Cassie

Capítulo 12.

Capítulo 12 "Es complicado."

Cassie.

—Ese examen estuvo realmente letal.— se quejó Katty, mientras yo tomaba mis libros y resoplaba con fuerza.

—Creo que soy una especie de mapache andante.— dije, poniéndome de pie y saliendo del salón de clases, intentando no dormirme en el intento. Por todo el ajetreo del fin de semana y la llegada de mis padres, solamente había podido dormir unas tres horas ayer por la noche.

—Bueno, ya nos quedan sólo tres exámenes para poder descansar un poco.— April vio el lado positivo, aunque por su aspecto, sabía que también estaba exhausta.

—Claro, y luego volver a la segunda tanda y que el ciclo se repita.— Katty rodó los ojos. Al parecer, la palabra optimista no le iba bien a ella el día de hoy.

—Tu optimismo no está ayudando, hermanita.— le dijo April a su hermana, y ella volvió a rodar los ojos.

—Quizás lo sería si pudiera tener una distracción al igual que ustedes.— dijo Katty, mientras salíamos del salón de literatura griega— ¿Cuándo me ayudarán a entrar a su estúpida fraternidad?

—Pues eso no depende de mi.— April se encogió de hombros— Apenas es mi primera semana de iniciación, y he tenido que cargar con el insoportable de Ross todos estos días. 

Era martes por la tarde, y April se la había pasado quejándose todo el día de ayer sobre lo tedioso que era Ross.

Katty suspiró y se cruzó de brazos— ¿Qué hay de ti?— me preguntó ella, y yo resoplé.

—Veré que puedo hacer. 

Seguimos caminando hasta que logramos llegar al salón del club de lectura. Era aun temprano por la mañana, y nos habíamos reunido para realizar una venta de pasteles para la recaudación de fondos del club. 

Los demás miembros se habían reunido ayer en la casa de Joseph, líder del club, para preparar las diferentes tartas y surtidos que tendríamos en venta. Yo no había podido asistir, pues me la pasé todo el fin de semana ocupada estudiando para las pruebas, y aprovechando el tiempo de calidad con mis padres. Al final, mi madre había dicho que se irían de regreso a Seattle el viernes por la tarde, lo que me había puesto bastante feliz, pues me la pasaría más días disfrutando de su compañía. 

Caleb se encontraba de espaldas poniéndole las cintas a las cajas, y yo dudé en si acercarme o quedarme en completo silencio observándolo. Aún había llegado poca gente, pero estaba segura de que en cualquier momento se daría cuenta de mi presencia.

Joseph nos vio y sonrió.

—Buenos días, chicas.— saludó él amablemente— Me alegra mucho que hayan podido venir. 

—Siento no haber podido llegar ayer.— me disculpé con él, sacudiendo la cabeza— Mis días han sido un verdadero caos. 

Fue en ese momento, cuando Caleb se giró para encontrarse frente a frente conmigo. Sonreí. Se veía muy guapo y aunque nuestra relación había estado bastante rara este último tiempo, tenía que admitir que lo había echado mucho de menos. 

—Te he extrañado muchísimo estos días.— me dijo, dándome un abrazo y un beso en los labios. Yo le correspondí, pasando mis brazos por su cuello.

—Ya, consigan una habitación.— sugirió Katty, y yo rodé los ojos. 

—También te extrañé.— le dije, y no era del todo falso. Aunque tenía que admitir que lo que había sucedido en la fiesta no dejaba de rondarme por la cabeza.