Samantha. Una joven que con tan solo 17 años tiene su corazón de piedra y negro cómo la sombra.
Todo se debe a su oscuro pasado con un gran secreto que la atormenta día y noche. Esta en un mundo en el cual poco a poco se va desvaneciendo.
Pero acá...
Intentar dar lo mejor de uno, pero para si mismo, no para tratar de dar la mejor cara para los demás.
Hoy me siento mejor, por ende usare un vestido blanco con rosas rojas, en la parte de mi pecho y cintura es ajustado, de ahí para abajo es suelto. Me gusta mucho como representa mis curvas. De calzado opte por unos tenis blancos, pegan muuy bien.
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Y como es de esperarse, de nuevo me cogió la tarde, esta vez no alcance a coger al menos una fruta, pues solo me dio tiempo para empacar los cuadernos.
Agradezco tener tenis. .Corro hasta la parada del autobús, y según yo en 5 minutos llega.
Pues lamentablemente no fue así, llego como a los 10 minutos.
Tengo la esperanza que no habrá tráfico.
Coger el otro bus....Esto es agotador, pero tendré que acostumbrarme. En la zona donde vivo es más económico todo, debo ajustarme al presupuesto que me ofrece mi abuela.
Ella es mi luz, mi estrella. Me ha ayudado desde que tengo memoria, todo se lo debo a ella, espero tenerla por mucho tiempo en mi vida, para mi es el ser más maravilloso.
-Señorita Samantha, llega 30 minutos después del timbre ¿Qué tiene que decir al respecto?
*El profe de química desde su puesto gritando a todo pulmón* como si a los demás les importara.
-¿Puedo pasar?
-¿No va a pedir disculpas por interrumpir mi clase?
NO, ya deje de tratar de minimizarme, viejo cascarrabias ¿Qué son 30 minutos? >:v
-¿Sabe qué? Pase, no me haga perder más tiempo.
*Me dirijo al asiento más alejado de él, mientras que lo arremedo para mis adentros*-Ni mi higui pirdir mis tiimpi-.
