En el instituto

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La semana ya había pasado, fue una semana tranquila y mi mano ya estaba mejor, el yeso fue retirado hace dos días atrás y ya podía escribir con facilidad, comenzaba a hacerme ilusiones sobre las esperadas fiestas de la ciudad, pero una en particular. El instituto invita a todos los adolescentes de la ciudad de New york.

-Ema.- le dije-¿iras a la fiesta?

-yo no soy para las fiestas.

-vamos, será divertido. Tal vez Cloe y Stephanie vendrán.

Ema tensa la mandíbula y aprieta sus labios hasta que quedan blancos.

-no creo que vengan, si no te han llamado, es que te olvidaron.- lo dice con frialdad.

-no es así, ¡no!, ellas son unas buenas amigas tal vez les paso algo.

Alguien toco la puerta, era Zack.

-hola Mia.- me saludo con un besito- te traje esto.

Era un pequeño y lindo gatito de color negro.

-qué lindo, ¿Cómo lo conseguiste si a ti no te gustan los gatos?

-mi tío tiene una gata que dio 6 gatitos los vendió y yo le compre este, como a ti te gustan los animales.

Le di un beso en la mejilla y nos llevó a la lavandería porque era día de lavado. Me gustó mucho el gatito era un gesto bonito de Zack eso significa que se interesa mucho en mí. Me fui con el gatito en brazos para pasearlo.

Ya habíamos llegado a la lavandería y le pedí un favor a Ema.

-Ema, ¿puedes encargarte del gatito?, iré a pagarle al señor de la lavandería.- le dije mientras metía unos calcetines a la secadora.

-claro.

No le tome importancia, porque, no creo que a Ema no le gusten los gatos o animales, se veía muy encariñada con el animalito y me agrada que le entregue un momento de cariño porque le hace falta.

***


Ema estaba sola con el pequeño gatito y le dijo:

-maldita bola de pelos, ¿te gusta el agua?.- dijo Ema tomándolo del lomo.

Ema miro hacia todos lados, tiro un poco de ropa en la lavadora y echo al gatito dentro de esta, apretó un botón y la maquina comenzó a llenarse de agua. Satisfecha, se giró y le sonrió a un chico, este le sonrió de vuelta y ella comenzó a coquetear con él.


***

Yo ya le había pagado al señor de la lavandería, iba a ver como estaba mi gatito.

-Ema, ¿y mi gatito?

-no sé, no lo he visto.

De repente Ema saca su ropa y vi un bulto negro entre la ropa, al principio creí que era solo ropa mojada, pero cuando Ema saco sus calcetines y cogió a uno por la cola, no dude en chillar y Ema soltó un grito.

-¡Ema!

-o no, no me di cuenta, en serio Mia, tal vez se subió al cesto de la ropa cuando yo estaba conversando con un chico de la escuela de al lado, estúpidos animales, que carga ¿no?- lo dice sonriendo exageradamente.

-¿te encuentras bien Ema?

-¡yo!, claro que sí, ¿Por qué preguntas?

-estas sudando.

Esta se mira las manos y se las limpia disimuladamente en sus pantalones.

-mira lo que me provocas.- lo dice entre dientes y sale corriendo del lugar.

Me quede estática en mi lugar, ¿Qué mierda fue eso?, recordé las pastillas que estaban en la habitación de Ema y como su madre se refirió a su salud con palabras indirectas, esos cambios de humor, Ema estaba enferma y al parecer no quería aceptarlo, las pastillas milagrosamente desaparecieron de un día para otro. Fue repugnante ver al pequeño cadáver del gatito que me regalo mi novio con tanto cariño. También tenía mis sospechas hacia Ema, ella era la única que se quedó con él.

Fui a tomar un poco de aire para relajarme y votar la tensión del rato, odio a los animales muertos. La irresponsabilidad de Ema me mantuvo enojada por un buen rato, de repente vi a Cloe caminando con unas muletas, tenía el pie y la mano enyesada.

-¡Cloe!

-Mia, que bueno verte.

-ahora quieres verme, después de tanto tiempo.

-Mia que no vez, me atropellaron en la noche cuando estaba conversando contigo por el celular.

-por eso se cortó la llamada.

-estuve dos días en el hospital y me dieron de alta ayer.

-lo siento, debí de haber llamado el día después, pero me alegra de que estés mejor, ¿eso hará que no vayas a la fiesta?

-¡claro que no, esta chica no se rinde tan fácil, iré a esa fiesta y si es posible, con yeso incluido!

-genial, así tal vez te consiga un novio.- me rio y suspiro- extraño las noches de chicas.

-porque no te mudas conmigo, tengo mucho espacio.

-me encantaría pero tendré que avisarle a Ema sobre esto.

-¿Por qué?, ¿acaso ella es tu madre que debes contarle todo?, abre los ojos Mia, te está manipulando, no cualquier chica se mantiene pegada a ti como un chicle, te daría tu espacio.

-aunque fuera cierto, me da pena dejarla fuera de las cosas.

-que quede claro que te lo dije, y si vienes llorando hacia mí, te lo restregare en la cara.

-claaaaaaro.

-nos vemos Mia, cuídate.

-igual tú.

Llegue a la habitación de nosotras en el instituto y encontré el cuaderno cafe de Ema, sentía curiosidad del cuaderno que Ema nunca se despegaba de él, y como siempre, la curiosidad me gano. Lo abrí, habían muchos retratos míos durmiendo, comiendo, etc. Ella me estaba vigilando, su talento lo utilizaba para dar miedo, porque ahora mismo esto me produjo escalofríos, esto es muy raro.

Salí rápido de la habitación y me encontré con Zack, este estaba apoyado en la pared del pasillo, se dio cuenta de mi con lo desesperada que estaba.

-¡mira!

-que se supone que debo mirar.- dijo Zack sujetándome de los hombros.

-mira, son dibujos de mí, los hizo Ema.

-son buenos, ¿Por qué te dibujaría a ti?

-¿y tú crees que yo lo sé?, no tengo ni la más maldita idea.

-ok, es demasiado extraño, ahora más que nunca debes tomar en cuenta mi palabra, solo escúchame, vas a mudarte con Cloe y no volverás a ver a Ema ¿me entiendes?

-ella es la que me sigue, siempre sabe dónde estoy.

-pues, si ella te sigue solo llama a la policía, yo estaré en contacto contigo, no es normal que una chica de tu edad te siga por todos lados.- dijo Zack.

-gracias.

-are lo que sea por protegerte y hacerte feliz, ¿lo sabes?

-sí, lo sé.

Me da un intenso beso y entre la falta de aire me dice al oído como en un susurro.

-te amo.

-yo también.

Mala AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora