Hola gente.. ¿Cómo han estado? Yo a full en esta cuarentena retomando los pendientes como les dije...
¿Qué les pareció el primer capítulo de "En el lecho del deseo"?
Me he propuesto publicar una vez por semana... (ya sé que debí hacerlo la semana pasada, pero se me ocurrió mucho después jeje) por eso ahora les traigo el segundo capítulo de esta hermosa adaptación. Como vengo aclarando, esta historia no es mía, es de Laura Lee Guhrke.
NdeA: Lord Amamiya es Lord Miara, esposo de Tomoyo Miara. Para los amigos es Amamiya, para los demás Miara.
RECUERDEN: deben leer estos relatos con ojos críticos, las costumbres de hoy no eran como las de antes. Antes no se podía ver a una mujer soltera sola porque era mal visto y si se la veía con un hombre también soltero ya tenían que estar hablando de los planes de bodas... son costumbres que a mi también me parecieron chocantes... pero es otro siglo, otra cultura y otro tiempo.
Sin dar más vuelta, disfruten de este capítulo.
Serie Seducción de Laura Lee Guhrke "En el lecho del deseo" (libro 3)
oooOooo
Capítulo 2
Lo decía en serio. Dios santo, lo decía en serio. Tomoyo miró a su marido horrorizada, sus palabras retumbaban en su cabeza como el sonido de un tambor. Quería un heredero. Ahora, después de todos esos años, él quería un heredero. Después de la humillación y el dolor que había sufrido, la censura social y la culpa que había recibido por la falta de un hijo, después de todas las mujeres que él había disfrutado, ¿ahora esperaba regresar a su vida, a su cama?
—No, ni en mil años —dijo marchándose.
Él puso la mano sobre sus hombros, deteniéndola.
—Un heredero es crucial, Tomoyo, y lo sabes. Sin Christoph, necesito un heredero.
—Ya tienes un hijo —le recordó—. El menor de lady McMillan es tuyo. Todo el mundo lo sabe.
—Ya conozco el rumor, pero en este caso, es falso. —Se encogió de hombros y continuó—: Además, si fuera cierto, no significaría nada. Necesito un heredero legítimo.
—¿Por qué debería importarme lo que tú necesites?
—Te guste o no, eres mi mujer, yo soy tu marido, y las circunstancias ahora nos obligan a hacer lo que exige nuestra posición.
—Tus circunstancias y tu posición no me obligan a nada. Yo no soy tu yegua de cría. Nuestro matrimonio es una farsa y siempre lo ha sido. No veo razón para cambiarlo ahora.
—¿No hay razón? Perteneces a la nobleza, eres la hermana de un duque y la esposa de un vizconde. Sabes cuáles son las reglas que dirigen nuestras vidas, Tomoyo.
Fijó su mirada en él con la misma determinación, y casi podía oír el choque de sus deseos como el crujido de dos sables.
—Puede que sea tu mujer en un papel, pero no tengo por qué serlo en tu maldito lecho. ¡Maldito linaje, malditas reglas y maldito seas tú!
—Maldíceme cuanto quieras, pero viviremos juntos cuando regrese del norte. Decide si prefieres estar en nuestra villa en Chiswick o trasladarte a mi residencia de la ciudad, en Bloomsbury Square. Si eliges la casa de la ciudad, notifícaselo a Pershing y haz que envíen tus cosas mientras estoy fuera.
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En el lecho del deseo
RomantizmTomoyo se enamoró con toda la pasión de la juventud de Touya Miara, el vizconde que pidió su mano. Tras unos meses de matrimonio, ella descubrió que él tenía una amante y que se había casado con ella por su dote. Tomoyo, herida y con el corazón dest...