Oporto, Portugal

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-¿Qué le paso?-pregunto entrando a la casa a esa regordeta y cariñosa portuguesa que me abre las puertas de la casa según ella donde Rania "vivía con su marido".

-¡Ayyy señor, es toda una pena lo que ha pasado en esta casa!-respondió dándome espacio para entrar por el amplio umbral, es una preciosa casa, más grande que la de Los Ferraz y la mía.

-Bueno señor Rachid, la señora Ferraz-dijo haciendo que me volteara bruscamente al percibir como Rania se hizo llamar asi misma como la señora Ferraz siendo ella todavía de mi propiedad.

-Ella y su esposo vivían en esta casa, yo fui su ama de llaves ambos eran muy amables conmigo y con su hijo, un niño bellísimo blanquito exactamente igual que usted-dijo haciendo que sonriera con todos los dientes por primera vez en meses.

-Munir ¿Usted sabe donde esta?-pregunto sintiendo mi voz quebrarse.

-Por supuesto que se señor, el niño Munir está con su hermanita recién nacida en un caro hospital, ahí están siendo cuidados se llama "Terra Nostra" es una clínica, le pertenece a una familia adinerada de origen italiano, luego de la muerte de ambos los llevaron allí-dijo secándose las lagrimas con su vestido de criada.

-¿Hermana?-pregunto extrañado

-Claro su hermana la hija recién nacida de ambos, debe tener dos meses, hace tan solo dos semanas que la señora Ferraz falleció, respondiendo su pregunta no sé muy bien como pasaron las cosas pero hace cuatro el señor Ferraz tuvo un accidente automovilístico, un camión se llevo su auto por el medio ¡Que Dios lo tenga en su santa gloria! El exploto en mil pedazos los restos los cremaron eso destrozo a la señora Ferraz, todas las noches gritaba que se quería morir que quería estar al lado de su hombre, estaba desesperada-dijo mientras al entrar a la inmensa y cara sala me quedo helado al ver un retrato casi tan grande como una pared en ella había una foto gigante donde Lucas abrazaba por detrás a Rania besándole el cachete con los ojos cerrados mientras con sus brazos cubría sus delgadas caderas, ella sonreía con un brillo en sus ojos que jamás había visto en ninguna mujer, ni siquiera en Jade, ni siquiera a mi me veía con esos ojos, su cabello le caía en el rostro por la brisa de la playa, no llevaba velo al parecer al final de su vida se convirtió en una hereje.

-Bueno como le comentaba señor Rachid, luego de la muerte del señor Lucas ella estaba acabada no quería saber de nada, solo se alimentaba por su bebe, yo estuve ahí cuidándola los últimos tres meses de su vida, luego le llego una carta de Marruecos aparentemente de su familia, ella de inmediato la quemo nunca sabré que decía pero debió ser algo muy grave porque luego de eso ella se desmaye, llame a los paramédicos-dijo mientras me guiaba al balcón esa no era una casa era una mansión juraría que valdrá entre uno o dos millones de dólares, al ver como el césped estaba cubierto por matas de lirios, esa era la flor favorita de Rania.

-¿Y luego que le paso a Rania?-dije tratando de que esa inocente señora no notara mi evidente odio hacia la causante de mis desgracias, ella muy amablemente me sirvió un té de limón con miel.

-Bueno llame a una ambulancia ellos se la llevaron de hecho, yo me fui con ellos la llevaron a urgencia yo no sé mucho de eso, porque nunca pude estudiar pero al parecer se le bajo la frecuencia o algo asi, los latidos de su corazón cada vez... ¿Cómo explicarlo?-dijo viendo algún punto incierto de la mesa.

-Cada vez más lentos, supongo que era eso-digo tomando otro sorbo de ese te, acomodándome en la silla sintiendo el exquisito olor de los lirios dedicado en honor de las más grande de las putas.

-Exactamente señor eso fue, luego de eso la sometieron a una cesaría de urgencia no estaba llegando oxigeno a su placenta, el punto fue que la operaron ahí nació su hija, el problema es que perdió mucha sangre además no lograron reanimarla, su corazón latía cada vez más lento asi fue por dos horas hasta que supongo yo la falta de bombeo por parte de su corazón hizo que el oxigeno dejara de llegar a sus pulmones, hasta que esa misma noche falleció de un paro respiratorio-susurro tratando de ocultar sus lagrimas.

Mas allá de la opresión del velo-(Jade y Said) (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora