Mamá se veía muy diferente a como siempre la había apreciado.Ella era una mujer glamurosa, que rezumaba clase y elegancia por sus poros; dejaba un rastro de perfume caro por donde pasaba y atraía todas las miradas. Siempre andaba con su negro cabello suelto, ondulado en las puntas y su bien conservado rostro, maquillado con recato.
Ese día se veía demacrada. Tenía ojeras y su piel oliva no tenía el brillo que solía tener; vestía unos jeans talle alto, tacones y una camisa blanca tres cuartos.
—Yo... no sé por dónde empezar. Han pasado tantas cosas. —Dijo con voz ronca. Se peinaba los mechones rebeldes del cabello, poniéndolo tras sus orejas, no llevaba zarcillos ni collar. Nada.
Estaba sufriendo. Cuando el dolor era leve, Neera lo disimulaba de maravilla; vivía normal y se vestía mejor que nunca para que el sufrimiento no la ahogara pero si no cuidaba de su aspecto significaba que las cosas andaban muy mal.
—Quiero disculparme. —Levantó la cabeza cuando me escuchó, mirándome con asombro. Yo intentaba relajarme sin señalarla ni juzgarla más aunque seguía enojada con ella. —Te he culpado de algo muy grave. Entiendo si no me quieres perdonar, sé que me he excedido.
—Aquí la única persona que necesita una disculpa soy yo y verdaderamente no sé si la merezca. —Se dio un trago de agua—. Pero si sirve de algo, lamento todo lo que te hice pasar. —Le estaba costando disculparse.
Las hetairas hacíamos todo por conveniencia y si las disculpas no eran necesarias, no las usábamos. Era raro que nos arrepintiésemos de algo que hiciéramos porque nuestro accionar siempre tenía un fin, lastimara a quien lastimara.
—Sé que lo hiciste para salvarme pero ¿No pudiste encontrar otro modo? —La ataqué dura e injustamente, lo noté cuando vi su expresión de dolor.
<<No lo arruines, Fryne>>
<<Sutileza ¡Por favor!>>
—Traté. —Dijo— Denuncié a Hummer a la policía pero su padre, Frederick Hall, era un hombre con muchas influencias y lo libró de ir a la cárcel. Tuve que criarte para él. —Agachó la cabeza avergonzada—. Sabía que estabas bien con Lavonn en Carolina del Norte pero si no te convencía de venir a nueva york morirías, no supe que más podía hacer. —Comenzó a llorar, me apenaba verla tan triste por mi culpa. Santa o pecadora, era la mujer que me había traído al mundo y que retó a mi abuela por haber intentado deshacerse de mí. —Christoph hizo de todo; le ofreció dinero, propiedades y no accedió. Te quería a ti. —Pero Christopher era socio de Hall porque su padre negociaba con él.
—Pero Hummer era socio de Christoph. —Me confundía más cada segundo, parecía una bola de estambre difícil de desenredar — ¿Por qué querría Christoph Hunter tener cerca al hombre que nos había hecho tanto daño? —Tenía el ceño fruncido. La ansiedad me carcomía. Eso parecía no terminar nunca, siempre descubría algo nuevo ¿Cómo era que Neera guardaba tantas cosas en su cabeza?
—Para vigilarlo —Agregó—. Yo fingí estar conforme con el trato y como Hall siempre ha sido inestable e iluso, entablé amistad con él para asegurarme de que no significaba ningún peligro para ti. Aunque no lo creas, lo detesto con todo mí ser. Odiaba saber que lo apreciabas tanto y que era importante para ti. —Lo fue. Admiraba a Hummer, le estaba agradecida por todo lo que había hecho pero al enterarme de la verdad, no sentía nada más que un profundo temor por él.
— ¿Por qué no hablaste conmigo? ¿Por qué no explicarme la verdad? Te juzgué por tu soberbia, por tu silencio, porque nunca me aclaraste nada.
—Porque terminarías odiándome como lo haces ahora. —Se cubrió los ojos con un pañuelo blanco, seguía llorando.
<<Ya lo arruinaste ¡Felicidades Fryne!>>
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La Desnudez de Hunter (Hunter's Trilogy 2).
ChickLitChristopher Hunter y Fryne Megalos sentían una atracción abrazadora que los dominaba en muchos sentidos, haciéndolos tambalear, pero también los llevaba a cometer muchos errores. Ella era una mujer hermosa, de un temperamento fuerte y una voluntad s...