Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Izuna seguía con el impulso de rodar los ojos, por causa de la insistencia de Yugao para ir a otro lado, pues ella quería un rato a solas con él y la llegada de Obito, Kakashi y Rin, estropeó sus planes, luego también se unió Anko, haciéndole mas difícil la retirada.
El azabache agradeció que su sobrino comprendiera su molestia y sin tener que usar palabras se quedó ahí en la misma mesa.
Todo parecía calmado hasta que un grupo de jóvenes acabó con toda la paz del lugar.
—Es ella—susurró Rin, para que solo Obito la pudiera escuchar. Ellos tenían tiempo queriendo encontrarse con la Hyuga y de ese modo, ofrecer apoyo, sin embargo, no la habían podido encontrar debido a las largas jornadas de entrenamiento y los turnos en el hospital.
Itachi les había contado que la chica estaba bien y que su primo era muy protector con ella. Al verla se dieron cuenta que Itachi no exageró. Ellos no sabían nada acerca de lo que sucedió entre Izuna y la ojiperla, así que no notaron la tensión que se estaba formando del otro lado de la mesa, justo donde se sentaron Izuna y Yugao.
Izuna no estaba preparado para verla llegar. Aunque inicialmente ese fue el motivo de aceptar la invitación de Yugao, no pensaba verla justamente en el mismo establecimiento donde él se encontraba. Ella no lo noto, lo único que hacía, era caminar con gracia y elegancia rodeada de esos chicos escandalosos.
Él pudo ver de primera mano, lo cambiada que estaba la ojiperla, sin los uniformes de servidumbre. Ella lucía preciosa en ese vestido. Pudo apreciar también al Hyuga que no se le separaba. Un joven alto que la sobrepasaba con una cabeza, cabello largo, castaño, porte soberbio y al igual que ella, elegante. Quedó prendado sin poder apartar sus oscuras orbes de la joven, quería una mirada, quería verse en las hermosas perlas de nuevo. No puso atención a nada a su alrededor, porque lo único que deseaba en ese momento era verla.
Entonces sucedió... Hinata giró su sonrojado rostro hacia él encontrando sus miradas por escasos segundos, segundos que a la ojiperla le bastaron para ver cómo Yugao lo tomaba del brazo, dando a entender lo que no era. Cuando finalmente reaccionó era demasiado tarde, ella ya había girando y sus perlas perdieron todo contacto con él. Rápidamente se liberó del agarre pues sentía que le quemaba la piel.
Sabía que no tenía ningún derecho y que él mismo se encargó de terminar cualquier probabilidad de estar con ella, pero verla tan cerca de ese Hyuga, le estaba haciendo hervir la sangre. Ella parecía buscar protección con él y él gustoso se la estaba brindando, como todo un guardián.
Recordó con pesar la vez que se la quito a Naruto, con el propósito de llevarla él mismo dentro de la mansión Uchiha. En ese tiempo se aprovechó de la situación en la que ella se encontraba y ahora, ni siquiera tenía derecho a dirigirle la palabra.
...
—¿Esta segura que no quiere que nos retiremos?—le cuestionó Neji al verla tan descompuesta y a punto de llorar—¿Dígame que la puso así?—el castaño volteó en todas las direcciones, buscando el motivo por el cual Hinata se había puesto de esa manera, pero no miro nada fuera de lugar, mas que uns mesa con tres parejas.
—E-esta bien, no es nada nii san—Hinata trato de sonar lo más convincente posible, no obstante, una vez llegó la cena, su garganta se cerró y no podía admitir bocado. Sin querer llamar la atención, fingió comer y la noche continuó sin que nadie mas que ella y Sasuke, se percataran de la pesada atmósfera.
Una vez terminaron de cenar, todos se dispersaron por el lugar mientras bebían. Hinata permaneció junto a Neji la mayor parte del tiempo.
—¿Podemos hablar?—sin saber como, Sasuke se acercó a ella y sin que nadie los viera, él hizo el pedido—Por favor, será sólo un momento—la morena no pudo objetar y accedió siguiéndole a donde pudieran conversar sin ser interrumpidos.
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Sentimientos ajenos
FanficEn una tierra, donde las alianzas y el nombre, determinan, quienes sobreviven. Se vive la traicion y la envidia, por confiar en las personas equivocadas. En medio de todo el odio y la traicion, dos almas totalmente opuestas, quedarán enfrentadas si...