Capitulo 4

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— Xian-ge, ¿A dónde fuiste?, Estaba preocupado porque le hubiera pasado algo. — un pequeño fénix de dieciséis años, le preguntaba a su maestro sobre su recién aventura de separar su alma de su cuerpo.

— No te preocupes A-Yi, estoy bien, solo fui a pedir ayuda. — lo tranquilizó con una sonrisa.

— Aun no entiendo porque te has dejado encerrar aquí si tienes el suficiente poder de salir sin sudar ni una gota. — se quejó con su mayor.

— Pero, ¿Qué tendría de divertido el hacer eso, cuando mi príncipe azul viene en camino? — respondió con voz soñadora mientras hacía drama.

— No sé cómo es que te he soportado por diez años. — se quejó alejándose de su mayor ignorando el drama del otro.

JingYi, eran un niño de seis años cuando fue forzado a ir con un hombre que aseguraba que también era un fénix y le enseñaría mientras cuidaba de él.

JingYi sin saber los planes del mayor, fue llevado a los tumultos funerarios y encerrado en una jaula junto con otro hombre.

— A partir de hoy, pueden hacerse compañía. — el hombre se burló mientras se iba.

— Niño, ¿Estás bien? — para Wei Wuxian, fue como ver a su pequeño hijo en ese pequeño.

— No soy un niño, soy un fénix. — respondió enojado al verse engañado.

— Bueno "No soy un niño, soy un fénix", parece que no viniste aquí por voluntad.

— Eso no es de tu incumbencia. — respondió alejándose de Wei Wuxian.

— Sabes, yo tengo un hijo de más o menos tu edad, ¿ Qué edad tienes?, Aunque bueno, mi A-Yuan es más tierno. — se burló del niño.

— Pues no me importa. — le mostró la lengua y lo ignoro.

— Bueno, bueno, ¿Qué te parece si mejor comemos un poco? — lo invito mostrándole una mesa llena de manjares.

Y aunque a JingYi le costó confiar en Wei Wuxian, termino llamándolo Xian-ge, todas las noches le contaba historias de cuando vivía en un palacio, además de mantenerlo oculto de la persona que lo había traído, haciendo que toda la energía resentida se concentrará en Wei Ying y no en el niño.

La historia favorita para JingYi de todas las que Wei Wuxian le contaba, era de cuando su "esposo" robó dos gallinas para él.

— Xian-ge, cuéntame la historia de cuando tu esposo te regalo unas gallinas. — pidió ya acostado en la enorme cama.

— Bueno, pues, esa vez Lan Zhan y yo nos esperamos en una posada de ciudad Caiyi cuando regresábamos de Yunmeng a Gusu. Mi licor favorito es la sonrisa del emperador y siempre que iba a Gusu lo bebía, esa vez, cambié la taza de té de Lan Zhan por uno con sonrisa del emperador, después de que se la bebió, su cabeza cayó sobre la mesa en menos de diez segundos, tuve que llevarlo a la habitación cargándolo. Mientras fui a hablar con él posadero sobre nuestra estancia, Lan Zhan salió de la habitación y me arrastro fuera, ya era de noche y casi la hora de dormir de Lan Zhan, aun así, me llevo hasta las afueras de la cuidad, entró a una de las casas, del granero tomo dos gallinas y me las dio diciendo: "Para ti". — imitó, pero no pudo evitar la risa que le causaba el recuerdo. — Mientras yo trataba de regresar las gallinas a su jaula, Lan Zhan escribió en un muro "Lan Wangji estuvo aquí". — volvió a detener su relato para reír. — logré sacarlo de la casa, pero aun así regresé a la casa y justo al lado de donde escribió Lan Zhan, yo escribí: "Wei Wuxian también estuvo aquí". — volvió a reír.

— Yo quiero a alguien que me ame igual que esa persona a ti, Xian-ge. — pidió inocentemente el niño.

— No te preocupes, encontrarás a alguien que también robe gallinas para ti. — consoló acariciando sus cabellos.

— Tu hijo, tiene suerte de tenerte de madre. —y aunque fue una broma y burla, también había tristeza en sus palabras.

— Si tú quieres, puedo ser también tu madre. — propuso.

— No, Xian-ge es Xian-ge. — bostezo.

— Ya es hora de dormir, duerme bien. — beso su frente.

Mientras los dos fénix convivían en esa jaula, ambos se hacían compañía, Wei Ying le enseñaba a JingYi como controlar sus poderes. Todo mientras Wei Ying escondía a JingYi cuando aparecía esa persona y lo protegía del Dark Fénix y la energía resentida, pero no podía descuidarse, o la energía resentida aplastaría su propio núcleo.

JingYi ya tenía dieciséis y se podría decir que ya era todo un fénix adulto, pues la adultez le llegaba a los fénix cuando sus poderes llegaban a ser controlados en su totalidad y alcanzaban su nivel máximo.

— Entonces, ¿Tu esposo ya viene? — le pregunto JingYi una vez que Wei Wuxian estuvo sentado en la cama correctamente.

— Aún no, no les pode decir mucho pero espero que logren descifrar todo a tiempo. — rogó.

— Pero lo viste en el futuro ¿no?, Es por eso que estás aquí.

— El futuro no está tallado en piedra JingYi, puede cambiar. — corrigió.
— Bueno, es momento de cenar. — se levantó de la cama y enseguida comenzó la voz del alma a pedir que Wei Wuxian la amará.

— Siento lastima por esa mujer. — comento JingYi.

— ¿Por qué?

— Es solo que ella se enamoró de ti, pero tú estás enamorado de tu esposo, aun así ella vino con ese hombre para que tú te enamoraras de ella.

— Así como el futuro puede cambiar, también los sentimientos, JingYi, pero te aseguro que nadie puede hacer que las cosas estén a su conveniencia. — argumento bebiendo a su vino.

— No puedo creer que puedas hablar con tanta sabiduría, pero seas todo un sinvergüenza. — se quejó JingYi.

— Pues, aunque no lo creas, soy uno de los fénix más sabios. — presumió.
— Pero de nada te sirve esa sabiduría.

— Me ofendes, este pobre gege se siente tan triste. — "lloró" dramáticamente.

El museo de los deseos y el silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora