19.

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Haruka de pronto dijo que quería ir a una cafetería que quedaba en la facultad de empresas y desarrollo, sonaba bien porque tenía hambre pero tuvimos que caminar demasiado.

- Más te vale que la comida sepa bien - le dijo Yasahiro sentándose cansado.
- Al fin - dije sentándome.
- Comeré como un cerdo para saciar mi hambre - suspiró Kenta.
- No sean exagerados, yo vengo en tacones - alegó ella.
- "Yo vengo de coger toda la noche" - pensé adolorido.
- ¿Cómo te ha ido con tu amigo? - preguntó Kenta - ¿sigues preocupado?.
- Por suerte creo que ya se resolvió, pero de tanto preocuparme, me descuidé yo - rasqué mi nariz.
- Eso está mal, pasamos todo el día estudiando, si te duermes en medio de clases o enfermas vas a perderte por completo - me regañó Haruka.
- Lo sé, me cuidaré más lo prometo.
- Chibi - llegó Kuroo y le sonreí.
- Hola, ¿también vas a comer aquí?.
- Ojala cocinaras todos los días, me duele la billetera - suspiró.
- No va a pasar - me reí.
- ¿Viven juntos? - se sorprendió Haruka.
- Si, es mi novio - sonrió - soy Kuroo.
- ¿Novio de quien? - lo empujó levemente Oikawa detrás de el, nunca los había visto en la escuela.
- Oh dios, son guapísimos déjame alguno - dijo Kenta y todos lo miramos sorprendidos hasta que señaló a Haruka que le daba un ataque sin parar de verlos.
- Te lo regalo - dijo Oikawa acercandole a Kuroo.
- Claro, tu con el más bueno y yo con la loca - se quejó sentándose a su lado.
- ¿Van juntos? - le pregunté a Oikawa.
- No, pero insiste en que coma con el siempre, estudiamos casi lo mismo así que estamos en el mismo edificio - me miró feliz pero casual.
- Soy gay - dijo Kuroo cuando Haruka trataba de acercarse.
- ¿Para qué tengo vagina si a todos les gusta el chorizo? - se indignó y explotamos todos en risas.
- Hinata al menos una vez - tomó mi mano y sonreí divertido.
- Claro, algún día - le seguí el juego.
- Busca a alguien más - le aconsejó Kenta - ese día no va a llegar.
- Moriré virgen - suspiró.
- Ya no lo eres, no finjas - se rió Yasahiro.
- Siganse riendo y voy a desquitarme cuando me baje - todos nos callamos, cuando le llegaba su ciclo era una bola de antojos, bipolaridad y drama - así me gusta, ahora presentense como personas normales.
- ¿Normal alguien aquí? - levantó una ceja Kuroo.
- Soy Haruka, el castaño es Yasahiro y el otro idiota es Kenta - dijo ella.
- Son Kuroo y Oikawa - señalé a ambos.
- Bokuto dijo que también vendría - dijo Kuroo.
- ¿Es gay? - preguntó Haruka.
- ¿Qué tan desesperada estas? - la miró Oikawa.
- No le preguntes - suspiré y me miró confundido pero entendió de inmediato.
- Ay cariño - se rió ella - si yo entro a una apuesta tengo que ganarla aún si tengo que matar a alguien.
- ¿Y qué apuesta hiciste? - preguntó Kuroo.
- Tengo que conseguir 20 en este mes, me falta uno y tengo dos semanas para conseguirlo - dijo orgullosa.
- Fuera de eso, es una buena persona y muy linda - suspiré sin saber como ayudarla.
- Claro, lo que digas - la miró Oikawa no muy confiado.
- Hey hey hey - llegó Bokuto rodeando mis hombros.
- ¿Por qué carajo tiene tantos amigos guapos? - se quejó a lo bajó Haruka.
- Soy hermoso ¿no? - sonrió Bokuto.
- ¿Podemos sólo comer? No le sigan ese juego a ella o nunca vamos a acabar - suspiró Kenta.

Todos estuvimos de acuerdo en eso y pedimos la comida, se llevaron muy bien entre todos lo cual me gustó, al principio miraban algo asustados a Haruka pero después hasta seguían sus bromas riendo escandalosamente.

- Hinata prestame el apunte de la clase 6 - me pidió Kenta.
- ¿De nuevo no le entiendes? - saqué mi mochila.
- ¿Se pasan los apuntes? - preguntó Bokuto viendo como todos sacaban sus carpetas.
- Aunque no lo parezcamos, somos muy estudiosos e inteligentes - sonrió Haruka orgullosa.
- Pero Hinata es el más relajado de todos hasta eso - sonrió Yasahiro.
- ¿Relajado? - ladeó su cabeza Kuroo.
- Es el único que no tiene problemas para entender todo, así que no tiene que matarse como nosotros.
- ¿Qué estudian? - preguntó Bokuto.
- Medicina - respondio sencillamente.

Sentí como Oikaea tomaba mi mano al verme terminar de comer, entrelacé nuestros dedos sonriéndole, tras la comida cada quien fue a casa, no solté su mano en ningún momento de camino a casa, ya estando ahí fui a dejar mis cosas a la habitación, me tiré en mi cama cansado cerrando los ojos un instante, al abrirlos estaba oscureciendo, chequé la hora pero por suerte aún faltaba una hora para el entrenamiento.

- ¿Ya despertaste? - pasó Bokuto - que bueno, falta una hora tienes que alistarte.
- Si, ya voy - me levanté notando que tenía ropa cómoda para dormir y mis zapatos y demás estaban donde deberían - gracias por cambiarme - le dije.
- Lo iba a hacer, pero alguien me ganó - pasó sentándose en la cama - ¿cómo te sientes?.
- Mucho mejor ahora, siento que mis problemas desaparecieron - lo mire tranquilamente a los ojos.
- Que bien, sabes que puedes venir a mi siempre, no vuelvas a guardarte todo - acaricio mi cabello y asentí - Akaashi va a sufrir un infarto si se entera que no estoy cuidando bien a nuestro hijo.
- Procura no exagerar para no asustarlo - me reí.
- Te dejo para que te alistes, además cierto celoso está esperando afuera.

Me sonrojé a lo cual se rió, besó mi frente antes de salir, y justo se abrió la puerta el entró sin dejar de mirarme, se sentó a mi lado dándome un pequeño beso.

- ¿Dormiste bien? - sonrió.
- Si, gracias por cuidarme - acaricie su mano.
- Ya es hora de alistarse - se inclinó un poco más - ¿te ayudo a desvestirte? - acaricio mi cintura.
- Te dejaría si después de eso terminó vestido y no apurado por llegar a tiempo - me levanté quitando mi playera y pants.

El me miraba fijamente poniéndome algo nervioso, pero saqué una maya negra, short rojo vino y una playera entallada sin mangas negra, específicamente está porque tenía cuello un poco largo, empecé a llenar mi maleta con las cosas necesarias y la dejé en el suelo sentándome de frente sobre el.

- Me gusta como te vistes - recostó su frente en mi pecho.
- Lo sé, siempre sentía tus miradas - sonreí y se rió.
- ¿Te vistes así para atraer mi atención? - lamió mi pecho por sobre la tela y mordió succionando mi pezón.
- No maltrates la ropa - me sonrojé.
- Bien - levantó la playera hasta el tope y empezó a jugar con mis pezones, me recostó en la cama bajando los besos hasta separar mis piernas y empezar a chuparla, acaricie su cabello jadeando por el placer hasta venirme, me sorprendí cuando lo trago y lo mire rojo de la vergüenza.
- No lo tragues, escupelo - dije nervioso.
- Compensalo con otra cosa - bajó mi maya y short.
- Que sea rápido - desvié la vista y abrí mi boca tomando aire al sentirlo entrar - es muy grande - suspiré.
- Gracias - empujó un poco más para meterla toda empezando a moverse suavemente pero rápido, me sonrojé al escuchar los fluidos de nuestros cuerpos, empezó a hacerlo duro a lo cual cubrí mi boca aguantando mis gemidos, se agachó a besarme soltando jadeos entre labios ambos hasta venirme nuevamente y el la sacó mezclando el semen en mi abdomen.

Nos limpiamos acomodando la ropa para salir con media hora de sobra, que rápido ni que nada, suspiré al durar veinte minutos, pero me gustó, el tomó mi mano y las mochilas de ambos saliendo del edificio solos, al llegar la mayoría ya estaba ahí, dejamos nuestras cosas en los casilleros y una vez todos llegaron empezamos a entrenar juntos.

¿Sólo sexo? (Oihina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora