Capitulo 7

1.5K 151 119
                                    

Los personajes de Naruto no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

—¡Aquí estas!—dejo de llamar Mikoto, al ver a Hinata, la cual llegó a la cocina, donde ella esperaba.

—D-disculpé, yo no la escuché—hablaba muy nerviosa, pensando que la dama pudiera percibir lo que estaba haciendo.

—No te preocupes...ahora ven conmigo, quiero que me acompañes a la aldea. Toma esto y póntelos antes de salir—le entregó un contenedor pequeño, que tenía unos lentes de contacto en color negro—Los conseguí para ti...así no tendrás que gastar tu chakra, ni corres el riesgo que se te pueda olvidar—Hinata agradeció y se los colocó, cambiando el color de las orbes a negras, como las de todos los Uchihas.

—Vamos entonces—Hinata siguió a Mikoto hacia un lugar al que nunca antes había ido. Todo le parecía tan llamativo y agradable.

Las personas iban y venían, encargándose de sus asuntos. Mokoto le mostraba que era cada lugar, como la torre del Hokage y los comercios mas visitados,

—¡Mikoto-san!—sonó una voz tras ellas, haciéndoles girar, para mirar de quien se trataba.

—¡Yugao-san! ¡Que sorpresa!—Mikoto por poco ponía los ojos en blanco, al tener que ser cortes con esa chica, la cual le caía muy mal.

Hinata miro a la mujer que a veces se quedaba a dormir con el hermano del líder Uchiha y no pudo evitar sentirse culpable por lo que estuvo haciendo momentos atrás.

—¿Puedo acompañar a mi cuñada?—preguntó divertida.

—¡Oh..! Por favor, no me gustaría abusar de tu gentileza, se que ser Anbu te deja muy poco tiempo libre—trato de rechazar la compañía, sin llegar a ser grosera.

—No se preocupé, hoy es mi día libre y cuando regrese, iré con usted para darle la sorpresa a mi Izuna-kun—la Hyuga trago saliva, muy incómoda con la situación.

—Está bien, pero déjame presentarte a Haru-chan—Yugao la miró y ni siquiera se tomo el tiempo de saludarla, haciendo que Mikoto frunciera el ceño con desaprobación.

—No tiene que traer a la sirvienta, yo puedo acompañarla cuando me necesite—reafirmo despreciando a Hinata.

—Lo tomare en cuenta, ahora vamos que tengo muchas cosas que comprar—molesta la Uchiha, no tuvo otra forma de liberarse de esa mujer, la cual sabía bien que sólo le dirigía la palabra, por ser la hermana de Izuna.

...

Hinata esperaba afuera de un establecimiento donde entraron las dos mujeres. Miraba con admiración todos los alrededores, la aldea era realmente bonita, ahora entendía a su padre cuando mencionaba la aldea oculta entre las hojas, el lugar parecía estar oculto tras las hojas.

—¿Quien eres?—preguntó un apuesto rubio con ojos azules.

Hinata se puso muy nerviosa al mirar al chico tan cerca de ella sonriéndole y mostrando la perfecta dentadura.

—Naruto, deja de molestar a la señorita—una hermosa mujer de cabello rojo, llegó y le dio un manotazo a la cabeza del rubio.

—Eso duele madre—se quejó el joven palpando el lugar golpeado.

—Disculpa al atolondrado de mi hijo, mi nombre es Kushina Uzumaki y este es mi hijo Naruto—Hinata estrecho la mano de la dama y se apresuró a decir su nombre también.

—Mucho gusto Uzumaki-san, mi nombre es Haru y trabajo para los Uchihas—aclaro antes de que le preguntaran.

—¿Trabajas con el teme?—preguntó Naruto, pero ella no supo a quien se refería.

Sentimientos ajenos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora