El funeral

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Un vestido de color negro y unas botas, debería llevar un pañuelo pero no soy de las que lloran lo único que llevo es una rosa de color roja que dejare en su tumba, ¿debería odiarlo? no, ya no vale la pena, al principio estaba enojada con él, por engañarme pero lo único que siento ahora es pena por su trágica muerte.

Ema me da la mañana libre, el día esta de un nublado muy oscuro, tal vez llueva, y justo en el peor momento. Zack me espera en su auto, está muy bien vestido, le echo un vistazo a la ventana que da al departamento y Ema me mira fijamente, lo único que sé es que temo en volver y a lo que me espera.

-¿estás bien?- me pregunta Zack.

-sí, vámonos.

Al llegar al cementerio me encuentro con Samuel, tiene los ojos hinchados como todos los demás y yo estoy reluciente.

-viniste.- me da un caluroso abrazo y siento como sus lágrimas recorren mi hombro, dejo que se desahogue.

-sí, no podía dejarlo así, también lo conocí y si me engaño eso ya quedo en el pasado.

El padre da la bendición, todos lloran, ¿Por qué sigo sin soltar una lagrima? Desde niña que no he llorado o más menos desde que mi hermanita murió, bueno hace poco llore en el baño, pero por un capricho. Siento un nudo en el pecho y miro una fotografía de Max, siempre fue feliz pero cuando lo deje algo cambio en el, lo note por la forma en que se comportaba con los demás.

-¿alguien quiere decir unas palabras?- pregunta el padre.

Todos guardan silencio, siento una brisa cálida azotando los árboles y sé que debería decir unas palabras, después de todo fui su novia.

-a mí me gustaría decir unas palabras.- doy un paso hacia delante.

Todos me miran atentamente y guardan silencio.

-no soy buena diciendo cosas, más si es para un difunto, pero si las palabras salen del corazón pueden desenredar el nudo que a cada uno de nosotros se nos hace en el pecho- la mayoría asiente- Max fue un chico que te llenaba de energía y alegría, y si cometió errores en donde este los podrá arreglar, ya que en ese lugar no ahí prejuicios, y si yo te hice sufrir te pido que me perdones, porque no me gustaría dejar ir un alma sin pedirle perdón y despedirme de ella. Lo siento y que descanses en paz.

Todos vuelven a llorar, hasta a Zack le salen unas lágrimas, y yo tan fría, que ni siquiera con el discurso que me broto desde el fondo de mi corazón pudo hacerme llorar.

-gracias.- dice la madre de Max abrasándome.

Tiro la rosa en su ataúd antes de que lo entierren y me alejo, mas halla ahí unas bancas, me siento en una de ellas y comienzo a llorar. Taparme el rostro no detienen las lágrimas que empiezan escurrirse entre mis dedos, hacerme la fuerte no duro mucho. Zack se acerca y se sienta a mi lado.

-Zack, quiero estar sola.

-lo sé, solo que no pensé que ibas a llorar.

-no soy tan fuerte.- lo digo con esos horribles sollozos que me salen al llorar.

-para mi eres la chica más fuerte, estas aquí, en el lugar menos agradable para ti y para todos, está lleno de melancolía.

Hay Zack, tú me ayudas mucho.

-quiero, quiero...

-¿Qué quieres?

-un abrazo.

Zack abre sus brazos y yo me acurruco entre ellos, su calor corporal me abriga rápidamente y dejo de sollozar.

-gracias por estar con migo.

-siempre.

Mala AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora