Hola gente... Como bien saben, he estado un poco liada con algunas cositas y me he atrasado a la hora de la actualización. Pido disculpas y como no quiero hacerlos esperar tanto... les traigo el capítulo 7...
Disfruten...
Serie Seducción de Laura Lee Gurhke "En el lecho del deseo" (libro 3)
oooOooo
Capítulo 7
La Ópera de Covent Garden volvía a ser popular tras varios años de confusión y, en consecuencia, muchos socios habían renovado sus suscripciones para los palcos. Como Eriol Hirahizawa era uno de los compositores más famosos de Inglaterra, y había estrenado recientemente una nueva sinfonía, y como él mismo iba a dirigirla, el concierto estaba lleno hasta arriba aquel martes por la noche.
Miara tenía allí un palco, pero era Tomoyo quien más lo utilizaba. Aquella tarde, sentadas junto a ella, estaban las dos hijas de sir Yukito Tsukishiro y tres de las hermanas Shinomoto. Tomoyo había concertado esa cita con la pretensión de frustrar el intento de Touya, puesto que le había enviado una nota el sábado en la que decía que estaría con ella para el concierto de Eriol. Ella le había enviado su respuesta, informándole de que ese día había ocupado todos los asientos y que él tendría que irse a otra parte. Después, por supuesto, había iniciado una carrera frenética en busca de una o dos personas más para mantenerlo alejado.
—Esto es tan excitante —le murmuró Riu Shinomoto, cuñada de Eriol, ante las primeras notas de la orquesta, mientras afinaban los instrumentos—. Mi hermana me ha contado que Eriol no ha dirigido en años.
—Yo también tengo ganas de verlo —confesó Tomoyo—. Tan sólo lo he visto dirigir una vez, y fue hace mucho tiempo. Estaba en la escuela, en Francia, y mi hermano vino a visitarme. Eriol estaba de gira por Europa en aquella época y Shaoran me llevó al concierto.
Riu echó un vistazo al programa.
—Su sinfonía viene después del intermedio. ¿Conoces a este compositor, Antoine de Saint-Exúpery? Presenta un concierto de violín.
—No lo he oído demasiado —contestó mientras sonaban los timbres para que la gente tomara asiento. Unos minutos después, los ujieres apagaron las lámparas, y comenzó la primera parte del concierto.
Tomoyo tan sólo le prestó una atención superficial, pues estaba preocupada. Era muy consciente de las discretas miradas que le dirigían tras los monóculos de ópera. Habían pasado cuatro días desde su picnic con Touya, y ahora toda la sociedad londinense discutía la sorprendente reconciliación de lord y lady Miara.
En el intermedio, las chicas Tsukishiro y Shinomoto fueron a por hielo, pero Tomoyo permaneció en su sitio. Cuando regresaron sus acompañantes, Riu no estaba con ellas, y su hermana menor, Aoi, comentó:
—Observé cómo su cuñada, la duquesa de Tremore, la presentaba a un par de hombres muy guapos. Uno de ellos la miraba mucho. —Se rió—. No lo estropearemos todo interrumpiendo, ¿verdad?
Los timbres volvieron a sonar, anunciando que la segunda parte del concierto iba a dar comienzo, pero Riu no apareció. Tomoyo se asomó a la barandilla y miró a ambos lados, hacia el palco de Shaoran, pensando que quizá Sakura había invitado a Riu a sentarse con ellos después del intermedio.
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En el lecho del deseo
RomansaTomoyo se enamoró con toda la pasión de la juventud de Touya Miara, el vizconde que pidió su mano. Tras unos meses de matrimonio, ella descubrió que él tenía una amante y que se había casado con ella por su dote. Tomoyo, herida y con el corazón dest...