Mi pequeño prometido

Capitulo 19

Dedicado a MarcelaEsperanzaPorr
Primer comentario.

Hiashi Hyuga.

Un hombre con poder, dinero, salud, influencias, temido, respetado, con encantadoras hijas hechas y derechas, una bella esposa, mi suegro.

Está sentado frente a mí, en mi sala.

Tiene esa mirada que te da a comprender que todo lo que a pasado es de su conocimiento, que nada de lo que haga lo pondrá de buen humor. Su ceño fruncido, su mandíbula fuertemente apretada, esos ojos frío, su enojo es palpable.

Aunque eso es lo de menos...

- ¿Dónde está Hinata? - pregunto.

He estado molestando al hombre que tengo frente a mí durante días, él sabe dónde está mi Hinata, necesito saber dónde está ella.

La he buscado por la cuidad, he investigado, tengo detectives rastreando la.

No sé dónde está, necesito saberlo, sin ella yo...

- No te lo diré, ¿No crees que has hecho suficiente? - desvía la mirada al trago que tiene en su mano izquierda, ve el interior para después verme a los ojos - Solo mírate, observa como estás detenidamente, eres un desastre, no eres capas de hacerte cargo de ti mismo, menos de tu hermano, mucho menos de tu empresa. Mi hija hizo todo eso por tí durante los últimos meses, por respeto a tus padres, que en paz descansen, no te he mandado al infierno, también porque Hinata pensaba que era un fase, aunque estoy seguro que tanto ella como yo sabíamos que no lo era, pero yo no iba a decir la realidad de la que ella se escondía. Naruto, con todo respeto, no sabrás por mi dónde está ella, pero no está bajo mi ala, ella desea estar lejos de tí - Su expresión dura se vuelve mucho más suave, triste - Ella te ama y verte de esa manera la estaba matando, no era suficiente para ti como para seguir adelante, pero era lo suficiente para estará tu lado, la estabas destruyendo, esa lógica tuya la llevo a irse. Lo siento pero de mi ni sabrás dónde está, adiós Uzumaki. -

Con eso puso la copa en la mesa entre nosotros y se fue, dejándome solo, dolido y triste.

Estoy cansando, muy cansado.

Salgo de la sala, subo la escaleras y me encierro en mi habitación, tomo el camisón de dormir de Hinata, lo pego a mi pecho y me arrullo imaginando que está conmigo, que me dice que me ama. Que nunca la lastime, que no se fue, cierro los párpados y me dejó llevar por el olor de la prenda, hasta quedar dormido.

...

Camino por el jardín cubierto de nueve, intentando pensar que hacer, que poder sentir.

El pecho me quema y me siento tan helada, tan muerta como las plantas de mi alrededor, deprimiendo me más.

Sus besos me seducen entre sueños, sus abrazos me protegen del frío de mis pesadillas, su voz me sostiene como un hechizo, su cuerpo amándome como hace mucho no hacía, mi mente engañandome, mi corazón callendo en la trampa para así extrañarlo más.

La canción de una sola palabra en mi cabeza.

La sensación de haber perdido la alas que me habían dado al amar.

Recordando todo.

Frunzo el ceño, preguntándome si realmente hice bien.

Peter Kurten, como verdaderamente se llama.