3

1.1K 113 424
                                    

Valentín

—Hoy me voy a juntar con Dani, pero mañana si querés hacemos maratón de pelis, ¿querés?. —asintió mientras me llenaba la cara de besos.

—Te amo, Valen. —asentí pensando en que tengo que comprar algo para merendar —Valen, eu. —sentí como marcaba un punto con su dedo en mi frente —¿Estás bien?.

—Sí, ¿por?. —frunció el ceño.

—Te estoy hablando, y estás como ido. Te noto raro hace rato ya. —me mordí el labio mientras hacía montoncito.

—Cualquiera, posta estoy bien. Pasa que estaba pensando. —me apretó las mejillas mientras se acercaba despacito a dejarme un pico.

—Mi amor, sos hermoso. —me empezó a hacer mimos en el pelo.

—Me voy a dormir si seguís así y me tengo que ir. —frunció el ceño.

—Ay, no quiero que te vayas, hoy quiero pollerear.

«Y yo también»

—Pero con Dani, me tengo que ir, bebé. —asintió para darme un último pico, y soltarme para que me pueda ir.

—Mandale un beso, al cara de cola. —largó una risita —chau, bebé.  —me tiró un beso.

—Chau, Kiari. Cuidate, te quiero. — y sin decir más salí directo al kiosco antes de ir a la parada de bondi.

Le mandé un mensaje cuando me encontraba abajo de su departamento así me abría, después de que me clavara el visto, esperé unos minutos y vi aparecer a Dani adormilado sobándose la cabeza.

Se desenganchó el llavero del dedo y me abrió la puerta.

—Hola. —me dio la mano y después un beso el la mejilla.

Yo no quería eso.

Me adentré al edificio esperando a que Dani cerrara con llave la puerta y subamos a su departamento.

—Traje unas surtidas, ¿te van?. —asintió distraído —Wacho, despertate y dame bola, acabo de llegar. —esperaba que entienda el doble sentido de la frase. Largó una risita.

—Bancá, que recién me despierto, tengo una lija. —no, no captó. Negué con la cabeza. Ya estábamos llegando al piso de Dani, que quedaba medio alto.

—Uh, me cansé. —me hizo un gesto de "qué hambre".

—Tu depto queda más alto, nabo. ¿Qué te vas a cansar acá?. —sonreí y alcé las cejas —Dale, tarado. Me perturbás ahre. —me dio un leve golpe en el hombro.

Después de que dejé las cosas en la cocina, nos fuimos al sillón a ver una peli.

—¿Y las galle'?. —preguntó buscando alrededor. Señalé con la cabeza la cocina.

—Están en la cocina, ¿las traigo?. —negó.

—Ahora las traigo yo, ¿qué querés tomar?. —en ese momento estaba pensando si lo traumo o no.

Pero me arrepentí.

—Lo que tomes vos, me da lo mismo. —asintió y se dirigió y volvió.

—Tengo chocolatada, es que me da paja poner la pava. —fruncí el ceño, es prender la hornalla y ponerle agua a la pava, nada más.

—Pero con azúcar. —negó.

—Si tomás chocolatada, en MÍ casa es sin azúcar. —claro, como a todo niño tincho no lo dejan tomar con azúcar.

La chocolatada va con azúcar.

—Da, queda re fea sin azúcar. —se rió y se fue a la cocina.

𝖈𝖍𝖆𝖏á🦅 𝖜𝖔𝖘𝖆𝖓𝖎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora