Capítulo 19

86 8 6
                                    

Y como lo prometido es deuda... les traigo el penúltimo capítulo de esta maravillosa historia... Espero la hayan disfrutado tanto como yo adaptándola.
Sin más vueltas... disfruten :)

Adaptación serie Seducción de Laura Lee Gurhke "En el lecho del deseo" (libro 3)

oooOooo

Capítulo 19.

A pesar de las dudas de Touya ante la visita del hermano de Tomoyo, ella lo estaba deseando. Sabía que Shaoran sería educado, aunque sólo fuera por ella y por las buenas maneras, y una vez él viera lo comedido que se mostraba Touya, empezaría a olvidar y a perdonar. Sakura, por supuesto, sería capaz de fomentar ese feliz encuentro. Y Eriol y Akiho también serían de gran ayuda al plantear una tregua, pues eran amigos de ambos. Al final de la quincena, Shaoran y Touya se considerarían como hermanos. Al menos, eso esperaba Tomoyo.

A pesar de sus esperanzas, las cosas no empezaron bien. Los primeros días fueron verdaderamente terribles. Ella sabía que su marido y su hermano trataban de ser civilizados, pero los intentos de Touya por resultar gracioso no agradaban a Shaoran, y el resentimiento de su hermano por el comportamiento anterior de Touya era palpable. Los largos silencios en la cena tan sólo se rompían con los comentarios ocasionales de Eriol y las habilidosas charlas entre Sakura, Akiho y ella misma. La parte más divertida de la noche, sin embargo, siempre tenía lugar cuando los hombres permanecían en el comedor, tomando un oporto o un brandy después de cenar, mientras que las señoras se retiraban a la salita. La costumbre solía dictar que esta práctica debía durar al menos media hora. Sin embargo, apenas había pasado la mitad de ese tiempo cuando los hombres ya se les habían unido. Hasta la quinta noche de su visita. Esa noche, todo cambió.

Pasaron quince minutos, después media hora, una hora y más.

—¿Qué suponen que están haciendo? —preguntó Tomoyo a las otras dos mujeres, tratando de no ponerse nerviosa—. ¿Estarán entreteniéndose o se estarán matando entre sí?

De pronto, una risa masculina se oyó desde abajo y Tomoyo agarró a Sakura del brazo.

—Escucha —dijo mientras se oía otra ronda de carcajadas masculinas.

—Se están riendo —dijo Tomoyo, asombrada. Miró a Sakura y después a Akiho—. Shaoran y Touya están juntos y se están riendo.

—Probablemente porque están borrachos —dijo Akiho serenamente, tomando un sorbo de madeira. Una sombra de diversión cruzó por sus ojos azul claro mientras miraba a Tomoyo—. Eriol me dijo que este estúpido rencor entre sus dos amigos había durado demasiado tiempo. Dijo que iba a emborracharlos esta noche y a acabar con ello de una vez por todas.

—¿Emborracharlos? —repitió Sakura—, ¿ésa es la solución? ¿Y si se matan entre sí?

—Eso mismo le pregunté yo —sonrió Akiho apartándose un mechón de su cabello rubio y tomando otro sorbo de vino—. Eriol dijo que eso no sucedería. Touya es especialmente divertido cuando está borracho y Shaoran siempre es mucho más amistoso, porque se olvida de ser educado y desagradable.

Otra ronda de risas masculinas se oyó entonces desde la salita y Tomoyo se levantó.

—No puedo estar aquí, quieta, la curiosidad me está devorando, debo saber de qué se ríen tanto, vamos.

Las otras dos mujeres la acompañaron gustosamente fuera de la salita y bajaron la escalera. Se acercaron juntas al comedor y tan sólo tardaron un momento en descubrir de qué se reían: los tres estaban componiendo rimas, rimas sucias.

—Había una vez una alcahueta de Cheshire... —comenzó Eriol mientras Tomoyo atisbaba por el quicio de la puerta.

»Había una vez, un alcahueta de Cheshire... —dijo Eriol de nuevo, haciendo una pausa—. ¿Qué rima con Cheshire? —preguntó mientras se servía un poco más de brandy de la botella medio vacía que estaba frente a él.

En el lecho del deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora