Capítulo 6.

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Capítulo 6 - "Adaptándose a la rutina"

Cassie.

—... que hagan mi cama y también el desayuno! ¡Creo que una ensalada de frutas no estaría mal, pero quiero mango, y ya no hay mango en la despensa! ¡¿Cómo puede ser eso posible?!

Me removí en la cama, confundida, no entendiendo qué diablos estaba ocurriendo. Los gritos se repetían una y otra vez, resonando por toda nuestra habitación.

—¡Ya levántate, Clapy, tienes que ir a conseguirme mango y hacer mi desayuno!

Yo intenté abrir los ojos como pude, ignorando la pesadez y ardor en ellos. Fue en ese momento en que vi un cabello rubio largo paseándose por toda la habitación. Negué con la cabeza, intentando disminuir el ruido con una almohada sobre ella.

—¿Qué hora es?— dije, al darme cuenta que los gritos no paraban. Tomé mi celular y vi que eran las cinco de la mañana. Negué con la cabeza, ella en serio estaba loca.

Clary bajó de su cama y se dirigió fuera de la habitación sin decir una palabra, con Valery siguiéndole detrás. Yo gruñí revolviéndome en mi cama, pensando en que aquella era la peor manera de despertar un lunes por la mañana. 

El fin de semana se había pasado volando dentro de la fraternidad. Por mi parte, me la había pasado estudiando para introducción a la literatura los dos días completos, sin considerar que nos tocó a todos los  novatos hacer el aseo semanal de la casa. Yo me había encargado de la cocina completa, mientras que Clary estuvo con náuseas todo el domingo porque le habían tocado parte de los baños.

Tomé mi celular y le escribí a papá sobre la experiencia en la nueva fraternidad. Una vez que terminé de darme una buena ducha, me dirigí hacia la cocina para preparar el desayuno para mí y para Caleb. Para mi sorpresa, Scott se encontraba comiendo en un taburete de la barra cereal con leche. Me saludó con la cabeza cuando me vio.

—¿Qué haces despierto tan temprano?— pregunté, al mismo tiempo que bostezaba— Ni siquiera son las seis. ¿Y acaso nadie te hace el desayuno?

Scott negó con la cabeza. Su cabello negro y ondulado se veía desordenado por la mañana.

—No todos conseguimos un novato.— señaló él— Pero de todas formas no me quejo. Me levanto demasiado temprano, y creo que sería una tortura para él tener que seguirme el ritmo.

Asentí con la cabeza y abrí el refrigerador para ver qué había dentro.

—No quedan muchas cosas.— habló él— La chica que hace las compras las traerá el día de hoy. Que bueno que te levantaste temprano, así te comes lo que queda.

—No lo hice a propósito.—le respondí— Valery no dejaba de gritar en nuestra habitación que faltaba mango y...

—Vi saliendo a Clary por la puerta muy enfadada.— frunció el ceño— De todas formas, no creo que consiga mango a las seis de la mañana.

—Valery es insoportable.— dije, mientras seguía escudriñando entre la comida — Clary tendrá que armarse de valor para aguantarla estos días.

Scott rió, y luego se echó una cucharada de cereal a la boca— Clary le lanzó un yogur de dieta antes de salir por la puerta. Debe estar tomando una ducha ahora mismo.

Ambos nos reímos mientras él seguía comiendo su desayuno, y yo buscaba ingredientes para preparar el mío. Tomé leche y cereal y lo aparté hacia un lado, no estando segura si le gustaría a Caleb.

—A Paul le gustan las tostadas por la mañana. — me ayudó Scott— Escuché que sacaste el papel con su nombre. No queda mucha fruta, así que te recomiendo hacerle algunas junto con un café bien cargado.

CassieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora