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—¿Puedo olfatear te?

Sus cuerpos tenían una proximidad peligrosa, caliente, sus corazones latían al mil por hora.

¿Qué rayos estoy haciendo? Era uno de los pensamientos que invadían la mente del lobo, sus instintos lo estaban controlando. Pero él no la atacaría, por lo menos no con intención de comérsela aún cuando su carne se veía muy blanda, estos eran instintos que él no había experimentado jamás. Porque no sólo tiene instinto asesino, los animales también tienen en cuenta la importancia de preservar la raza ¿pero que hacen cuando una nueva hembra llega a la manada? Ellos la toman para que nadie más lo haga.

—¿Que dices?

—Que si puedo olfatear te.

___ acerco su mano a el cuello de su playera, temblaba un poco pero no por miedo, temía oler a sudor u otras cosas más feas.

—Cla-claro.

Él se acercó aún más a su cuello hundiendo su nariz en el cabello de la chica casi rodeando todo su cuerpo con el de él. Sus exhalaciones movían ligeramente su cabello.

Se acercó más a ella tocando con su fría nariz la suave piel de la chica, de verdad que ese olor le gustaba, ella estaba roja y algo tensa pero disfrutaba profundamente del momento "ese si que era un gran comienzo".

De pronto el chico empezó a sentir que aquel calor que la chica emanaba lo estaba recorriendo lo a él también, eso era realmente malo porque no sólo noto lo que hacía sino que también se daba cuenta de que otro amigo estaba emanando demasiado calor.

—Ah —dijo ella casi en un susurro de manera involuntaria por la cercanía.

—Perdón no quería hacer ese ruido.

Se separaron bruscamente cuando Legoshi tomó a ___ de los hombros y se alejo de ella dando un paso atrás.

—¡Dios! De verdad lo si-siento, no se que me paso.

—Esta bien —su cara seguía roja y ya ninguno de los dos se miraba los ojos —Después de todo yo te deje hacerlo así que no hay ningún problema. Pero dime ¿A todos los recibes así?

—¡¿Qué?! No, claro que no. Es sólo que tu olor es muy fuerte.

—Perdón pero tenia planeado bañarme al llegar a mi habitación.

—No me refería a eso, es solo que tu aroma es especial, bastante atrayente.

—Fiu, por un momento creí que dirías que apestaba.

—Oh, no para nada. Es muy rico —no pudo evitar sonrojarse al decir eso, era bastante vergonzoso.

—Que bueno que sea así.

—¿Seguimos con el recorrido? —dijo el lobo mostrándose nervioso.

—Esta bien, creo.

Ambos adolescentes caminaron por los pasillos de ese edificio pero ninguno pronunciaba palabra alguna, no se conocían por lo que la situación anterior había sido demasiado incomoda, aunque a decir verdad la cercanía del otro les parecía muy relajante y bueno a la chica le había gustado mucho aquel momento.

No caminaron gran distancia hasta llegar a un baño donde Legoshi se paro bruscamente.

—¿Estas bien? —pregunto ___.

—Si, pero necesito entrar tantito aquí, ¿podrías esperar un poco?

—Okey, no te preocupes.

Con grandes pasos Legoshi entro al baño, lo había estado ocultando un rato con la tabla con papeles que sostenía, pero su erección le empezaba a causar una gran incomodidad y más si el olor de la chica invadía todo a su alrededor. Nunca había sido tan atrevido con una chica y menos con una que apenas y conocía, pero su olor, ¡Dios mio su olor! realmente lo calentaba. Desafortunadamente ese pensamiento hizo aun más incomoda su erección que rosaba cada vez más su bóxer. ¿Qué podía hacer? Ese no era momento para ponerse a hacer eso pero debía hacer algo pronto.

—¡Oye! ¿estas bien?.

—¡S-si! Estoy bien.

A la chica le preocupa Legoshi pues desde hacía un rato que no salía del baño, había notado que su pequeño amiguito llevaba un rato despierto, aunque para notarlo debía admitir que no era muy pequeño que digamos.

Legoshi esperaba que ella no se diera cuenta mientras pensaba como bajarla ya que la manera "facil" no era una opción, tenía que hacer algo más. Algo en él comenzó a despertar tal y como había pasado antes en el pasillo, algo lo hacía moverse estando apunto de abrir la puerta para quien sabe que locura hacer, pero pudo contenerse, apartó la mano de la manija y corrió al lavabo abriendo el grifo para colocar su cabeza debajo del chorro de agua. Al darse cuenta que esa acción lo enfriaba un poco hizo lo que debía.

Minutos después salió del baño con el pelaje y la camisa algo mojadas, la chica al verlo pensó "¿Cómo es posible que esto caliente más que el sol de verano?" sus mejillas estaban muy rojas pues lo que el lobo no observaba era lo provocador que se veía, por lo menos así lo pensaba la chica.

—¿Listo? —preguntó ella.

—Si, gracias por esperar.

Siguieron caminando durante un rato en el que Legoshi rompía el silencio para comentar sobre las instalaciones del lugar.
Llegaron al otro extremo del edificio donde el lobo se despidió de ella después de indicarle como llegar a su edifico. Pero la chica lo detuvo después de que este se diera la vuelta.

—Oye, ¿puedo preguntarte algo?

—¿Qué es?

—¿Sabes como puedo inscribirme en el club de teatro?

¿Era una casualidad o esto estaba terrorífica mente planeado? Fue lo único que pensó ya que él pertenecía a ese club pero nunca se lo había mencionado.

—¿Cómo?

—Qué si sabes cómo puedo unirme al club de teatro.

—Perdón pero antes de contestar ¿me podrías decir como sabes de este club?

—Oh, bueno, uno de los oficiales con los que hable me hablo sobre el, me dijo que podría ayudar allí con la música por lo que tendría oportunidad de practicar, ¿por qué?

—Es solo que me pareció muy extraño que supieras de el sin que yo te lo dijera.

—Ya veo.

El lobo ya más calmado se dedicó a decirle todos los pasos para que pudiera entrar en dicho club pues él se los sabía de memoria.

Terminada esta platica cada uno se fue en diferente dirección que el otro, pero algo los desánimo.

La chica llegó a su dormitorio después de subir muchas escaleras, todos la miraban mientras pasaba pero ninguno se atrevía a hablarle.

—B 130, B 131, B 132, listo B 133 ya llegue -fue lo que mencionó antes de abrir la puerta de dicha habitación.

—¿Hola?

UN POCO DE NOSOTROS (Legoshi  X Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora