El partido terminó y fuimos a casa, no dije nada de lo que pasó, sólo continúe varios días sin saber de el, hasta verlo en el torneo, en verdad no sabía como verlo a la cara, así que desviaba mi mirada cuando el estaba cerca, intenté concentrarme en el partido y cuando lo hice tuve náuseas queriendo ir al baño.
Llegué corriendo para poder vomitar rápido antes del partido con tal de no sentirme mal durante, pero de nuevo ese aroma inundó mi nariz relajando mi cuerpo, no sólo eso, también despertó levemente mi celo.
- ¿Estas bien? - preguntó al verme sujetar mi estómago, se escuchaba realmente preocupado, pero debía salir de aquí lo más pronto posible - llamaré a tu capitán, espera aquí - se apresuró a salir pero antes de eso...
- Maldición - susurré cuando sujeté su manga, el se giró tomando mi mano sin decir nada, no podía verlo al rostro por la vergüenza, pero justo ahora quería hacerlo con el, me apegué a su pecho buscando que me tocara.
- No se si esto este bien - puso sus manos en mis hombros - ¿seguro que quieres esto?.
Asentí y cerró con seguro, el representaba mi perdición, pero... no me importaba porque se siente tan satisfactorio y cálido, como una droga, que calma toda preocupación en mi con suavidad, así que seguí moviendo mis caderas sentado sobre el, quería que me hiciera sentir así de bien tantas veces, que me abrazara de esa forma el mayor tiempo posible, escuchar su voz deleitando mis oídos y acelerando mi corazón de la forma que sólo el puede.
- Tu nombre... al menos tu nombre - me pidió y asentí abrazándolo rodeando su cuello.
- Hinata Shouyo - susurré.
- Oikawa Tooru - acarició mi cintura.
El siguió levantando y bajando mi cuerpo hasta terminar, como la vez pasada sólo nos limpiamos y salimos cada uno por su lado, gane el partido y no lo volví a ver en el día.
Pero sentía demasiado pesar en mi pecho, me aterraba no el hacerlo con el rindiendome a mis instintos, sino porque no sabía si lo volvería a ver.
Regresamos a la escuela en autobús y Kageyama me miraba muy atento.
- Oye idiota - me dijo cruzandose de brazos - di de una vez que pasó, te vez raro cuando no sonríes.
- Lo siento, sólo que... estoy algo preocupado - miré por la ventana, el revisó como todos venían dormidos y bajó el tono de su voz.
- Oikawa-san... ¿te hizo algo? - preguntó.
- No es que me haya hecho algo exactamente, pero ¿cómo sabes que es el?.
- Tu aroma está algo mezclado con el suyo, te dije que lo conocía de antes, así que reconocí el aroma cuando volviste del baño y también en el partido de prácticas - explicó - ¿estás bien? - preguntó.
- No... o no lo sé, yo - empecé a llorar, el me abrazó dejándome llorar en sus brazos - no sé que es lo que está pasando.
Me desahogé con el llorando y al llegar a la escuela me acompañó un tramo a casa, me sentía un poco más ligero, porque yo nunca tendría una pareja sexual que es lo que parecíamos, porque apenas se su nombre. Preferí ir a la cama temprano para no pensar en nada más hasta el siguiente partido de mañana, agradecí demasiado que Kageyama se quedara a mi lado todo el tiempo, me dijo que era un alfa desde que hablamos lo cual me hacía desconfiar un poco, pero era el único con el que podía confiar ahora.
Me sentí nervioso por el partido, pero como siempre el deseo de ir al baño por vómito estaba presente, intenté tomar un medicamento, pero no funcionó.
- Yo voy contigo - suspiró - rápido.
Lo seguí entrando al baño pero justo ahí estaba Oikawa mirando el suelo con las manos en los bolsillos de su chaqueta, me sonrojé sintiendo mi cuerpo extraño, no sabía que hacer incluso el dolor se me olvidó.
Pero como siempre que lo veía, iniciaba un celo en mi aunque fuera leve, apreté mis puños nervioso.
- Hinata... ¿podemos hablar a solas? - preguntó con voz tranquila.
