Después de comer por la tarde Tsukishima quería conocer algunas plazas y lugares a lo cual también quise ir y me arreglé con un pantalón de mezclilla clara rasgada ligeramente y una playera azul viejo, tenis blancos y una cangurera cruzada por mi cuerpo color blanca.
Estábamos en la entrada cuando detrás venía mi papá y mi tío, Tsukishima tomó mi mano empezando a correr pero no pudimos perderlos.
- Mierda - se quejó y lo miré reprochandole por la grosería - perdón, bien... vamos.
- Nos adoras y lo sabes - rodeó sus hombros Kuroo.
- No los extrañé para nada.Como ellos ya conocían no nos perdimos y todo era enorme, pero no podía soltar la mano de Tsukishima o iba a perderme, pero siempre había algo hermoso que ver, todo era moderno y bonito, se escuchó mucho bullicio a un costado y la multitud empezó a acumularse más provocando caos, me caí en una de las entradas a un restaurante y no pude ver a ninguno, no tenía los números de nadie más que de Tsukishima.
Le marqué y empezó a sonar así que me calmé, cuando contestó mi corazón latio muy fuerte.
- Habla Oikawa ¿qué pasó? - preguntó con desinterés.
- Soy... Hinata - me sonrojé nervioso - ¿Tsukishima olvidó su celular en casa?.
- Si - respondió - ¿estás bien?.
- De pronto la gente empezó a entrar en pánico y me separé de todos, no los encuentro - suspiré.
- Quédate ahí y enciende tu ubicación, entra a algún local por favor.
- Esta bien.Me senté algo nervioso porque todos miraban afuera por los cristales como la gente estaba hecha un desastre fuera viendo algo, tranquilicé mi respiración profundamente y percibí esa esencia playera en mi nariz, cuando giré a ver la entrada ahí estaba el jadeando, me buscó con la mirada y al verme se acercó, ni siquiera preguntó nada solo empezó a revisar mis brazos, cuello y rostro, la preocupación en su rostro se desvaneció y me abrazó aliviado, abrí mis ojos con sorpresa por el gesto repentino, pero me hizo sentir aliviado por segundos.
- Debemos irnos - me dijo tomando mi mano y asentí siguiendolo.
Al salir el estaba muy pegado a mi y me sujetaba fuerte sin lastimarte, pero entre la gente logré ver a la policía detener a unos sujetos, su esencia era muy fuerte, habían perdido el control de los animales dentro, la gente no dejaba de empujar pero logramos salir de ahí, el envió un mensaje y pedimos un taxi a casa, al llegar estaba sola.
- ¿Qué pasó allá? - pregunté.
- La vida en la ciudad es muy estresante - me miró y noté sus ojos cansados - algunos no se adaptan y pierden la cordura, suele haber casos como esos no tan seguidos pero se han hecho populares - me explico.
- ¿Y cómo sabes que están perdiendo el control?.
- Cansancio, insomnio, se alteran fácilmente, se aislan, suelen estar muy pendientes de todo, es... bastante feo.
- ¿Y tu cuanto piensas resistir? - lo miré preocupado, el en cambio estaba sorprendido y se dió la vuelta.
- Yo estoy bien, no soy como ellos - empezó a subir a la habitación.
- Suena como si tu estuvieras en ese proceso de perder el control Oikawa - lo detuve tomando su mano.
- Si, puede ser - se soltó encerrandose en su habitación - así que no te acerques - habló tras la puerta.