Capítulo 13

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Dedicado a TeffaCross
Primer comentario.







Naruto














Me agaché evitando que un objeto desconocido golpeara mi cabeza, en circunstancias normales mis hombres se habrían cargo de esto. Pero estás no son circunstancias normales, no cuando están por romperme la cabeza con jarrones, botellas de Vino, Whisky, Brandy, Oporto o Ron.

Me levanto mientras me asomo detrás del sillón blanco, que está de perfil a una gran ventana que llega del techo hasta el suelo de mármol negro, pulcra mente pulido, con paredes blancas, en un ambientes acromático.

Era un lugar que estaba en orden, en paz y perfectamente amueblado, se veía que la señora de la casa era estricta, los sirvientes están aterrorizados intentando calmar a su ama, mientras yo veo que no me rompa la cabeza. Ahora todo es un desorden.

Me recargo en el sillón, mi codo en el respaldo y mi mejilla en mi palma - ¿Me dejaras explicarte lo que sucedió? - pregunto nuevamente.

Ya perdí la cuenta de las veces que hice esa pregunta a la mujer con las mejillas bellamente sonrojadas por el esfuerzo, jadeante, con el cabello alborotado, su pecho subiendo y bajando en compás con su respiración.

- No quiero que me expliques nada - me gruñe, se voltea y se va por unos segundos cuando la veo regresar con una lámpara en la mano, me pongo derecho de inmediato, esperando que tire la lámpara para que se quede sin armás - Me dejaste esperándote, ¡Me dejaste en ridículo, maldito mocoso! -

- Vale, solo déjame decirte que no pude llegar por Menma - eso llama su atención, su seño se suaviza.

- ¿Menma? ¿Él que tiene que ver con esto? - pregunta aún sin soltar la lámpara.

- Te lo diré si me dejas de atacar y bajas esa maldita lámpara - le contesto.

Ella frunce el seño aún más, me tira la lámpara y a duras penas la esquivo, veo como se arregla la ropa, da media vuelta y dice - Limpien este desorden. Sígueme Uzumaki -

La sigo titubeando, esperando que no sea una trampa, es una mujer inteligente, algo que admitir, mientras la sigo veo pinturas coloridas y abstractas en las paredes, pero no les puse mucha atención, mi total atención esta en el redondo trasero de la Hyuga, aunque parece que no se da cuenta, así que me atrevo a decir en mi distracción - Espero que ya no haya jarrones dónde me llevas -

Ella se voltea de golpe, me ve a los ojos, aún está enojada, lo entiendo, pero no me gusta nada que me trate así, es una maldita bruja.

- No tengas muchas esperanzas - me dice mientras me empuja desde el pecho.

Yo enmarcó una ceja, sigo caminando y al estar al lado de ella, le pongo mi palma en su espalda baja. Ella gruñe pero no me aparta.

Entro en lo que parece ser su despacho, ella se sienta en uno de los sillones negros que están frente al escritorio, ella apunta el que está frente a ella y permanece en silencio.

Yo tomo asiento frente a ella, la veo por unos segundos que pensé que eran segundos y no minutos.

- No me hagas perder mi tiempo, Uzumaki. Te estoy esperando - cruza sus brazos bajo si pecho haciendo que este sobresalga más de lo que ya lo hace, algo que odio y adoro a la vez que haga.

Con el seño fruncido suelto un suspiro y poso mis codos en mis muslos recargando me, la miro a los ojos y hablo con la que sería la verdad.

- Mis padres me llamaron, tenían problemas con Menma, al parecer estaba muy rebelde, hablé con él, espero que ahora todo esté bien, no pude ir ya que mi madre en su dramatismo, dijo que era algo terrible, así que no pude hacer más que ir con ella - digo de forma precisa y concisa.

Mi pequeño prometidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora