Hinata
Mi padre, es el dueño del bufet de abogados más prestigioso de la cuidad, yo como era de esperarse, trabajo ahí, después de todo, me haré cargo de el cuando mi padre se retiré. Bajo las escaleras hasta llegar al hermoso suelo de madera pulcro, oscuro y brillante. Hoy mi trabajo termina temprano gracias al simple hecho de que mi madre irá a almorzar a uno de sus restaurantes preferidos con Kushina Uzumaki, y desea que vaya con ella.
No me molesta el hecho de que me invité, pero, seguramente querrá que los preparativos de mi boda comiencen lo antes posible.
No ha dejado de molestar con lo mismo en días.
Llevo días desde que ví por última vez a Naruto. La última vez que lo ví, fue cuando me llevo a su casa, me sentía mal y él me ayudó, debo reconocerlo; sin embargo, el nunca sabrá que se lo agradezco, antes muerta. Estuve en su habitación y dormí con él, desayuné con él, su comportamiento se podría decir que era agradable, aunque no paso a más. Desde ese día no me he molestado en ponerme en contacto con él, en cambio, él me ha llamado un par de veces, no sé si es porque se preocupa o porque quiere joderme la vida
Cada vez que me llama es lo mismo, una línea grosera, una respuesta grosera, y se desata una discusión entre ambos. Ya harta le cortó la llamada. Aveces me preguntó porque no podemos tener una conversación normal, luego recuerdo que es un mal nacido y se me pasa.
Cuando salgo del edificio, me dirijo al estacionamiento, busco mi auto y entro, tiro mi bolso en el asiento del copiloto, enciendo mi auto y lo pongo en marcha.
Últimamente me he puesto a pensar en como será mi matrimonio con Naruto, y el solo hecho de imaginarme lo me da escalofríos.
Mi estómago se revuelve y un sudor frío me toma por sorpresa, esto me sucede por pensar en cosas satánicas, cosas tan horribles que ni el diablo haría.
Después de conducir unos veinte minutos, aparco en el restaurante, tomo mi bolso, apagó el auto y bajo de él. Al entrar puedo ver varias mesas llenas y al fondo, al lado de la ventana, ahí está, mi madre. Me dirijo a ella, y al estar a unos pasos de la mesa, ella levanta su mirada, dándome una sonrisa de bienvenida.
- Hinata, cariño - me dice mientras se pone de pie, toma mis manos y deposita un beso en cada mejilla - Sientate, vamos. Dime ¿Cómo has estado? ¿Cómo ha estado tú día? -
Tomo asiento, y sonrío a su dirección - Bien, mi día ha estado excelente. ¿Cómo has estado? Espero que bien -
- ¿Bien? Estoy felíz!, Estoy mejor que nunca!, He estado pensando, cariño; ¿Sabes? Creo que debemos de hablar lo que es importante - No, no, no, no, no, NO! - Tu boda, debemos de hablar de los preparativos, las flores, los colores, tus damas de honor, ¡El pastel! - grita mientras levanta los brazos al cielo, los baja, se ríe como niña con muñeca nueva y aplaude con emoción.
Lo que faltaba.
- Mamá, con todo respeto -
- ¡Dios! Lo sentimos mucho, se nos hizo tarde. Espero que nos disculpen - volteo y veo a Kushina Uzumaki con el engendro de prometido. Frunso el ceño y maldigo en mi mente.
- ¡Oh! No te preocupes, Kushina querida, siéntate, te estábamos esperando. -
Ambos toman haciendo dándole la espalda a la ventana y puedo ver qué estoy en graves problemas.
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Mi pequeño prometido
FanfictionSiempre pensé que cuando me fuera a comprometer sería por amor, claro está, que lo pensé cuando era una niña inocente. Ahora, a la edad de veintiún años, me comprometí. No por amor. Mis padres aceptaron un compromiso con la familia más adinerada, re...