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— ¡Tsukasa! —______ corrió hasta alcanzarlo. Le mostró la caza que había logrado después de dos días fuera del imperio. Todavía estaba aprendiendo y no era muy buena. Hacía ruido y ahuyentaba a las presas, alejándolas de las trampas.

— ¿Has estado cazando todo este tiempo? —el pelilargo se acercó a ella.

—Claro, no quería volver con las manos vacías. —bajó la mirada y murmuró —. En sí, no aporto nada, no soy buena luchando, ni en nada que sea de utilidad ahora mismo...

—Nunca despertaría a alguien que no me es de ayuda.

—Supongo.

—Primero, te enseñaré a defenderte. Estarás en la guerra. Has congeniado con Ukyo, él también te ayudará con el uso del arco —extendió su brazo y uno de sus súbditos le dio un arco —. Y, tu deber es mejorar esta arma. Haz lo que creas conveniente, hay gente que te ayudará si lo necesitas a la hora de montarlo.

______ no entendía que quería de ella el pelilargo. Pero, no más tomar el arma se dio cuenta de varias cosas que quería cambiar. Sin embargo, tenía que esperar a conocerla más y usarla para poder dar su máximo.

Se fue con Ukyo a practicar.

—Bien, primero la posición —no hizo falta más pues la chica se colocó en la posición enseguida — ¿No decías que nunca habías cogido un arco?

—Nunca lo he hecho.

Y es que, sin quererlo, de tanto verlo y leerlo se le había quedado grabada la forma correcta de sujetar el arco. No solo eso, también poseía un gran conocimiento sobre armas que podían crearse con escasos materiales.

—Intenta dar a ese árbol, es bastante grande no creo que tengas problemas.

Soltó y la flecha salió disparada, pero no dio al árbol.

—Parecía fácil. — el peliblanco rio por la expresión de confusión de la chica —. No te rías de mi desgracia.

—Lo siento, solo que tu expresión ha sido muy graciosa. —el día se pasó volando, y en un abrir y cerrar de ojos ya todos, excepto los guardias, estaban durmiendo. Ella por alguna razón no podía dormir, por lo que decidió aplicar lo aprendido.

Estuvo horas hasta que alguien la interrumpió.

—______.

—Entra. —el pelilargo entró y se encontró con la chica sentada en el suelo girando y analizando el arco y escribiendo en el suelo lo que quería hacer. Sonrió levemente —. Lo ves, te dije que serías de ayuda, no eres inútil, no te subestimes de esa manera. Eres especial.

Intentó ocultar la sonrisa que asomaba por sus labios, el comentario de verdad le había hecho feliz.

CIENCIA VS ARTE [SENKU x LECTORA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora