Conociendo Tu Mundo

💫 SUCEDIÓ OTRA VEZ

El par de chicos se encontraban en el interior de un enorme centro comercial que, a la vista de Wangji parecía un castillo de cristal lleno de cosas brillantes.
Los escaparates de las tiendas estaban hechos de un cristal limpio y luminoso. El interior de la tienda se encontraba abarrotado de mercancía y de personas que hacían filas y filas para entrar. Se quedó embelesado ante tanto movimiento de este gigantesco lugar de varios pisos. Podía observar todo tipo de ropa, calzado entre otras cosas. Era un lugar extraordinario para nuestro viajero.

— Lan Zhan, por aquí— Xiao le hacía señas a su compañero mientras le mostraba el lugar hacia donde debían ir. Quería evitar los lugares más concurridos del sitio pues no quería que las personas ahí descubrieran su identidad.

A medida que iban avanzando Wangji se detenía por breves momentos en cada sección, admirando cada cosa que exhiben en las grandes vitrinas. Después, ambos se subieron a las escaleras eléctricas y, otra vez, Xiao Zhan disfrutó de una escena graciosa. El actor tomó la delantera para mostrar la manera de subirse, pero Wangji dudo segundos en poner un pie en el escalón asi que quedaron separados por cinco escalones de distancia. Sostuvo el pasamanos mientras estaba en movimiento, y giró en su mismo eje para ver asombrado. Cuando estuvieron ya en el segundo piso, estuvo a punto de caerse al hacer la transición de la escalera al piso firme pero Xiao Zhan lo ayudó y disimuladamente continúo riéndose al igual que algunas personas que pasaban cerca. La vista en ese piso era diferente, pues el mejor surtido de ropa era exhibido.  Era evidente la variedad de distintos colores y modelos que podías encontrar.

— Lan Zhan, puedes escoger lo que gustes yo me encargaré de pagarlo — dijo orgulloso.

— ¿Seguro? — recientemente había estado aprendiendo acerca del valor de la moneda de este país, y por lo que recordaba los números que estaban escritos en las etiquetas no eran nada baratos.

— Claro — Xiao no era una persona despilfarradora sin embargo no escatimaba en gastos cuando algo realmente lo ameritaba y, por supuesto que valía totalmente la pena gastar sus ingresos en algo de ropa para su amigo.

Wangji se paseaba por todo el establecimiento, iba de un lado a otro dando vueltas como si nada de lo que había allí le llamara la atención. Y es que lo único que le parecía cómodo eran los shorts que usaba en casa, y los pantalones que aquí vendían parecían un poco o más ajustados de los que vestía.

— Lan Zhan... ¿cuánto más buscaras? — Xiao preguntó inquieto.

— ¿Esto usan los jóvenes? — señalaba a unos pantalones que lucían un estilo desgastado y roto de las rodillas  — Está inservible.

— pff  — comenzó a reír a carcajadas — eso se le llama moda, ven conmigo — Xiao lo guió a una sección de ropa algo diferente, escogió un par de prendas y le indicó que se los probará en la pequeña cabina que se encontraba al fondo, mientras el seguiría paseando por los pasillos en busca de algún otro conjunto.

En el lugar, un par de chicas tenían la vista puesta en Xiao quien se encontraba a dos pasillos de distancia.
Miraban con curiosidad mientras se hablaban en voz baja.

— ¡Mira!, es el.
— ¡Sí!, vamos acercate.
— No, ve tú.

El pelinegro se percató de la presencia de las chicas que parecían examinarlo y sabía que si alguien más aparte de ellas se daba cuenta de su identidad terminaría llamando la atención de todos a su alrededor. Así que sostuvo la visera de su gorro y la deladeo un poco tapando así su rostro, sin parecer sospechoso, caminó lento y entró en la cabina en la que Lan Wangji se había metido.

— ¿Wei Ying? — Xiao se había colocado a espaldas del chico mientras se apoyaba en su cuerpo. Wangji pudo sentir como esas cálidas manos tocaban su espalda desnuda.