💫 BREVE ENCUENTRO

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Pasaron un par de días y Lan Wangji aún permanecía en aquel mismo callejón esperando que, en algún momento, fuera capaz de reencontrarse con Wei Wuxian. Y debido a que no había sido capaz de verlo, su corazón se angustiaba e inquietaba, después de todo, ahora que había sido capaz de encontrarlo no dejaría que nuevamente se alejara de el, no otra vez... y aunque sus intensas ganas de buscarlo eran muchas, no sabia por donde empezar a hacerlo en este inmenso lugar.

Recientemente, Xiao Zhan había estado usando su automóvil para llegar a casa, el chófer encargado de cuidarlo lo estuvo llevando en los últimos días, y es que, aún se sentía nervioso de volver a toparse con aquel extraño chico, pero a pesar de todo, miraría al joven a través de su ventana de cristal cada vez que el auto pasaba por aquel lugar.

Sin embargo, este día fue diferente, e incluso a la mánager de Xiao Zhan le pareció extraño que le volviera a sugerir irse solo a casa. De algún modo, no había sido capaz de olvidar al joven y su extraño comportamiento, a pesar de que había sido tocado de aquella manera eso no le había disgustado e inexplicablemente tenía la sensación de que debía volver a verlo.

Cuando se aproximaba al callejón, disminuyó su velocidad y caminó lentamente al acercarse, tenía la intención de pasar desapercibido, pero al instante, Lan Wangji se percató de su presencia y se acercó rápidamente.

— Wei Ying — le llamó Wangji al estar frente a él provocando que Xiao Zhan se exaltara al verlo tan cerca.

— O-oye... — el joven le dirigió una pequeña mueca — Creo haberte dicho antes que no soy quien buscas, me has confundido — le recalcó.

— No es así — le contestó. Xiao Zhan le dirigió una mirada extraña ante aquello y una de sus cejas se levantó — Eres tú — le continuó diciendo Wangji — Eres Wei Ying

— ¿Me estás escuchando siquiera? — le respondió disgustado — Te he dicho que yo... — antes de terminar sus palabras, un extraño sonido le interrumpió  — ¿Q-qué fue eso? — preguntó a pesar de ya saber la respuesta. De hecho, el mismo también producía aquellos sonidos vergonzosos cuando su ingesta de alimentos disminuía.

Lan Wangji se quedó en silencio y bajó la mirada — Fui yo — le respondió

— S-sí, lo se... pero ¿Porqué?... — dijo confundido. El chico parecía venir de una familia adinerada, así que el hecho de estuviera allí, sufriendo de hambre no lo entendía y, por alguna razón el hecho de que lo viera de esa manera le preocupaba.

— Lo lamento

— No... No... No tienes por qué disculparte — le dijo de manera comprensible — ¿Tienes hambre? — segundos después comenzó a reírse levemente — Pero aún así es muy ruidoso hombre.

— Bueno... — su rostro se relajo al ver el semblante feliz del contrario — ... Han pasado dos días desde la última vez — le respondió.

—¿Eh? — Xiao Zhan simplemente lo miró desconcertado, sin saber cómo mas reaccionar  —¿Es enserio? — le preguntó sorprendido — ¿Cómo puedes aguantar?

Totalmente apenado, Wangji le contestó — Yo... no sé cómo conseguir comida en este lugar...

Xiao Zhan estuvo a punto de reírse ante su respuesta, «¿No sabe comprar?» se dijo así mismo pero trato de retener aquella sonrisa « O talvez...» — mm...¿Traes dinero? — preguntó.

— Si — llevó su mano hacía el interior de sus ropas y de entre ellas sacó una pequeña bolsita — Tengo esto — le dijo al entregárselo — Pero cuando fui a aquel lugar — señaló la tienda de conveniencia que se encontraba al otro lado de la calle — no me la quisieron aceptar.

— Estas monedas... — Xiao Zhan sacó unas cuantas de la bolsita y las examinó — ¿De dónde las has sacado?— preguntó intrigado — Nunca he visto que se usarán de estas en ningún lugar, es obvio que no te las aceptarán — Lan Wangji frunció levemente el ceño con confusión pues no lograba entender que es lo que Xiao Zhan le trataba de decir. Y es que él, al ser de otro mundo, no sabía que las cosas funcionaban completamente diferente y que incluso sus monedas, era algo inservible en el lugar que ahora estaba — Debiste ir a casa en vez de quedarte a morir aquí — agregó Xiao Zhan.

— Lo intenté, pero no sé cómo hacerlo

— ¿Cómo puede ser posible? — preguntó desconcertado

— No sé cómo volver a casa — repitió

— Estas bromeando... ¿Cierto?... como puede ser posible que no sepas volver a tu propia casa

— Tampoco se cómo llegué a este lugar

Lo que el chico le decía era difícil de creer, después de todo era un hombre adulto, alguien que había conocido de la manera más extraña así que no sabía cuáles eran realmente sus intenciones, e incluso llegó a preguntarse si talvez debía acudir a la policía; pero eso sería algo que pensaría más adelante, ahora lo único de lo que estaba seguro era que el chico necesitaba de su ayuda.

— Espera un momento... — Xiao Zhan comenzó a alejarse de él.

— No te vayas — El contrario lo alcanzó y lo detuvo abruptamente sosteniéndolo de la mano — No me dejes

— Solo me iré un momento... — le dijo — regresaré — gentilmente alejo la mano de Wangji y se marchó. El joven se quedó esperando y vió a Xiao Zhan entrar en aquella tienda que había mencionado, no tardó mucho tiempo cuando lo vió salir ahora sosteniendo una bolsa y encaminándose hacía él.

— ¿Qué es esto? — Lan Wangji preguntó intrigado al ver la pequeña caja de plástico que Xiao Zhan recién le había entregado.

— Es comida — dijo avergonzado — tienes hambre ¿no? sólo tómalo — Lan Wangji asintió, pero simplemente no podía apartar la mirada de ese extraño empaque y de su contenido. Al ver las reacciones del chico, Xiao Zhan tomó el empaque de vuelta y lo abrió para luego devolvérselo — Vamos come — dijo al darle un par de palillos.

Lan Wangji tomó la pequeña caja y los palillos y comenzó a devorar el contenido. Luego de dos días su hambre al fin había sido sasiada y, después de tomarse su tiempo disfrutando terminó satisfecho.

— Realmente tardaste eh... — habló Xiao Zhan que aún continuaba a su lado —  bueno... entonces es hora de irme

— No — le detuvo nuevamente.

— Vamos chico — dijo con voz calmada — No puedo quedarme más tiempo que esto — explicó.

— ¿Volverás?

Xiao Zhan estaba a punto de decirle que no lo haría, pero al simplemente ver la forma en que lo miraba no fue capaz de hacerlo — ... bueno... Eso depende... — dijo al marcharse.

Mientras se iba, una leve sonrisa se dibujo en su rostro, aún no quería admitirlo, pero ese breve encuentro llenó de calidez su corazón. Y, a pesar de que algo dentro de él le decía que debía alejarse del chico, su curiosidad por él era más grande que los sonidos de advertencia que emitía su interior.

Conociendo Tu MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora