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Valentín

Corté la llamada, Daniel no llegaba más, me preocupaba que le haya pasado algo, así que lo llamé para saber si estaba todo bien. Me dijo que se había quedado dormido, se vestía y venía.

Puede ser que sea yo que ya lo quería ver. Vi como entró por la puerta de la confitería, se acercó y me dio la mano en modo de saludo. Intentábamos ir de a poco por si nos conocían del quinto.

—¿Todo bien?. —asintió, lo noté cansado.

—Sí, ¿vos?. —hice la misma acción que él.

—Bien, te pedí un frapuccino. —me agradeció y empezamos a merendar.

—¿Vamos a ir a la casa de los pibes?. —hice un ruido afirmativo —De una, así paso a buscar ropa, seguramente van a querer salir.

—Sí, pasemos por mi casa primero y de ahí nos vamos a la tuya que no queda más cerca. —asintió en acuerdo.

Terminamos de tomar la merienda, pagamos y fuimos a mi casa, me bañé y cambié de ropa, y salimos en seguida para la casa de Dani.

Íbamos entrando al edificio y vimos a una chica sentada en los escalones de afuera, Kiara.

—¿Kiara?. —habló Dani, ésta levantó la cabeza conectando la mirada con nosotros, sonrió —¿Qué hacés acá?. —me soltó la muñeca para abrazarla mientras ella se levantaba.

—Volví de la casa de mi abuelo.—sonrió.

—¿No te habías mudado?. —fruncí el ceño, me sonrió y negó.

—No, mis papás se iban a mudar, yo me quedo acá. —asentí, no sabía qué responderle.

—¿En serio?, es genial. —la volvió a abrazar—Me alegro mucho. —se podía notar la felicidad cuando la miraba.

—Sí, es que acá tengo todo, de todas formas voy a viajar muy seguido.—quedó un silencio colgando—Bueno, te venía a ver para hablar un ratito.—Dani se volvió a poner al lado mío y le agarré la mano.

—¿No te vas a juntar con los pibes?. —preguntó.

—No les dije que llegué todavía. —Dani asintió, yo era como un espectador de su charla.

—Tendrías que venir, avisales, es en la casa de Mauro, Monzón. —hizo una pausa al darse cuenta que no era el único Mauro.

—Me fijo porque estoy un poco cansada, recién llego.—miró nuestras manos unidas —Che, ¿ustedes... —dejó la pregunta en el aire señalándonos con la vista.

—No, no, no, no somos nada—habló rápido —O sea somos amigos, ¿no?. —me quería reír de los nervios que se le notaban.

—Obvio.—pasé un brazo por en cima de sus hombros—¿Qué más vamos a ser, Dani?.—Kiara tragó una risa.

—Chicos, no pasa nada si son "algo".—hizo comillas—Me refiero a que a mí no me molesta, es más me encanta el shipeo.—sonrió, pero no le llegó hasta los ojos.

—De todas maneras no somos nada, Kiara.—aclaré, para que Dani no se sienta incómodo o presionado. Alzó los hombros.

—¿Subimos?. —preguntó y asintió, pasamos la entrada y encaramos para la escalera—¿Quieren tomar algo?.— dimos respuestas distintas, yo me negué—¿Y cómo te fue en el viaje?.—volvió de la cocina con dos botellines de cerveza, ahora me arrepentía haberme negado.

—Bien, estuvo re lindo y a mi abuelo le sirvió bastante, volvió más animado. —sonrió mirando a la nada, supongo que recordando.

—Qué lindo.—admití, yo conocí a su abuelo y es re piola.

—Sí. —un silencio incómodo se formó entre los tres, lo terminé de romper yo.

—Paso al baño.—le avisé a Dani, éste asintió y escuché unos murmullos, provenientes de la sala que había dejado.

Hice pis y me lavé las manos durante un prolongado tiempo, que esté Kiara acá me pone un tanto nervioso, y más no decirle que estoy saliendo con Dani, pero también es su decisión y la tengo que respetar.

—¿Vamos yendo?. —habló mi novio a penas me vio asomarme por el pasillo.

—Vamos.—afirmó Kiara, ¿no estaba cansada?.

Yo solamente agarré mis cosas y los seguí, me sentía excluido, no era tan grande ese sentimiento, pero de todas maneras estaba ahí.

—¿Estás bien?.—me tocó con el codo haciendo que salga de mi trance.

—Sí, me había colgado. —le sonreí—¿Qué me decían?.

—Si pasamos a comprar ¿acá o en el de siempre?.—lo pensé un poco, uno nos iba a salir más caro y otro quedaba más cerca pero por cuatro cuadras.

—El de allá es más barato.—asintieron y nos dirigimos al lugar que dije.

(...)

—¿No le dijeron?. —habló Damián sosteniéndose la cabeza con la mano, no creo que vayamos al boliche.

—No, todavía no.—negó con la cabeza.

—Se va a enterar de una manera u otra, Valen. Va a ser mejor que le digan ustedes antes de que a alguno de nosotros se nos escape.—señaló a los chicos que se cagaban de la risa.

—Sí, tenés razón, después le voy a decir a Dani. De todas maneras nos dijo que le gustaría que estemos juntos.—apreté levemente mi dedo anular.

—Y bueno, con más razón tendrías que aprovechar que está contenta con ustedes, nene.—golpeó mi sien con su dedo índice.

—Sí, mañana le digo. —frunció el ceño y negó.

—Decile ahora, tenés la oportunidad, está a menos de veinte metros tuyo. Mañana no la vas a ver y estoy casi seguro de que se te va a fruncir el culo y no le vas a contar. Volá.—habló y me levanté.

Justamente Kiara estaba con Daniel, charlaban muy animados, me alegraba muchísimo que puedan recuperar su amistad de nuevo, y no quería arruinarlo contándole la verdad a Kiara y que Daniel se enoje conmigo.

Mientras caminaba lo más lento posible, procesaba lo que iba a decir. Terminé por optar decirle la verdad, ya le había mentido mucho y no se lo merecía.

Me acerqué a ellos y dejé un pequeño beso en los labios de Dani y me senté a su lado. Agarré su mano y empecé a jugar con sus dedos sin mirar a ninguno de los dos.

—Entonces... ¿ustedes sí son...—volvió a formular la pregunta de hoy temprano.

—Sí, somos novios.—hablé tratando de restarle importancia, aunque tenía los nervios a flor de piel.

—Me alegro muchísimo por ustedes, en serio, chicos.—habló mirándonos a los dos.

Dani me miró sonriendo y agarró mi mano acariciando el dorsal con su dedo pulgar.














buenass ¿cómo va?

𝖈𝖍𝖆𝖏á🦅 𝖜𝖔𝖘𝖆𝖓𝖎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora