5.

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Perdimos... una derrota absoluta que se escapó de mi vista por no rematar con mis ojos abiertos.

Ya todos estabamos listos para irnos, pero Oikawa no aparecía por ningún lado, se que está ocupado al ser el capitán, pero desearía que estuviera aquí para animarme un poco al menos, subí mi mochila al hombro estando ya sólo en el pasillo y empecé a ir a la puerta.

- Hinata - me habló corriendo - espera.

Llegó demasiado rápido y me abrazó, me sonrojé demasiado, no esperaba esto, pero... me reconfortaba.

- La próxima vez - susurró apretando el abrazo - tengamos otro partido y veamos quien gana - besó disimuladamente mi cuello - no te rindas por favor.
- No lo haré - susurré llorando - gracias.

Al separarnos limpio mis lágrimas con sus pulgares y sonreí, me despedí con la mano yendo con el resto de mi equipo, el me miró hasta salir y una vez fuera todos fuimos al autobús.

No iba a renunciar a mi sueño, llegaría más alto, me esforzaría mas.

El entrenador nos invitó a comer, a pesar de estar hambriento, no tenía muchas ganas, pero lo hicimos entre lágrimas y silencio, con la misma mentalidad de ganar la próxima vez.

Ya no lo vería en un tiempo pero durante semanas me dediqué a mejorar todo lo que pudiera, mucho más cada vez y salió una muy buena oportunidades gracias a unos campamentos. Si fuera sincero, lo extraño demasiado, pero se que el tiene su vida y yo la mía, además no teníamos nada definido, sólo habíamos dejado de lado la preocupación de que alguno tuviera a alguien más, algo así como pertenecernos pero sin dejar en claro por qué, yo mismo no sabía si me gustaba o era mi animal interno llamándolo y siendo egoísta.

Tras días no supe nada de el y por estar ocupado realmente tampoco pude pararme a pensar, pero hoy teníamos un día libre por mantenimiento a la cancha así que en camino a entrenar con el abuelo Ukai me decidí por marcarle, cuando iba a presionar el botón de llamar di un brinco del susto porque entró otra llamada, al ver que era de el contesté de inmediato.

- Hola - dije alegre.
- Hola ¿estás ocupado? - preguntó.
- Bueno... en este momento no, voy en camino a entrenar un poco - suspiré.
- ¿Como te ha estado yendo?.
- No muy bien, intenté algo nuevo pero Kageyama quiere seguir con lo mismo, me siento algo limitado por eso pero entiendo que el piense que es la mejor opción.
- ¿Piensas que está bien que te limite?.
- No lo sé, incluso el entrenador se negó a cambiar de opinión y lo apoyó, es algo molesto - suspiré.
- Tobio puede ser un genio, pero en cuanto a decisiones se refiere no es el mejor, trata de hablar con el de forma tranquila - me dijo preocupado.
- Lo haré, ¿qué hay de ti?.
- Supongo que vamos bien, no planeamos hacer grandes cambios aún - le restó importancia - nos dejaron tener un día libre a la semana, si alguna vez coincide con un día libre tuyo... ¿podríamos salir?.
- Me gustaría - sonreí - te avisaré cuando esté libre.
- Bien - contestó feliz - te llamaré después, suerte en tu entrenamiento.
- Gracias, disfruta tu día libre - reí levemente y colgamos.

Fue una charla sin sentido, pero me gustaba el hecho de escucharlo y hablar ambos, tomé aire sin poder evitar ensanchar mi sonrisa y me dirigí con el abuelo.

Como siempre me gritó mucho pero me concentraba demasiado en el ejercicio, al finalizar era bastante tarde, pero fui a casa satisfecho pensando en como mejorar.

Fue muy pesado entenderme con Kageyama en la cancha, más aún ir contra equipos tan buenos, pero días antes del torneo ya estaba casi resuelto, eran los últimos días del campamento antes de volver al torneo, esperaba verlo pronto.

¿Sólo sexo? (Oihina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora