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Jack estaba preocupado por su amigo pues su comportamiento era extraño, temía que algo malo le pasará pues él no era como los demás estudiantes que se creyeron la mentira sobre que lo de la obra había sido planeado. Él lo conocía muy bien.

—Legoshi realmente no entiendo que te paso en la obra —comentó para después darle un mordisco a su almuerzo

—¿A qué te refieres Jack? —Legoshi casi tartamudeo  sus palabras y estuvo apunto te tirar su presenciado sándwich de huevo.

—Yo se que no fue una actualización Legoshi, a mi no puedes engañarme como a los demás, yo te conozco bastante.

—No fue algo que haya planeado —sus orejas se agacharon pues se arrepentía de sus acciones.

—Eso lo se, tú no eres así... pero solo quiero que estés bien Legoshi, no quiero que nada malo te pase... ¡Ya se! ¿qué te parece si vamos por unos dulces a la maquina expendedora de esos que te gustan mucho y contamos historias y chistes en nuestro cuarto  después de clases? —su colita se movía al mil por hora por la emoción de pasar más tiempo con su mejor amigo.

—Lo siento Jack pero hoy iremos unos del club de teatro y yo a la ciudad para conseguir algo para el festival escolar, de verdad lamento no poder estar contigo.

—Está bien —sus orejas se bajaron un poco y su cola se detuvo con esas palabras ¿Por qué le dolía tanto no estar con él?—. no te preocupes por mi sólo promete que no harás una locura mientras estés fuera.

—Te lo prometo amigo.

Sin embargo la tarde no había sido tan buena para ___ pues recuerdos que ella había reprimido salían a la luz poco a poco. Durante una de sus últimas clases tuvo que pedir permiso a la profesora  para ir al baño y llegando ahí no pudo evitar vomitar.

—¿Por qué está pasando esto ahora? —decía con lágrimas en los ojos que cuidadosamente limpio después de un rato y dejo impecable su rostro, ella sabía cómo fingir que nada había pasado.

Legoshi no la vigilaba o cuidaba durante horario de clases pues los profesores y profesoras se hacían cargo de ello para que el lobo pudiera estudiar tranquilo.

Llegada la hora del club ___ llegó realmente temprano a este salón pues quería alejarse de las miradas de los machos, la comenzaban a asustar.

—___ llegas temprano —comentó Louis que era el único que estaba en dicho salón.

—Quería comenzar desde antes  —claramente mintió pero el ciervo no le tomó importancia.

—Me alegra ese entusiasmo, por cierto Legoshi salió con algunos del club a la ciudad por lo que yo te llevare hoy a tu edificio.

—¿Por? No es que me moleste, pero no es necesario.

—Si lo es ___, ¿qué no has notado como te observan los machos? Por algo Legoshi te ha llevado estos días.

—Bueno —tal comentario no le sorprendió, ella imaginaba que habían colocado a Legoshi como un tipo de cuidador, pero esto no le molestaba—. entonces te esperare hasta que hayas terminado tus actividades para irme al dormitorio, he visto que te quedas un buen rato después de que terminamos.

—No es necesario, te llevare y luego regresare.

—No quiero que des vueltas, de todas formas no tengo nada más que hacer cuando las actividades del club terminen.

—Está bien entonces.

Después de un rato de realizar lo que debía en el club ___ ya había terminado todo lo que tenia que hacer. Así que tan sólo espero mientras pensaba ¿qué estará haciendo Legoshi?

Unos pasos acelerados y el fuerte latido de su corazón eran los ruidos que Legoshi hacia mientras corría a través del horroroso mercado negro. Su mente daba vueltas y de un momento a otro se desmayo en aquel espantoso lugar.

Momentos antes todos habían estado muy bien, hacían bromas pesadas entre ellos pero por lo mismo de ser unos adolescentes. Pero todo cambio cuando un herbívoro anciano les ofreció uno de sus dedos a cambio de dinero, Legoshi se reusaba a ello por completo pero sus compañeros no.

Su horror aumento cuando al voltear pudo ver el "famoso" mercado negro.

Cuando despertó estaba encadenado de su cuello y un enorme panda lo apuntaba con la luz de un foco y una cámara.

—Por fin despiertas.

—¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando? —Legoshi estaba asustado pero antes de que pudiera decir más una cachetada lo cayó.

—Te encontré en el mercado negro, carnívoro. Ahora me dejarás hablar a mi. ¿Cuál es tu nombre?

—Yo... soy Legoshi —una luz alumbró sus ojos haciendo un cambio en sus pupilas durante unos segundos.

—¿Cuando fue la ultima vez que comiste carne?

—No lo hice —Otra foto fue tomada—. corría por el mercado negro y me desmaye, nunca he comido carne.

—Si claro —opino el panda con sarcasmo—. Todos dicen eso.

—Pero es cierto, no le hize daño —enseguida se arrepintió de su comentario pues daba información de más.

—¿No le hiciste daño? ¿De quién hablas?

—De nadie.

—¡No quieras mentirme!

—No importa quien sea no la lastime. Entre en razón y me detuve. Me arrepiento tanto, pero jamás le haría daño.

—¿Te preocupa esa herbívoro? Eso significa que la conoces ¿cierto? Que descarado de tu parte.

—¡Jamás la lastimaria!

—Pero ya lo hiciste lobo. Todos desean comer carne igual que tú...

—Yo n..

—¿Pero dices que eres su amigo? ¿Qué jamás la lastimarias? Que hipócrita  ¿encerio crees que puedes hacer eso?

Legoshi estaba atónito, no quería hacerle daño a ___ pero como era eso posible si ya se había dejado llevar por sus instintos antes, desde el primer momento en que la conoció. Tal vez el panda tenía razón... él era un hipócrita.

Él panda lo soltó y lo llevó a su sala, sirviendo le una taza de té.

—Mira chico. Deberías alejarte de ella. No dudo que quieras ser su amigo pero en cualquier momento vas a anciar el sabor de su carne y no de una manera sexual.

—Pero yo jamás le haría daño, ella me gusta así que no la lastimare le prometí quererla.

—Estas confundiendo las cosas, solo la quieres para poder tenerla como cena, no te culpo los instintos son muy fuertes pero deberías darte cuenta que no sientes amor sino hambre.

—¡Está equivocado! —gritó  parándose para irse a la puerta y cuando estaba a punto de salir el panda dijo:

—Eres un idiota. Pero estas muy confundido. Pobre chico.

Legoshi no cerró la puerta pues entró de nuevo a la casa de ese panda.

—Dime —Legoshi miro al panda a los ojos—. ¿qué puedo hacer para no dañarla?

—Aléjarte de ella.

—¿Hay otra manera?

—Primero debes descubrir si realmente te gusta.

—¿Cómo lo hago?

—¿De qué especie es?

—Es... Am... es una humana.

—¡¿Qué?!

UN POCO DE NOSOTROS (Legoshi  X Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora