Capítulo 5.

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Capítulo 5 - "Pruebas de iniciación".

Cassie.

—Por Dios, Clary, esto es una locura.— dije yo, mientras ambas entrábamos en la parte trasera del auto de Ross. 

—Y que lo digas.— bufó ella, negando con la cabeza.

—Ya dejen de llorar.— habló Ross en la parte delantera del auto. Todos escuchamos que alguien llamaba a Ross, y noté que Paul venía saliendo por la puerta principal de su casa.

—¡Hey! ¿Hay espacio para alguien más? ¿Van a la fraternidad no es así?

—Así es, hermanito. Ya sube.— dijo Ross, mientras bajaba sus lentes de sol— ¿Ya tienen sus bolsos listos?

—Sí.— dijimos yo y Clary al mismo tiempo. 

Resulta que era una tradición en la fraternidad que los nuevos tuvieran un ritual de iniciación por dos semanas. Durante este tiempo, los nuevos integrantes tenían que pasar viviendo en la casa principal, y hacer los diferentes retos y bromas que la fraternidad ordenara. Es por eso que Clary y yo, con algo de miedo y desconfianza, llevábamos nuestros bolsos junto a nosotras. Ya se hacía de noche, así que nos dirigíamos hacia el lugar para iniciar aquel ritual tan famoso.  

—Explícamelo otra vez.— dijo Clary, mientras Ross conducía— ¿Por qué es necesario que nos quedemos viviendo ahí dos semanas?

—Porque se trata de una hermandad.— contestó Ross mirando el frente— Muchos de los integrantes viven ahí, y aunque en la nuestra no es requisito, si es bueno que todos se conozcan y convivan unos días. Ya saben, para interiorizarse un poco.

—¿Y cuáles son las bromas?— susurré en la parte de atrás— He oído noticias de hermandades que son...

—¿Que son...?— continuó Ross, al notar que yo me había detenido a mitad de la oración.

—Ya sabes, improcedentes. 

—No te preocupes por eso.— habló Ross, negando con la cabeza— En esta hermandad están más que prohibidas esas cosas. ¿No leíste el manual de iniciación?

—Dos veces.— admití— Pero suponiendo que son bromas...

—Yo creo que deberías relajarte, Cass.— masculló Clary, que tenía un auricular en su oído— Céntrate en lo malas personas que somos por querer pertenecer a este estirado club de deportistas. Y lo demás se te olvidará. 

Yo la observé de reojo, mientras fruncía los labios. 

Sabía que Clary en parte tenía razón, pues la impresión que me había dado la fraternidad desde un principio, no había sido del todo buena. Habían muchas cosas en mi contra que me decían a gritos que aquello era una mala idea; sin embargo, mi lado arrogante y orgulloso no podía dejar de pensar en que huir era todo lo que Valery quería que hiciera. 

Ross habló de nuevo.

—Por cierto, me iré a vivir con ustedes por estas dos semanas.— lo dijo con una actitud de relajo, aunque yo sabía que en el fondo le hacía mucha gracia. 

—¿Y eso por qué?— Clary alzó las cejas, desconcertada— ¿Acaso piensas que no sé cuidarme sola? 

Ross la observó divertido— No voy a dejar a mi hermanita viviendo sola en esa casa. Debes aprender algunas cosas antes de ser parte de la hermandad. Y yo voy a enseñarte. 

—Bueno, por cierto;— habló Paul— yo también estaré allí. 

Yo sentí como mi estómago se sentía cada vez mas pesado.

CassieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora