Se despertó con nerviosismo. El día de la primera prueba había llegado y no sabía si estaba preparada. Había ayudado a Harry, era verdad, pero no era suficiente.
No reparó en desayunar, nada más fue directo al espacio donde ya habían varios alumnos sentados. Las bancas reservadas para profesores y autoridades estaban vacías. Tomó asiento y esperó pacientemente por los demás.
—¡Magos y brujas!—resonó la voz desde los parlantes cuando ya estaba todo a punto de estallar—¡Bienvenidos a la primera prueba del torneo! ¡Cada campeón tendrá que quitarle el huevo de oro al dragón que les toque en el sorteo totalmente arbitrario!
Aplausos y más aplausos ensordecieron a Emma.
—¡Credric Diggory, damas y caballeros!—anunció el altoparlante.
Cedric parecía nervioso, pero no tardó mucho en tomar el huevo. La segundo fue Fleur y el tercero Krum. Si a cada uno le había tocado un dragón no tan fiero, significaba que a Harry le tocaba el colacuerno.
Emma tragó saliva al pensar que le podría suceder.
El muchacho tembloroso salió entre las cortinas. Estaba dando pasos hacia adelante cuando Emma se congeló del todo. Sus ojos comenzaron a cerrarse, aunque ella no quería. Luchaba por mantenerlos abiertos y de poder decir algo, pero nada. Intentó moverse, mas no logró hacerlo. Todo se volvió negro.
Abrió los ojos lentamente. Ya no estaba en el torneo. Era un lugar lúgubre, oscuro y falto de vida.
—Señor, señor, estamos listos.
—Bellatrix, no te apresures.
La misma voz fría de la otra vez. Voldemort.
—Tenemos que hacerlo ya, maestro. No sabe lo que le espera...
—¡Cállate!—gritó Voldemort, provocando el sobresalto de Emma.
—P-pero...
—Dije...que te callaras...
—¿No sabrán?
—Por supuesto que no.
—¿Está usted preparado para el ataque?
—Evidentemente. Tenemos un infiltrado en el evento. Todo irá de acuerdo al plan.
—¿Y cuándo será momento de actuar?
—Cuando el momento llegue.
—¿Y cuándo será?
—Yo lo decidiré...
Emma se ocultó más aun detrás de las viejas tablas de, al parecer, una choza abandonada.
—S-eñor...
—¿Qué quieres ahora?
—¿Colagusano sabe del ataque?
—Es muy inútil para decirle. Hogwarts estará protegido por...
—Nagini...
—Ella...
La mujer, a la velocidad de la luz, corrió al escondite de Emma. Sacó un puñal y le tomó la muñeca.
—¿No te dijeron que escuchar conversaciones ajenas es grosero?—decía mientras se reía estridentemente.
Torció su muñeca y con la daga dibujó un ocho. Ni los mil infiernos ardían tanto.
Emma gritó desesperada. Cualquier ayuda que pidiese sería tan inútil como suplicar. Los dedos fríos y largos de la mujer se convertían en serpientes con colmillos afilados que querían comer la piel de la joven. Alejó la cara y la pegó contra la pared, pero los reptiles seguían en su labor de destrozarla. Y lo lograron. Sacaban pedazo por pedazo la piel de Emma. El cuchillo parecía una caricia al lado de esto.
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III. Encantamiento en blanco y negro
FanfictionTercera parte de Encantamiento de iridiscencia