Rodé en mi cama varias veces, Kuroo tenía razón, no era seguro que un omega se acercara tanto a un alfa, pero no dejaba de estar intranquilo, el que terminó por no dormir en la noche fui yo, tal vez por haber dormido en la mañana o por pensar demasiado, cuando vi la luz entrar por la ventana me levanté a ducharme para no estar tan cansado, pero no funcionó, me puse ropa cómoda para no estar de mal humor, un pantalón sencillo con algunas partes rotas, playera negra y tenis del mismo color.
Al bajar a hacer el desayuno miré como siempre a Oikawa en el sillón empezando a quedarse dormido, suspiré empezando a cocinar y esta vez todos bajaron temprano, estaban ya listos pero aún dormidos.
Les serví café para despertarnos y porque yo lo iba a necesitar mucho, Oikawa se unió al desayuno en silencio con el rostro cansado.
Al entrar a la universidad todo era muy grande como ya lo esperaba, al llegar a mi aula me senté en el medio y pronto pude empezar a hablar con una chica pelirroja que lucía muy enérgica igual que yo y por el buen ambiente que se formó dos chicos llegaron después, uno de cabello castaño y otro gris.
- ¿Se conocían antes? - se sentó el castaño a mi lado.
- De hoy solamente - sonrió la chica.
- Entonces son gente relajada, ¿nos podemos unir? - sonrió el platinado.
- Claro - respondí yo.
- Me llamo Yasahiro y el es Kenta - se presentó el castaño.
- Soy Haruka - se presentó mi amiga.
- Shouyo - sonreí.
- Escuche de los superiores que en esta carrera vas a necesitar mucho apoyo, seamos buenos todos para estudiar - propuso Kenta.
- Yo también escuché que era muy pesada, que no da tiempo para algo más que estudios - suspiró Haruka.
- No me asusten por favor - me quejé y rieron.
Pasamos el día juntos opinando sobre los maestros y para mi suerte todos eran inteligentes, como les dije yo me maté estudiando dos años y entre más complicado el tema era mejor para distraerme, me acostumbré tanto que podía entender muchas cosas y eso me ayudó a ser más inteligente, lo agradecí demasiado o no iba a sobrevivir para nada aquí.
Al final fuimos por una lateada con la excusa de conocer la universidad, notaba como Haruka coqueteaba levemente con Kenta pero el no le correspondía, esperaba que eso no afectara la amistad de todos.
- ¿Estas en el selectivo? Hombre eso va a ser muy difícil - se sorprendió Kenta cuando le dije que tenía que entrenar por las tardes.
- ¿Creen que sobreviva? - suspiré.
- Nada es imposible - rió Yasahiro.
- Pero te estaremos animado, sólo no descuides tu salud - me pidió Haruka.
- Claro, de hecho tengo algunos problemas con eso.
- ¿Estas enfermo? - preguntó Yasahiro.
- No, pero no duermo por pensar que un compañero no duerme tampoco.
- Que lindo - sonrió Haruka - tu esencia es muy dulce y pacífica, como una brisa de verano en un parque, intenta dormir con el, tal vez lo tranquilicé tu aroma - propuso ella.
- Escuché que funciona, si tu amigo no es un alfa, entonces podrías intentarlo - concordó Kenta - de paso estas tranquilo tu también.
- Siento qué las feromonas pueden causar distintas cosas según la intención de la persona - opinó Yasahiro - aún siendo un alfa si tus intenciones son tranquilizarlo aún así podría funcionar.
- Si tienes una mente más abierta no deja de ser una buena idea, pero quisiera estar seguro de verte mañana, así que ten cuidado si lo intentas - palmeo mi hombro Kenta.
- Tengo que ir a estudiar la primera clase, nos vemos mañana - dijo Haruka - ¿quieren algún apunte?.
- Yo el de la sexta - pedí.
- Ya que estamos - sacaron todos sus carpetas.
Intercambiamos notas y las guardé en mi mochila, sería una buena amistad, llegué a casa y ya todos estaban ahí en la mesa jugando cartas apostando dulces.
- Que eso es más bajo ¿por qué sigo jugando contigo? - se quejó Kuroo - Tsuki dile.
- Igual yo gano - sonrió ladino mostrando sus cartas.
- ¡Mierda! - gritaron los otros dos.
- No sean groseros - dije subiendo las escaleras y se disculparon al mismo tiempo, seguía pensando en la idea pero, ¿podría acercarme a el?.
