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Cuando los tres estudiantes llegaron a la escuela por la mañana todos aquellos que se cruzaron en sus caminos los observaban con gran duda y algo de espantó.

Diferentes profesores de los llevaron a cada uno por distintos caminos para poder atender las heridas y discutir sus acciones.

Ninguno de ellos quería escuchar nada de lo que los profesores dijeran, pero no tenían de otra.

Cuando ___ llegó a la enfermería apenas y podía caminar o siquiera pensar, todo lo que había vivido en pocas horas la marcaría para siempre tanto física como mentalmente.

—¡Oiga! —habló la profesora para llamar la atención de la estudiante.

—Perdón —___ había estado inmersa en sus pensamientos pero la voz de la profesora la hizo salir de estos.

—Escuche señorita ___, sabemos que vivió algo traumático y no fue su culpa —la maestra se aclaró la garganta mientras la enfermera curaba correctamente la espalda de la humana—. Estamos agradecidos de que esté a salvo. Por favor cuídese mucho —su voz parecía sincera, tener esa atención por parte de tantas personas, sentirse cada vez más quería hacía que la humana sintiera cierta felicidad por lo que había pasado. Aunque no fuera del todo correcto.

—Muchas gracias.

Pero a Legoshi no le estaba llendo tan bien, la profesora que estaba con él parecía culparlo de cosas y actos que el mismo desconocida. Pero él soportaría todos los sermones del mundo, todos los golpes y todo lo que pudiera si con eso podía mantenía a salvo a la chica que quería.

El tiempo pasó lento, todo en el cuerpo le dolía y eso hacía que las clases para ___ fueran aún más duras que antes, eso y todas las miradas de los demás.

No quería sentirlas, no quería que nadie la viera, "¿Por qué todos me observan?" Pensaba en todo momento pues nadie debía de haberse enterado, o por lo menos no todos, de lo que había pasado.

Todos la veían, todos la juzgaban, ya ni lo soportaba.

Ni siquiera veían el pizarrón, "¿Por qué me ven? Yo no quiero esto".

—¡DÉJENME EN PAZ! —gritó a los cuatro vientos en medio del aula, pero cuando volteó a verlos a todos ninguno de ellos había tenido la vista fija en ella.

—¿Señorita ___ se encuentra bien?

—Este... Yo... Lo siento ¿puedo ir al sanitario?

—Creo que es lo mejor, vaya.

—Gracias.

Rápidamente la chica salió de aquel lugar. Estaba sudando frío, estaba temblando ¿Por qué pasa todo esto? Ni siquiera ella lo sabe.

Cuando llegó al baño abrió la llave para poder calmarse un poco al sentir el agua fría en su rostro.

"Tal vez no todos lo manejan igual" pensaba esperando que esa fuera la razón ¿pues cual más podría ser?

Y eso era cierto, Legoshi parecía que no tenía tantas dificultades para seguir con su vida, aunque si había cambiado, ahora tenía más en claro su perspectiva del mundo. Era más seguro, ahora ya se conocía y no tenía tanto miedo como antes.

Las clases terminaron cuando sonó la campana y la humana había pasado todo ese rato en el baño pensando, perdida en su mente sin saber porque.

Cuando salió se topó con alguien a quien no esperaba, una loba que ella no había conocido tan de cerca, era muy bella.

Pero algo la molestaba y era que está loba no dejaba que ___ pasará.

—Dejame pasar por favor -ordenó ya molesta la humana después de algunos segundos.

No había nadie más que ella en el pasillo pero ese era el único camino a la azotea y ___ quería pasar.

Pero la loba no le hizo casó pues lo único que logró con sus palabras fue que la loba frunciera  el ceño y se acercara sagas mente a su cuerpo.

"Oh rayos" fue lo que ___ pensó al acordarse del anime donde aparecía una escena igual a la que estaba viviendo.

—¿Que rayos? —dijo la loba al percatarse  de cierto factor en el olor de la humana—. ¿Por qué tú?

-¿A qué te refieres?

Juno se separó de ___ y la miró directamente a los ojos.

—Mi nombre es Juno, soy de primer año.

—¿Okey? Y yo soy...

—No es necesario que te presentes —interrumpió—. Se quien eres, pero déjame decirte que aún con lo que has hecho con él yo te ganaré.

—¿De que rayos hablas? —preguntó ___ aún cuando sabía la respuesta pues solo quería ver qué decía.

—Hablo de Legoshi, se lo que hiciste con él —se escuchó un leve "¿que?" por parte de la humana pero eso no paro a Juno—. Pero eso no impide que yo pueda ganarte, te ganaré como mujer.

—Escucha, Juno ¿cierto? —ya tenía demasiado con sus propios problemas como para tener a alguien más fastidiando la—. Intenta lo que quieras, no cambiarás nada, pero está bien. No pierdes nada con intentarlo. Aunque siendo sinceras, como mujer yo te gane en el momento en que Legoshi ni siquiera tubo la intención de elegir.

Juno solo se enojó con ella y se fue con la frente en alto aún cuando no sabía si podrían funcionar sus palabras, ella no era mala persona, pero su primer encuentro frente a frente no habia sido de lo más agradable, tal vez en otra situación pudieron haber sido buenas compañeras.

___ por fin llegó a la azotea y se recargo en la pared. Sentía la sombra de la pared tan deliciosa y desde ese lugar podía observar muy a lo lejos puestos blancos. Había pasado tanto en tan poco tiempo que se olvidó del festival de esa noche.

Paso un rato pensando hasta que alguien entro de prisa por la puerta y la observó.

Sus ojos se encontraron, él pelaje de él se movía con el viento de aquel lugar al igual que su corbata. Se veía tan elegante, nervioso y lindo en ese momento que simplemente era demasiado para el corazón de la chica.

Era tan lindo.

—¡___! Oh Dios aquí estás, te estuve buscando desde que se acabaron las clases.

Pero ella no respondía, no lo sabía en ese momento pero por alguna razón sentía que podría quedarse observándolo toda la vida. Quería observar lo toda la vida.

—¿___? ¿Estas bien?

—¿Eh? —por fin salió de sus pensamientos—. Oh, perdón, si estoy bien Legoshi, gracias por preguntarme. ¿Que paso?

—¿Eh? —preguntó el lobo pasandose una mano por la nuca—. Este... Yo... Yo solo quería venir a verte.


UN POCO DE NOSOTROS (Legoshi  X Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora