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Ya estaba hecho.

El trabajo de mostrar al mundo mi relación con Fryne estaba terminado, también mi día en Hunfuel Corporations.

<<Mierda>>

— ¿La señorita Megalos está en mi ático? —Pregunté a Saud luego de un inútil cuarto intento de comunicarme con ella.

—Sí señor. Ha llegado hace más de dos horas. —Respondió.

<<Entonces ¿Por qué no me levanta el teléfono?>>

<<Grrrr>>

Estaba desesperado y a ella parecía no importarle. Quería contarle como había sido mi día y la entrevista, pero estaba encerrada y no contestaba mis llamadas.

Llegamos al estacionamiento y subí en seguida a mi ático, hecho una furia.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, mi polla respondió con agresiva efusividad ante el caramelito que me encontré:

Ella vestía una bata de plumas transparentes que me trajo un dulce recuerdo pero esta era diferente a la del día que me sedujo; de color negro que se ataba al frente con una cinta del mismo tono. Fryne no tenía nada debajo, haciéndome apreciar sus tetas redondas que se veían perfectas con la tela translúcida de la bata.

Su mirada felina me indicó peligro y como yo era amante a este, me dejé llevar. Me di cuenta de que tenía la botella de Ouzo en las manos porque se agachó para ponerla en el suelo, se paró de inmediato para acercarse lentamente hacia mí. Su rostro estaba serio, teñido por una expresión afilada.

<< ¿Ahora qué has hecho?>>

<< ¡Mírala! Eres experto haciéndola enojar>>

No tenía la más mínima idea de por qué mi pequeño tormento estaba enojado, pero era seguro que debía empeñarme más en hacerla enfadar para que me esperara así todos los días.

Cuando tocó mis pectorales con las dos manos no aguanté y la besé, el fuerte sabor anisado del ouzo me dio una patada repentina.

Fryne quería sacarme información.

¿Hubo algo que no le dije?

Seguía besándola en medio de la confusión. Olía tan bien, su boca tenía un dulzor infernal por el ouzo. Comenzó a quitarme la ropa, pieza por pieza sin despegar su mirada oscurecida de mí.

Me dejó solo con los pantalones puestos y cogió hábilmente la botella del licor para arrastrarme hasta el sofá.

Se dio otro trago y me besó, haciéndome beber más licor.

Se restregaba encima de mi erección, provocándome,  haciendo que fuera más difícil mantener el control ¿Quién podría mantenerlo con semejante hembrón encima?

Yo me emborrachaba solo con verla, se me nublaba la vista teniéndola tan cerca y me despreocupaba, relajándome demasiado y olvidándome de todo.

—Dime ¿Has hecho Enosi con Lais Metaxas? —Me mareaba moviendo mi cabeza, dándole vueltas con su mano en mi frente.

¿Quién carajos era Lais Metaxas?

La pregunta me asombró tanto que se me fue la pequeña borrachera que me estaba produciendo Fryne.

— ¿Enosi? ¿Acaso estás loca? —Me metió la botella en la boca haciendo que me atorase por la velocidad del chorro de licor que se deslizó por mi garganta.

Tosiendo, me la quité de encima casi arrojándola en el sofá.

—No lo niegues. He visto un ciclamen con el tarro azul, significa que una Metaxas te ha contactado. —Me rasqué la cabeza con confusión—. Dime ¿Tienes una hetaira? —Preguntó. Se paró frente a mí, enfrentándome como una fiera.

La Desnudez de Hunter (Hunter's Trilogy 2).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora