Capitulo 19

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.



Sin mostrar, pudor Izuna tomó en brazos a Hinata y la llevó hacia afuera, para bañarse con la lluvia. Ambos tenían calor y el contacto con el agua fría, los hizo estremecer.

Parados frente a la cueva, el Uchiha la incitó a rodearlo con las piernas y de esa forma la hizo suya, sin poder tener suficiente, de ella. Hinata jadeó al sentir el contraste del frío en su cuerpo tan acalorado, pero cuando sintió al azabache, dentro de ella, el placer se volvió increíble. El Uchiha la levantaba de arriba hacia abajo, sin ninguna dificultad, mientras la penetraba, vigorosamente. Los fuertes jadeos de ambos, se perdían con el sonido de las gotas cayendo fuerte, contra los alrededores, acompañados de los truenos que retumbaban fuerte, desde lo alto.

La torrencial lluvia los mojaba, pero a ellos no parecía molestarles, sino, por el contrario. Todo resultaba tan increíblemente bueno, hasta el momento de terminar, llegando juntos al mas desquiciante éxtasis.

...

Izuna se recargó en una de las piedras colocadas junto a la fogata, teniendo a la ojiluna, sobré el manteniéndola cómoda y tibia. Terminaron de bañarse juntos fuera de la cueva, quedando finalmente limpios. Después de toda la agitada actividad sexual que mantuvieron, quedaron pegajosos y esa fue la mejor manera de limpiarse.

La tormenta había empezado a dar muestras de querer detenerse, pero dada la oscuridad en la que se hallaban, no podían partir hasta que amaneciera, por la seguridad de ambos.

—¿Estas bien?—le preguntó dándole un beso en la coronilla. Temía haberla dejado muy adolorida, por perderse en medio de la pasión.

—Si, solo un poco cansada—respondió acariciando los músculos del abdomen masculino, quedando maravillada, por la dureza y perfección. El era tan guapo, que una vez se disipó la embriaguez que mantuvo por horas, mientras hacían el amor, se dio un golpe con la realidad.

Se había vuelto a entregar a el, como lo hizo la primera vez. No pensó en nada, que no fuera apagar el fuego dentro de su ser. Sin embargo, a diferencia de meses atrás, en que lloró de tristeza y melancolía, ahora no quería llorar. Se sentía temerosa, por pensar que su corazón terminaría herido, pero no se arrepentía de nada. Sabía que las consecuencias, le cobrarían la factura, pero estaba dispuesta a pagarla, cuando esta llegará.

—¡Hinata!—la llamó, para que sus encantadores ojos lo miraran—Te quiero para mí ¿me entiendes? Quiero que le digamos a todos que estas conmigo, como mi novia—la morena se tensó y su corazón latía con mucha rapidez—Quiero que te quedes conmigo, quiero ser yo, quien te proteja de todos los peligros, pero sobre todo, quiero pasar mi vida contigo...Te amo Hinata—soltó abrazándola, sintiéndola temblando y no era por el frío...El la amaba y ya no tenía ninguna duda, lo único que le faltaba, era que ella lo aceptara, porque de lo contrario, no pensaba dejar de insistir hasta convencerla.

—No creó que la suerte este a nuestro favor...Muchas cosas nos separan y dudo que podamos olvidar, la forma en que nos herimos en el pasado—le dijo escondiendo el rostro en el pecho masculino, con la voz entristecida.

—La suerte, esta a favor de quien la busque y juntos podemos dar la cara a todo lo que pueda intentar separarnos—decreto acariciandole la espalda, haciendo a un lado el cabello húmedo—Y la forma en que nos herimos, no te incluye a ti, fui yo el único que hice todo mal contigo y aún sabiendo que no soy merecedor de tu amor, tengo esperanzas que puedas darme la oportunidad de hacerte feliz.

Hinata no respondió, en su lugar, continuó aferrada a el. Quería tenerlo con ella, el mayor tiempo posible, sabiendo que al regresar a la aldea, muchas cosas podían cambiar.

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