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Valentín

—Dalee.—insistí—Vamos a caminar y después venimos a dormir la siesta. —largó un quejido y se levantó.

—Vamos. —volvía con dos rompevientos, me tendió la mía.

—Después dormimos porque sino no vamos aguantar para la Bresh.—frunció el ceño—Dale, te había dicho de ir, los chicos también van a ir. —hice puchero.

—Bueno, pero sin ir a caminar. —negué.

—Vos la otra vez querías ir a caminar y fuimos, ahora quiero ir yo. —giró los ojos y nos dirigimos a la puerta.

—Pasamos a buscar algo para comer y reponer energías. —sacó la lengua en modo de joda.

Bajamos hacia la parte inferior del edificio y salimos por la puerta principal, agarré la mano de Dani con un poco de inseguridad, capaz que no quería que no vieran así.

Acercó nuestras manos unidas y me dio un beso en el dorsal de la misma. Sonreí y le di un pico. Seguimos caminando, no siempre tenía a un Dani cariñoso, y mucho menos goma, así que cuando está así disfruto cada caricia.

Íbamos cruzando a gente, algunos nos pedían fotos y regalaban sonrisas mirando nuestras manos unidas, y también estaban los que pasaban y se reían o hasta hacían comentarios inaudibles.

Sentí como Dani disimuladamente me quería soltar la mano, pero acomodé su mano para sostenerla bien y le di un leve apretón en modo de acompañamiento, a mí mucho no me afectaban, porque estoy seguro de lo que quiero y quien soy.

Lo único que me había afectado era lo de mi tío, yo lo quería un montón y aunque le sigo teniendo cierto aprecio, no me voy a dejar pisotear y que el resto decida por mí, o que los comentarios me hagan cambiar de opinión.

—No les des bola, ni ellos se quieren. —me sonrió y me devolvió el apretón para después darme un tierno beso.

Volvimos a mi casa y nos entramos a bañar, después de insistirle mucho a Dani con que íbamos a gastar agua de más si nos bañábamos por separado, me dejó entrar con él a la lluvia artificial.

—¿Te pongo shampoo?. —me preguntó, me mordí el labio y sin pensar mucho la respuesta, hablé.

—Poneme todo lo que quieras. —las indirectas las capta, pero siempre se hace el boludo y me responde en modo "inocente".

—Mucho, no, porque te voy a dejar sin shampoo. —como era normal, salteó mi comentario. Giré los ojos y me dediqué a enjabonar el pelo de Dani.

—Ay, boludo. —le soplé el ojo derecho, le estaba enjuagando el pelo y el tonto abre los ojos. Se empezó a refregar ese lado.

—Ay. —se quejó.

—Cerrá los ojos. —me hizo caso, y cuando terminé de sacar todo el jabón de su pelo, empezó a abrir y cerrar los ojos, tratando de acostumbrarse a la luz y seguramente la incomodidad que le había dejado el shampoo.

(...)

—¿Estás?. —salí de la cocina con dos sanguchitos de mortadela con queso.

—Uhh, me enamoraste. —se agarró el pecho, alcé una ceja—Un poquito más que antes. —me dio un pico—Te amo.

Volvimos a entrar en la cocina, comimos parados y apoyados en la mesada.

—Tendríamos que ir yendo, ya. —me fijé la hora en mi celular que tenía al lado.

—Sí, nos van a cagar a pedos, les dije que íbamos a ir antes. —negó y salió de la cocina. Fui al baño a lavarme los dientes y Dani ya estaba ahí —Vamos. —hablé una vez que ya estábamos listos.

𝖈𝖍𝖆𝖏á🦅 𝖜𝖔𝖘𝖆𝖓𝖎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora