Capítulo 24

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Pasé los siguientes días en una especie de montaña rusa emocional. Estaba enfadada con Juliana, conmigo misma. La odiaba a ella, por enamorarme y después echarme a los lobos de su ausencia. Por llevar mi nombre en sus ojos y después hundirme en la oscuridad.

Me odiaba a mí misma, porque sabía que estaba en mi mano acabar con tanto pesar. ¿Por qué no podía olvidar, perdonarla e intentarlo de nuevo? ¿Quién me creía que era? Había veces en las que me acercaba a la línea que separaba un territorio del otro, el sí del no, la segunda oportunidad, pero entonces renacía con fuerza el único sentimiento que imponía sobre los demás, el único que me anclaba a esa tierra de nada y dolor que era el recuerdo de Juliana.

El miedo.

No era rencor lo que me detenía, sino el miedo a quererla tanto de nuevo, a abrir las puertas y permitirle entrar; miedo a otorgarle tanto poder. Y también temía todo lo contrario: el no poder quererla tanto, que el temor a que pudiera dañarme de nuevo, junto a la desconfianza, me impidieran amarla por entero, sin restricciones. ¿Qué clase de amor sería ese entonces?

Me encontraba enjaulada en la indecisión, en el amor perdido, en su recuerdo. Ana —reconciliadas tras nuestra pelea— trató de hacerme entrar en razón. Era evidente que yo seguía amándola y Juliana a mí. ¿Por qué no podíamos empezar desde allí?, me preguntaba, exasperada ante mi obstinación.

Pero yo recelaba, al mismo tiempo que penaba, y por eso Ana hizo lo que hizo.

Recibí el primer correo un par de semanas después:

From: «Juliana Valdés» <julianavaldes@xi.net>
To: valentina23@bitriss_bam.com
Subject: Sin asunto

Todavía cuento el tiempo por semanas. Hasta hace poco lo hacía por días y aun antes por horas. Cuento el tiempo que hace que ya no estamos juntas. Y lo hago así porque me da miedo que el tiempo me aparte definitivamente de ti y creo que, si lo desmenuzo en pequeñas porciones, así permanecerás más en mí.

                             (.........)

Todavía estaba asimilando emocionalmente ese primer correo —no sabía si enfadarme, disgustarme o permitirme reconocer que podría haber algo más que enojo en lo que sentía—, cuando recibí el segundo dos días después:

From: <<Juliana Valdés>> <julianavaldes@xi.net>
To: valentina23@bitriss_bam.com

Subject: Sin asunto

Miro a mi alrededor y resuena aún en mi interior un eco de sorpresa por encontrarme donde me encuentro, haciendo lo que hago, viviendo como vivo. Cómo he vuelto a esto? Cómo lo he hecho tan mal para volver a este modo de vida indeseado? A veces tengo momentos de lucidez que intentan susurrarme verdades que no quiero oír. Cómo pude dejarte escapar, por ejemplo. Te había encontrado, por fin, sin saber que te buscaba a ti exactamente. Y te perdí.

Y por eso ahora estoy aquí, sola y desconcertada. Siempre pendiente de tu recuerdo.

                              (.....)

No sabía a qué atenerme. No sabía cómo reaccionar. No le conté nada a Ana ni a Juanepi. Tampoco respondí a los correos. Pero me sorprendí esperando impaciente la llegada de un tercero. Cuando llegó, abrí una carpeta sin nombre para guardarlos.
     
                               (.....)

From: «Juliana Valdés »
<julianavaldes@xi.net>
To: valentina23@bitriss_bam.com
Subject: Sin asunto

La Perfección Del Silencio (Juliantina) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora