Hinata
Últimamente mi vida a cambiado mucho, desde el hecho de que me casaré con un niño, hasta la horrible realidad que estaré atrapada en un matrimonio que será todo un caos.
No deseo este matrimonio.
No deseo compartir mi vida con ese mocoso.
Aveces sólo desearía haber nacido en una familia de lo más normal, la mamá normal, el papá normal, la vida normal y aburrida de otros, sé que no debería quejarme. Hay personas que desearían estar en mi lugar, pero no puedo hacer nada más que desear. Me divierto molestando lo, no es algo que vaya a negar. Pero, solo deseo mi libertad.
¿Qué harías en mi lugar?
"He visto lo suficiente para saber que la vida no tiene sentido, la vida da unas vueltas tan cerradas a toda velocidad que si no tienes cuidado, saldrás lastimado. La vida es una porquería, pero el solo hecho que la hace algo hermoso es el poder despertar cada mañana, ahora piensa en el resto de las cosas.
Tu infancia.
Tu familia.
Las cosas que te hacen feliz, aunque admito que mi familia no me hace feliz. Hay que comenzar con lo más básico, el sexo, las drogas, el dinero. Todo eso es algo que hace feliz a las personas por intervalos de tiempo, algo que todos podemos conseguir dependiendo de nosotros. Pero aun así, eso no quita el hecho de que la vida sea una porquería, aunque dicen que la vida misma es un regalo"
Levanto la vista de mi teléfono, volteo a la derecha y me pregunto "¿Qué haría la Hinata libre en estos momentos?" La respuesta no me llega, no lo sé, pero seria mejor que esto.
Odio mi compromiso.
Odio que me tome la mano.
Odio que me sonría.
Odio querer besarlo.
Y lo que más odio, es que desconozco si es por venganza o placer.
-Llegas tarde, ¿Acaso es un tipo de sello personal? - enmarcó una ceja y lo veo directamente a los ojos.
- Bueno, sigues una hora después aquí, eso quiere decir que no es para tanto - se quita el abrigo y se sienta en frente de mi, me sonríe y llama a una mesera.
No sé lo que pide, yo solo vuelvo mi rostro a la ventana. Esta lloviendo terriblemente, y yo ni paraguas traje. Si no para pronto, tendré que llamar a mi chófer. Que problemático.
- Entonces, ¿Este es el magnífico lugar para hacer apariciones en público y que la prensa crea que nos amamos como unos completos imbéciles? - pregunta con ese tono refinado y berrinchudo. Hasta ahora noto que es tan molesto escucharlo hablar, hace que me comience a doler la cabeza.
- En realidad era un mejor lugar que esta estúpida cafetería, pero el señor no tengo tiempo pensó que era mejor algo que tomara menos tiempo - dije sin verlo.
Lo escucho soltar un suspiro desesperado, se clara la garganta una vez, pasan treinta y seis segundos hasta que lo vuelva a hacer, cuarenta y siete segundos y se aclara una tercera vez de forma ruidosa, hasta dolorosa se podría decir. Después, golpea la mesa con la palma, lo que hace que todos nos queden viendo.
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Mi pequeño prometido
Fiksi PenggemarSiempre pensé que cuando me fuera a comprometer sería por amor, claro está, que lo pensé cuando era una niña inocente. Ahora, a la edad de veintiún años, me comprometí. No por amor. Mis padres aceptaron un compromiso con la familia más adinerada, re...