Naruto
- Las preparaciones de mi boda es liderada por mi madre, y Hanna Hyuga. Mi prometida por el momento se encuentra rabiosa, ya que según ella, yo me debo acoplar a la preparación de esta, por otro lado, debo ayudarla a escoger los colores de las servilletas. Te soy sincero, para mí ambas son del mismo jodido color, si la boda fuera de color negro, estaría bien para mí, después de todo es una sentencia de muerte; ¿Quién querría casarse con Hinata Hyuga?, En lo que a mí respecta, no lo deseo. Es una osadia, una total falta de respeto que me quiera inmiscuir en tal desastre. Yo, Naruto Uzumaki, ¿Planeando una boda? Puff!, ¡Por favor!, Que alguien pare de hacerse ideas tan estúpidas, yo no haré algo parecido, eso es lo que hacen las madres de la pareja y la novia, yo solo doy el dinero, y aún así, desean que esté con ellas todo el santo día probando pasteles, viendo que juego de porcelana es el más adecuado, con cuáles servilletas se ven mejor, como serán las flores, el orden de las mesas, las invitaciones, el lugar que visitaremos en la luna de miel, el vestido, el traje, los zapatos, el maquillaje, las damas de honor y los padrinos, los anillos. ¡Todo! No puedo con eso, me agobian, y Hinata quiere que la ayude, ja! Ni en sus mejores sueños sucederá algo así - Digo con el ceño fruncido, niego y después levanto mi brazo izquierdo para beber un poco de whisky.
Mi amigo me ve con una sonrisa burlona y niega con la cabeza, como si no supiera que hacer - Bueno - empieza - Es normal que tú prometida quiera que le ayudes con la preparación de la boda, serás su esposo. Además, piensa un poco, su madre y la tuya están presionando la día a día, de seguro estará muy cansada y estresada. Podrías tener un poco de pena, no? -
Miro a los ojos color esmeralda de Gaara, un viejo amigo mío, y mi confidente - No me interesa que ella tenga que sobrellevar la presión de la boda, yo no haré nada. Ella fue la que acepto el compromiso -
- Y tú quien se lo propuso - dice con una sonrisa de satisfacción, ladea un poco su cabeza y me ve detenidamente - Después de todo, ella fue quien más te gustó de las candidatas a casarte. Un poco mayor, pero fue a quien elegiste, así que debes de hacerte cargo de ella, aunque si la ayudas con la boda de seguro ella dejara de ser tan brusca, aunque bueno, tampoco se podría decir que tienes un gran carácter - se ríe en mi cara, yo solo alcanzó a gruñir.
- Puede que haya sido la mejor candidata, que sea hermosa pero su carácter es una mierda. -
- ¿Hace cuánto que los preparativos comenzaron? - pregunta mientras de sirve un poco más de Whisky.
- Hace dos semanas; desde que nuestras madres nos invitaron a ese almuerzo, pasaron unos días para que ellas convencieran a Hinata de comenzar todo, en total, casi tres semanas en las que me llama para que la ayude con esa mierda de la boda - acerco el vaso a mis labios tomando un gran trago.
- Así que nuestra boda es una mierda, eh? - escucho si voz a mi espalda, me tragando con el Whisky y cuando iba a voltear a verla, siento como algo moja mi cabeza, veo la mesa.... Donde ya no está el Whisky.
Tira la botella en el piso haciendo que está explote en mil pedazos, Gaara me mira con asombro, después la ve a ella. Sus ojos brillan de admiración, orgullo y algo que no puedo confundir, deseo. Profundo deseo hacia una mujer completamente espléndida, que me pertenece, pero que muy pronto, estará muerta.
Me levanto, me quito el cabello del rostro y la miro con todo el enojo que siento en estos momentos. Ella me ve con sus brazos a los lados, con sus manos hechas puños, lleva un vestido tallado de color melocotón, que la hace ver tersa y suave, su cabello en una cola de caballo, con un collar de perlas en el cuello y colgando de sus orejas. Si no estuviera tan enojado, me encantaría contemplarla todo el jodido día, ¡Mierda!, Se tenía que maquillar hoy, no? Te maldigo Hinata Hyuga, no sabes cuanto te detesto.
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Mi pequeño prometido
FanfictionSiempre pensé que cuando me fuera a comprometer sería por amor, claro está, que lo pensé cuando era una niña inocente. Ahora, a la edad de veintiún años, me comprometí. No por amor. Mis padres aceptaron un compromiso con la familia más adinerada, re...