Capítulo 23: Eres

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—¿Cuándo le dirás a Yayo?— la sangre se me hizo hielo al escuchar eso. Tenía que pensar y algo rápido.

—Ya pensaré en algo— dije colocandome la blusa y luego me puse mis converses color vino.— anda— dije y le avente su camisa en la cara, me reí.— eres un tonto.

—¡Ah! O sea todavía que me avientas la camisa, me insultas— dijo indignado pero con tono de broma, me acerqué, me senté sobre él y me tomó por las caderas.— eres muy hermosa— y  besó mi mejilla.— ¿te digo algo?

—Dime

—Algo— y se empezó a reír.

—¡Idiota!— dije y me iba a levantar de sus piernas pero no me dejó.

—No, ya en serio.— e hizo una pausa— te quiero mucho.— dijo y esta ves, sentí que era de verdad, no como antes, si no que si lo sentía y algo se movió dentro de mi. Sonreí y coloqué mis brazos al rededor de su cuello.

—Yo también te quiero mucho— y lo bese.

——¿Te puedo preguntar algo?— dijo serio.

—Sipi—

—¿Qué vas a hacer con... Ya sabes... Con Hector?— en realidad no pensé que eso le fuera a importar, me reí y el frunció el ceño— es en serio, no quiero que te hable, eres para mi y sólo para mi.— dijo y me apegó más a él y ahora me daba cuenta de algo: Pepe es celoso. Me seguí riendo— deja ya de reírte.— me dijo serio.

—Me embarazaste y aún así ¿crees que te voy a dejar? Quisieras fíjate, me embarazas, cargas con todo el paquete.— dije

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Era jueves por la tarde, había decidido decirle lo del embarazo a Yayo acá en Monterrey después del Pal' Norte. El miercoles Yayo fue a mi casa, lo deje unos minutos sólo y cuando regrese dijo que tenía que irse, cuanfo fui por él a su casa no me habló para nada y ahora en el avión se puso los audífonos y no me ha hablado, anda muy raro. Le retiré un audífono y me miró enojado.

—¿Te pasa algo?— le pregunté.

—¿A mi?, no nada.— y se colocó el audífono otra vez.

Me dormí y cuando acordé ya habíamos aterrizado, bajamos y seguía sin hablarme, esto me estaba afectando, me sentía mal, el estómago se me revolvió y no me importó, le deje la maleta ahí y me fui corriendo al baño del avión la azafata me dijo algo pero la ignore entre en el baño y vomité. Con un pedazo de rollo me limpie , escupi para quitar los restos de mi boca y me volví a limpiar y salí del baño.

Yayo estaba afuera de este con las maletas y su mirada era indiferente, fría, me dolía su mirada. Tomé mi maleta y salimos del avión.

Después de que Yayo se tomará unas fotos con unos chicos salimos a buscar un taxi, cuando encontramos uno vacío subimos a él, una lágrima se me escapó pero la limpié rapido. El camino era largo, pasamos el Centro de Apodaca y luego nos dirigimos al centro de Monterrey, para ir a mi viejo departamento que se encontraba por la avenida Revolución. Llegamos aya y todo estaba igual. Dejé la maleta en el piso y no aguanté más.

—¿Acaso te hice algo?— le grité a Yayo y me heche a llorar— No me hablas desde ayer en la tarde Yayo, eso me duele, sólo me estás ignorando y si vas a estar así, mejor me regreso al D.F.— me cubri la cara con las manos.

—Pues, ¿sabes qué? Si me hiciste algo.— dijo molesto

—¿Qué te hice?— dije llorando.

—Estas embarazada.— soltó y yo le iba a seguir gritando pero me lo tragué, no podía decirle nada.— si lo se, no te sorprendas, eres muy tonta para guardar papeles. ¿Cuándo pensabas decírmelo?

Solo Él (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora