Chimenea

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Las dos semanas que prescindieron pararon rápidamente y sin ningún evento extraordinario al que citar. Eso sí, Emma había recibido la carta de Remus diciendo que se encontraba a salvo, igual que Tonks. Emma se deshizo de un nudo en el estómago por aquella incertidumbre.

Harry todavía no asumía eso de que Emma fuera su madrina ni que tenía que llamarla por su nombre.

—¡Caramba!—había dicho Ron cuando Harry lo llevó a él y Hermione al aula donde estaba Emma, después de explicarles todo—¡Nos puede ayudar cambiar los exámenes trimestrales!

—¡Ron!—lo regañó Hermione—No es el momento. Recuerda que aún es nuestra maestra.

—Lo sé, pero sería genial que nos dijera las preguntas de las pruebas.

—Me encantaría—dijo Emma—, sin embargo, mi ética de profesora me lo impide. Además, me despedirían, y no quiero dejar a Harry solo. No ahora que sé que soy su madrina.

—Emma—dijo Harry.

—¿Ahora la llamas por su nombre?—se sorprendió Ron.

—Yo le dije—sonrió Emma ante la reacción de Ron—. ¿Qué pasa, Harry?

—Sirius me respondió la carta que le escribí el otro día.

Al día siguiente del banquete de inicio de clases, Harry le contó que le había escrito a Sirius porque le dolía la cicatriz, al igual como le molestó cuando estuvo cerca de Voldemort. Harry pensó precisamente eso, pero como no estaba seguro le escribió a Black.

—¿Y qué te dijo?—preguntó Emma.

—Dice que está aquí—bajó la voz Harry—, en Inglaterra.

—¿Está seguro?

—Al parecer.

Ambos se quedaron callados pensando.

—Le escribiré yo misma una carta. ¿Te dijo algo más?

—No, nada relevante.

—¿Le has escrito nuevamente?

—No. Esa fue mi último carta. ¡Ah! Me dijo que ya no podía enviar a Hedwig. Dice que llama mucho la atención. Tendré que ocupar la tuya, Ron.

—Sí, sí—le respondió Ron agitando su cabeza.

—¿Puedo ocuparla yo, Ron?—preguntó Emma.

—Por supuesto, profesora.

–Profesora—se introdujo Hermione a la conversación—, hay algo que no entiendo del todo. ¿Por qué Sirius regresó sabiendo que todos lo buscan?

—Desconozco esa información, Hermione, pero apenas sepa algo les aviso.

Sonó la campana de inicio de clases y se despidieron.

Ella sólo se reía ante los comentarios de Ron. "¿Pídele que cambie las calificaciones de nosotros!" le insistía a su amigo al salir de la sala, "¡Podría engañar a los otros maestros!"

. . . .

Sirius:

Harry me ha dicho que estás...donde estás y que te encuentras a salvo. Espero que el Ministerio baje la guardia y te deje tranquilo.No consigo pensar en que se aferren tanto a una mentira tan bien maquinada. Harry tiene muchas ganas de hablarte, pero le he dicho que es mejor así. Hablando de Harry, ya le he dicho quien soy yo de él. Al principio, como es de esperar, no se lo ha creído y no entendía como, pero ya han pasado dos semana y lo tiene bastante asimilado, mejor de lo que esperaba. Los únicos que saben de esto son Ron Weasley, Hermione, tú y Remus. No sé si sea necesario decirle a Dumbledore sobre esto o no, dímelo tú.

III. Encantamiento en blanco y negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora