4.

2.3K 210 4
                                        

Ganamos todos los partidos hasta ahora, mis caderas estaban algo resentidas, pero no diría nada. Cuando vimos que el siguiente era contra el equipo de Oikawa me puse más nervioso, pero empezamos a guardar nuestras cosas para irnos, en los pasillos lo vi parado sólo y al verme sonrió haciéndome señas para acercarme, troté hasta donde estaba y acarició mi cabello con un gesto feliz pero cariñoso, me sonrojé y me dio su celular, entendí y saqué el mío anotando los números del otro, se lo devolví y me miró unos segundos a los ojos, mi corazón estaba muy acelerado.

- Hinata, debemos apresurarnos - me llamó Suga-san a lo que me giré a verlos.
- ¡Ya voy! - respondí y me giré de nuevo - nos vemos mañana - le sonreí y el hizo lo mismo.

Al alcanzarlos Kageyama estaba a mi lado caminando con sueño, todos fuimos al autobús y sabía que querían preguntar, pero no diría nada hasta tener seguro que es lo que seríamos.

Pero estaba más tranquilo que días anteriores, incluso emocionado por volver a verlo, me senté en mi lugar de siempre y todos se inclinaron sobre los asientos a verme.

- Shouyo ¿cómo empezaste a hablar con el? - preguntó Nishinoya sempai.
- ¿Intercambiaron números? - preguntó curioso Yamaguchi.
- Se veían muy lindos juntos, parecen cercanos - sonrió Daichi-san.
- Eh - me sonrojé sin saber que decir - hablamos desde el partido de práctica que tuvimos con su escuela, pero no habíamos intercambiado números - expliqué nervioso.
- Es bueno que hagas relaciones con jugadores de otros equipos, si planteas seguir en el voleibol por mucho tiempo tal vez un día jueguen en un mismo equipo - dijo Suga-san.
- Asegúrate de que no nos odie - sonrió Tanaka.
- Si - dije confundido.
- Bueno ya déjelo en paz - ordenó Daichi.

Kageyama no dijo nada, sólo se durmió sobre mi cabeza, espero que no babee, miré por la ventana feliz de ganar el partido, pero también por acercarme más a el, pase lo que pase mañana, quisiera que no afectara la relación que apenas estamos formando, dejé de pensar en ello distrayendome en un vídeo juego.

Cada día avanzaba un poco más, cuando llegamos igual que ayer Kageyama me acompañó un tramo jugando ambos en la consola.

- Oye... se lo que pasa, pero - desvió la mirada y suspiró mirándome de nuevo - cuidate por favor, si puedo ayudarte lo haré - dio palmaditas en mi cabeza y asentí.
- Gracias Kageyama - sonreí y el igual, eso me sorprendió demasiado, el se fue y yo seguí mi camino a casa.

¿Qué pasaría mañana? Si ganamos tal vez el no quiera hablar por un rato y si perdemos no me sentiría muy bien, esto era triste.

¿Sólo sexo? (Oihina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora