Las sabias palabras de mi sobrina

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     Con seriedad abro la puerta de mi hogar, me recibe la cálida mirada de Mariam, la criada, las luces están encendidas .Dejo que Amina, Khadija y Jade pasen primero. En cuanto mi hija ve a Mariam le empieza a presumir su nueva pulsera, Amina se estira, en ese momento siento los pequeños brazos de Jade envolverme en un abrazo, reprimo un gritico y sonrió, me besa la espalda, se separa dejándome de nuevo ver su rebelde melena, mientras dobla su velo.

-"Tú eres tan hermosa, tan preciosa, toda una diosa"-pienso, el tiempo le ha sentado bien, bueno eso más que el hecho de que yo estoy muy enamorado. En mi se plantea una duda, escucho mi propia voz suspirar, por el simple hecho de poder apreciar su melena, entonces ¿Qué pasara cuando te cases conmigo de nuevo? Me emociono de solo pensarlo, me siento como un niño pequeño al imaginarme las rosas a los costados y Jade caminando hacia mí, prometiéndome amarme para todo lo que resta de nuestra vida, son tantos sentimientos que sin más me empiezan a dar calambres en los pies y en el estomago.

Veo a Rania bajar por las escaleras, lleva una amplia bata blanca, que deja ver el principio de sus pechos, se arreglo para mí.

-Habibi-susurra vacilante, haciendo ojos de perrito, no quiero pelear es por eso que le extiendo los brazos ella corre y me da un abrazo, por encima de su cabeza veo a Khadija echando chispitas de la ira.

-Jade, Khadija, Rania y yo, tenemos que hablar, vamos a la sala de estar. Mariam prepara la merienda-ordeno a la criada quien se limita asentir desapareciendo por la cocina.

-Jade tu en la silla de la derecha, Rania en la de la izquierda-ordeno, viendo la mirada altiva de amabas como dos enemigos que se debaten en quien debería morir primero, suspiro-Khadija a mi lado.

-¿Por qué creen que senté a Khadija a mi lado?-pregunto pasando mis manos por las rodillas.

-Porque es nuestra hija-responde Jade alzando las cejas a Rania, suspiro, ya vamos a empezar.

-En parte, no diste en el clavo, la tengo sentada a mi lado, porque mis hijos siempre serán lo más importante. Prefiero perderlas a las dos que a mis pequeños, por ustedes no perdería mi orgullo de hombre, pero por ellos si es necesario vendo mi alma al diablo, la senté a mi lado para que tengan muy presente que por encima de ustedes están mis hijos, ellos son superiores a ustedes. Esto va contigo Rania.-digo viendo como desvía la mirada.

-Mírame cuando te hablo, tuviste ayer el descaro de agredir a mi hija, ahora quiero que me veas a mí y a ella ¿Tienes algo que decir?-pregunto con altanería.

-Sí, bueno yo me quería disculpar contigo y con Khadija, por mi actitud de ayer...Yo se que una disculpa no resuelve un golpe ni hace que uno olvide la ofensa, pero me gustaría que supieras que no lo volveré hacer-dice agachando su cabeza con sumisión.

-Y ¿Tu?-la oigo resoplar con molestia-Sin ofensas, Khadija-agrego rápidamente.

-Yo, no te disculpo, las palabras las dice cualquiera, yo te acepte en la casa de mi padre con emoción. Tú tiraste mi aprecio a la basura, cuando empezaste hablando mal de mi madre, despreciándome, encargándote de poner siempre Munir por delante de mí. No me interesan tus asquerosas intensiones, tú me has herido, si quieres mi perdón cambia de actitud. Aunque dudo que lo puedas lograr-dice mi hija con monotonía, veo que Rania la mira con intensidad.

-¡CALLATE RANIA!-grito justo antes que replique-Yo estoy en total acuerdo con mi hija, por tu bien o cambias o te repudio, puedo seguir mi vida-veo como palidece y se queda callada de golpe.

-Jade, me voy a casar contigo, espero que seas sincera, porque sé que no hay divorcio, es la última oportunidad, pero si yo descubro un engaño, una mentira, no sé lo que pueda pasar. Porque yo siento mucho rencor hacia ti, eso no desaparece de la noche a la mañana. Respétense entre ambas, no me interesa que se consideren amigas, respeta a Munir como si fuese tu hijo. Es el hermano de Khadija. Si hay mas tormentos en esta casa, me marcho o las repudio, no sean un estorbo, eso es todo. Hoy voy a dormir solo, no me molesten-digo levantándome escuchando voces de fondo, entro al cuarto de invitados me tiro en la amplia cama, agotado me quedo viendo el techo raso.

Mas allá de la opresión del velo-(Jade y Said) (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora