escuchar. La voz de decepción de Katty daba aquello por hecho.
—Y entonces me escondí en los arbustos y esperé a Ross.— terminé la historia.
—Vaya.— dijo Katty cuando terminé— Si que odio a esa Valery.
—Y yo...— estuve de acuerdo.— Pero, como sea. Ya no tengo ganas de hablar del tema.
Ambas entramos a la cafetería, que estaba repleta de chicos universitarios haciendo la fila para ordenar su almuerzo. April nos movió la mano desde la fila, dándonos a entender que nos había guardado un lugar muy cerca de la caja.
—Gracias al cielo.— susurró Katty— Odio hacer filas.
Yo no lo hacía, pero en circunstancias como estas, no podía hacer nada más que agradecer a April por su acto de buena samaritana.
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Cassie
Teen FictionCassie Edwards es hija de un escritor famoso, de quien todo el mundo ha escuchado. Su sueño siempre fue convertirse en una gran escritora, y seguir los pasos de su padre para continuar con su legado. Además, planea triunfar en el equipo de natación...