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¡Un día! NO, más bien menos de veinticuatro horas y ya Fryne estaba haciendo de las suyas. Por eso mi miedo a que trabajase con Tarasov; ese apellido significaba peligro y cuidado.

— ¿Qué querías que hiciera? ¡Se me ha insinuado! —Tarasov siempre tenía lo que quería, pero con Fryne no iba a resultar dicho hábito.

—Ya te lo he dicho, se va interesar en ti y se nos van a poner negras ¿Por qué no renuncias y ya está? —No sé para qué perdía mi tiempo aconsejándola si siempre hacía lo que quería.

—Porque eso sería demasiado fácil. Ese hombre es solo una piedra más en el camino. —Una enorme piedra que podía aplastarla.

—Y lo prefieres aunque te arriesgues ¿No es así?

—Christopher, no quiero hablar de eso ahora. —Soltó aire—. Tú solo entiendes lo que quieres. Tengo que explicarte las cosas con cucharita para que las puedas absorber así que ¡Espera que llegue a Washington y deja de joder! —Me despegué el teléfono porque me había levantado la voz.

Christian y Fileas me miraban divertidos. Íbamos en la lexus, camino al hotel, eran casi las ocho y Fryne a lo mejor llegaría a media noche.

— ¿Hola? —Dije al ponérmelo en el odio de nuevo— ¿Hola?

— ¿Y bien? —Preguntó Fileas.

—Me ha colgado. —Rió.

Christian miraba su teléfono con una expresión taciturna.

—Saud detén el auto. —Necesitaba aire fresco. Las travesuras de Fryne me fascinaban pero me sacaban de quicio; ella me abrumaba, le daba picor a mi aburrida vida.

Cuando Achebe se detuvo abrí la puerta y salí del todo terreno.  Me recosté del auto, respirando hondo con las manos metidas en los bolsillos de mi gabardina.

Fileas se paró a mi lado con ambas manos metidas en los bolsillos.

— ¿Te estás arrepintiendo ya?

— ¿De qué? —Fingí confusión.

— ¿De enamorarte de una mujer como ella?

— ¿Por qué tendría que arrepentirme? —Nadie podía considerar que lo que tenía con Fryne era un error. Quien lo hiciera se las vería conmigo.

—Porque siempre lo has hecho. —Tenía razón—. Las mujeres en tu vida nunca duran mucho porque estás demasiado ocupado en tus asuntos como para perder tiempo con ellas. —Trabajaba demasiado, los resultados eran buenos en el ámbito laboral pero en los asuntos personales era un desastre.

—Fryne no es cualquier mujer. —Nunca me había costado admitirlo. Ella daba color a mi vida; en mis sueños aparecía desnuda y juguetona, pintando una blanca pared con un pincel multicolor. Quisiera que en las noches mi mente estuviera adornada por su presencia pero aquello era pedir demasiado; su belleza era eclipsada por las ráfagas de mis horribles recuerdos.

—Seguramente. —Inquirió—. De serlo no te esforzarías tanto por seguir con ella. El Christopher que yo conozco nunca hubiese pasado por lo que pasaste cuando ella te dejó.

—El Christopher que conocías no se había topado con Fryne.

—Es una mujer hermosa e inteligente pero ¿es suficiente para que te enamores? Tiene un genio muy denso. Temo a que seas abrumado por ella.

—Es tarde para temer. —Me tenía calado—. La amo. —Estaba lelo por ella.

Mi amigo se asombró y tocó la ventana haciendo que Christian saliera del auto.

La Desnudez de Hunter (Hunter's Trilogy 2).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora